"Breastaurants" o el gran negocio de los restaurantes con camareras ligeras de ropa
Desde que nos golpeó la crisis, los hombres estadounidenses buscan lugares con un ambiente agradable en el que disfrutar de los deportes en una pantalla gigante y, si además la vista es buena y la comida sabrosa y barata, pues mucho mejor.
Para la revista 'Entrepeneur', la inestabilidad económica es la principal responsable del buen momento por el que pasan los 'breastaurants', una combinación de las palabras 'breasts' —pechos, en inglés— y 'restaurants', que se han convertido en el último 'boom' del sector de la restauración estadounidense. Estos negocios llenos de mujeres neumáticas ligeras de ropa y sabrosas alitas de pollo han recuperado la popularidad de la que gozaron en la década de los 80.
Cadenas como Hooters, la pionera, o Twin Peaks, Tilted Kilts y Mugs n'Jugs han incrementado sus beneficios un 30% desde el año pasado. Según la firma especializada en el sector de la alimentación Technomic, estos restaurantes representan únicamente el 1% de los establecimientos del país. Sin embargo, cada vez tiene más adeptos.
Camarera de un "Breastrestaurant". (AP)
Expansión mundial
Aunque a primera vista los 'breastaurants' pudieran parecer un fenómeno netamente 'estadounidense', lo cierto es que desde que el primer local Hooters abrió sus puertas el 4 de octubre de 1983 en Clearwater, Florida (EEUU), el modelo de hamburguesas y camareras con uniformes provocativos ha iniciado una imparable expansión internacional.
La cadena estadounidense cuenta con 460 restaurantes en 46 estados de Estados Unidos y en otros 19 países, entre los que se incluyen Costa Rica, República Dominicana, Canadá, Ecuador, Chile, Panamá, Colombia, Venezuela, México, Perú, Argentina, Paraguay, Guatemala, Australia, Singapur (el primer país fuera de EEUU donde abrieron) y España.
[Relacionado: Con 17 años gana un concurso y un puesto de trabajo en Facebook]
Concepto sexista
El 71.4% de los aproximadamente 25,000 empleados con los que cuenta Hooters son mujeres, y muchas de ellas trabajan a diario enseñando gran parte de su anatomía. También hay hombres trabajando en la cadena, pero como cocineros, barman o gerentes.
Esta división del trabajo ha provocado que este tipo de restaurantes sean considerados como sexistas y un ambiente degradante para las mujeres. Además, el uniforme es considerado por las asociaciones feministas como un símbolo de una visión de la mujer como objeto.
Cortesía de Yahoo! Finanzas España: ‘Breastaurants’ o el gran negocio de los restaurantes con camareras ligeras de ropa