Cómo sobrevivir a la pérdida de empleo

Quedarte sin empleo puede ser un gran desafío para tu estabilidad familiar, pero también, una gran oportunidad de cambio. En esta situación, debes planificar y mantener un diálogo fluido, incluso con los niños. Es importante desarrollar una mirada positiva, para entender que este difícil proceso puede ser un momento de replantearte el presente y futuro laboral y familiar. Una experta nos trae algunas ideas para convertir al desempleo en una instancia beneficiosa.

Anticípate a los hechos. Así lo recomienda Elaine King, Master en Negocios Internacionales, con un Posgrado en Terapia Familiar y autora de “Tu plan de vida en USA”, entre otros libros. Sea por un despido o una renuncia, una situación de desempleo no debería percibirse como un baldazo de agua fría, especialmente para una familia. Esto quiere decir que, aún cuando no tengas motivos para sospechar una futura reducción de personal, no está de más que te prepares para ella. Elabora un plan de acción, estate atento al mercado y ten tus contactos al día.

Infórmate sobre tus beneficios. Cuando recibas el aviso de despido, reúnete con alguien del sector de recursos humanos para recibir detalles sobre los beneficios que te corresponden. Según King, “existen empresas e instituciones que ofrecen flexibilidades cuando uno pierde su trabajo, y también hay algunos seguros, pero [en este caso] uno deberá estudiar el costo-beneficio antes de comprometerse en un contrato”.

¿Y el seguro médico? Esta es una de las mayores preocupaciones de quienes se quedan sin empleo, especialmente si son jefes de familia. “Si una persona queda desempleada por recortes de personal, en algunos casos es posible extender el seguro médico por 18 meses. En otras situaciones de despido, esto no aplica”, afirma King, y aconseja consultar sobre la posibilidad de obtener un seguro a través del Estado o de la escuela de los niños, para evitar endeudarse.

Derechos laborales. Además de los derechos que figuren en tu contrato laboral, también te corresponden aquellos vinculados al rubro o sindicato al que perteneces, y finalmente los estatutarios, es decir, avalados por la ley federal o estatal. Esto incluye no sólo el seguro de desempleo, sino también el preaviso, y contempla casos de discriminación. Si tienes dudas, consulta al Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (DOL, por sus siglas en inglés).

Rearma tu presupuesto. “Perder un trabajo definitivamente significa un ajuste en el presupuesto financiero familiar”, afirma King. Para la especialista, es muy importante hacer un clic mental y afrontar que, durante los próximos meses, tu y tu familia deberán cambiar muchos de sus hábitos de consumo. Sin embargo, es importante que encuentren actividades placenteras accesibles (como un picnic o un paseo en bicicleta), para entender que igualmente podrán divertirse juntos.

Recorta los gastos variables. En este sentido, King recomienda reducir inmediatamente aquellas actividades que no son “necesarias” para la familia, como por ejemplo salir a cenar o ir al cine. “Los gastos que no se deben ignorar son los básicos como la renta, la luz, la comida, el teléfono”, detalla la especialista. Y agrega que existen herramientas online para diseñar presupuestos, como HomeBudget, entre muchas otras.

No te endeudes. “El error más común de quienes han perdido su empleo es acudir a la tarjeta de crédito, pedir un adelanto o endeudarse con una tasa alta. Es allí donde empieza el círculo vicioso”, detalla King. En efecto, este endeudamiento suele ser una reacción de las personas que asumen que rápidamente podrán revertir su situación. Sin embrago, cuando esto no sucede, se enfrentan a conflictos mucho más serios. Cuida tu bolsillo, y en lo posible, gasta sólo lo que tengas.

En caso de hipoteca. Para aquellas familias que han debido hipotecar sus casas, King aconseja sentarse a evaluar a conciencia (y con humildad), con qué tipo de liquidez, ahorros o ayuda de la familia o amigos se podría llegar a contar. Luego, ponerse en contacto con el banco para averiguar si existe alguna forma de aplazar los pagos. De la misma manera, evaluar con el banco la posibilidad de financiar los pagos mensuales de las tarjetas de crédito.

Habla con los niños. King recomienda dialogar con los más pequeños del hogar, para que se sientan involucrados en la situación, pero sin abrumarlos con detalles ni ponerles demasiada presión. “Se puede aprovechar para explicarles el valor del dinero y la importancia de la disciplina en la planificación, el ahorro y la inversión. Así como también para introducirles el concepto de finanzas en la familia”, aporta la autora de “La Familia y El Dinero Hecho Fácil”.

Domina tu mente. Los psicólogos coindicen en que el verdadero desafío que tendrás estando desempleado no es encontrar un nuevo trabajo, sino controlar tu estado mental. Depresión, desánimo, ansiedad, miedo e inseguridad son sentimientos normales que pueden abrumarte hasta el punto de no poder enfrentar a la situación. Procura estar tranquilo, y piensa que en el futuro esta será una anécdota para contarle a tus nietos.

Limita el envío de currículums. Este es un error frecuente de quienes inician una búsqueda de empleo. El peligro es que puede convertirse en una situación muy cómoda, en la cual sientas que estás trabajando muy duro por conseguir una nueva ocupación, cuando en rigor no te mueves de tu casa ni interactúas con otras personas. Responde solo a las búsquedas interesantes y acordes a tu perfil, y aprovecha para generar nuevos contactos, investigar el mercado y capacitarte.

Lleva un cronograma. Durante un periodo de desempleo, no te acuestes ni te levantes demasiado tarde. En rigor, procura que tu día tenga las mismas horas que cuando ibas a trabajar. Además de buscar trabajo, hazte tiempo para ponerte en contacto con antiguos jefes, colegas o hasta compañeros de la universidad. También aprovecha para ocuparte del hogar y de tus hijos. Que este tiempo en casa rinda sus frutos.

Diferénciate del resto. Busca otras alternativas para acercarte a las personas que te interesan. Inscríbete en seminarios y cursos de la industria, visita las cámaras de comercio, contacta a antiguos profesores… todo puede sumar. Piensa que cuando tú mandas tu hoja de vida a una empresa, ésta termina en un escritorio, en una pila de otras igualitas a ella. Atrévete a pensar diferente.

Capacitaciones gratuitas. “El Estado destina un gran presupuesto a capacitaciones gratuitas en torno a diversas profesiones, y muchas veces las personas no lo saben”, detalla King. La profesional recomienda fuertemente acercarse al Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, para informarse sobre este tipo de actividades, y agrega que muchas veces también se brinda asesoramiento y contención especial a desocupados.

Ábrete a nuevas posibilidades. Si alguna vez soñaste con poner tu propio negocio, estudiar una segunda carrera o especializarte en otra área de tu profesión, este es el momento para hacerlo. No se trata de crear falsas expectativas, sino de entender que el desempleo no debe convertirse en una excusa para el pesimismo, sino una oportunidad para probarte que todavía tienes mucho para dar.

¡Disfruta! No todo debe ser culpa y responsabilidad. Salir a correr por las mañanas o leer a aquellos autores pendientes serán muy positivos para ti. En suma, porque conectarte con actividades y personas que te hagan sentir bien es algo que mejorará tu actitud y tus ganas de generar nuevos proyectos. Recuerda que, parafraseando a Picasso, la inspiración puede aparecer en cualquier momento, siempre y cuando te encuentre trabajando.

Ahorrar, ahorrar, ahorrar. Para King, la mejor forma de minimizar los efectos de un despido en la familia, es el ahorro “Recomiendo que todas las familias tengan un fondo de emergencia de seis meses de gastos fijos, para poder mantener a la economía familiar con las menores deudas posibles”. Por eso, antes de pensar en las próximas vacaciones, revisa si tu familia tiene este fondo cubierto. Quizá sea hora de rever tu lista de prioridades.