Anuncios
U.S. markets open in 7 hours 21 minutes
  • F S&P 500

    5,007.50
    -41.50 (-0.82%)
     
  • F Dow Jones

    37,735.00
    -272.00 (-0.72%)
     
  • F Nasdaq

    17,372.50
    -174.75 (-1.00%)
     
  • E-mini Russell 2000 Index Futur

    1,940.20
    -17.90 (-0.91%)
     
  • Petróleo

    84.44
    +1.71 (+2.07%)
     
  • Oro

    2,395.70
    -2.30 (-0.10%)
     
  • Plata

    28.32
    -0.06 (-0.23%)
     
  • dólar/euro

    1.0634
    -0.0012 (-0.12%)
     
  • Bono a 10 años

    4.6470
    0.0000 (0.00%)
     
  • Volatilidad

    18.00
    -0.21 (-1.15%)
     
  • dólar/libra

    1.2409
    -0.0030 (-0.24%)
     
  • yen/dólar

    154.3230
    -0.2770 (-0.18%)
     
  • Bitcoin USD

    61,972.16
    +923.77 (+1.51%)
     
  • CMC Crypto 200

    1,285.74
    -26.88 (-2.01%)
     
  • FTSE 100

    7,877.05
    +29.06 (+0.37%)
     
  • Nikkei 225

    37,157.01
    -922.69 (-2.42%)
     

Un exempleado de Apple revela las pésimas condiciones laborales que según él imperan en la compañía

Más de uno daría un brazo por poder trabajar en Apple. La calidad de sus productos, el estar en contacto con la tecnología más avanzada, con empleados venidos de todas partes del mundo y por supuesto, con un sueldo más que digno -se rumorea que los becarios entran ganado 8.500 euros al mes- , hacen que muchos imaginen la empresa fundada por Steve Jobs como un paraíso laboral.  

Pero parece que no es el caso. Sobre todo si damos veracidad a la confesión de un extrabajador de la compañía llamado Ben Farrell, que pasó dos años en el departamento de ‘camp managing customer service’, y que ha publicado en su blog cómo es trabajar en Apple de verdad.



Farrel, que abandonó el barco de motu proprio recientemente, pinta un panorama desolador en el que solo hay reuniones, presiones injustificadas de los superiores, nada de tiempo libre y cero respeto por los problemas personales de los empleados.

Dieciséis horas del día están llenas de reuniones, con más reuniones después y seguidas por más reuniones”, escribe en su bitácora. “Si bien esto es algo normal en la mayoría de las empresas, las reuniones en Apple están guiadas por agendas tóxicas diseñadas para enervar deliberadamente a la gente y para hacer que los menos respetados hagan el ridículo”.

El extrabajador continua diciendo que “El espíritu de equipo es inexistente: solo hay ataques entre compañeros y planificaciones de agenda que solo sirven para satisfacer los egos internos. Horas y horas se desperdician en reuniones para preparar otras reuniones de preparación para otras reuniones, mientras casi no se trabaja de manera ‘real’”.

La exigencia dentro de las oficinas de Cupertino parece brutal, rayando a veces en acoso. Así lo ejemplifica Farrell: “A todas horas recibes mensajes en el móvil de tu jefe preguntando dónde estás. Me dejaba mensajes bordes en el contestador por llegar un minuto tarde a reuniones”.

Peor fuera de la empresa
Fuera del trabajo, las cosas no mejoran mucho: “En los bares, los managers se dedicaban a contar con orgullo historias sobre cómo en el pasado se había despedido a departamentos enteros o a trabajadores temporales porque estaban asignados a proyectos que no daban beneficios. Los más jóvenes parecían escuchar estas historias con un brillo en los ojos, con total admiración, imaginando que en un futuro serían ellos los que podrían despedir a los demás”.

El blog en el que se critica a Apple
El blog en el que se critica a Apple

Pero quizás lo más duro que recuerda Farrell fue cuando al empezar a trabajar en la empresa, no pudo ir a un viaje de trabajo porque su mujer, embarazada, se había caído por unas escaleras y tuvo que ser hospitalizada. “Mi jefe me dijo que era una falta grave que iba a quedar registrada en mi expediente, y siempre que pudo me lo recordó en las reuniones que teníamos”.

Su jefe directo no paró de atormentarle. Incluso le criticaba por ser australiano: “Decía que los australianos teníamos una mala ética de trabajo, y que éramos poco simpáticos”. Unos comentarios que rozan lo racista, pero que curiosamente provenían de otro inmigrante en Estados Unidos, ya que el manager de Farrel nació y se crió en Singapur.

Un panorama de pesadilla que terminó con la salida de Farrell de Apple. Como resume en su blog “Soy LIBRE. Es irónico que una de las empresas más grandes del mundo y de la que más se enorgullece de su capacidad de innovación, creatividad y de ‘romper los moldes’, funcione de una manera que limita tanto las almas”.

También te puede interesar: