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Un amargo pleito salpica a los helados de McDonald's

Un pequeño emprendimiento que creó un sistema para facilitar la reparación de las máquinas de helados de McDonald`s demandó a su fabricante por robar secretos empresariales y sabotearle el negocio. (Getty Images)
Un pequeño emprendimiento que creó un sistema para facilitar la reparación de las máquinas de helados de McDonald`s demandó a su fabricante por robar secretos empresariales y sabotearle el negocio. (Getty Images) (Eric Raptosh Photography via Getty Images)

Si te gusta comer en McDonald’s seguramente alguna vez has quedado con las ganas de saborear un cremoso McFlurry porque las máquinas que producen los helados de la archiconocida cadena de comida chatarra están averiadas.

Los fallos son tan frecuentes que los empleados de la tienda de hamburguesas tienen chistes y apodos internos para burlarse de la infame aparato fabricado por Taylor Commercial Foodservice.

Un pequeño emprendimiento llamado Kytch vio una oportunidad de negocios en esos problemas y creó un artefacto que ayuda detectar los fallos de la procesadora de helados Taylor C602, lo que ahorra tiempo y mantiene el flujo de ventas de las franquicias, porque pueden resolver la falla técnica con rapidez vez de esperar días a que llegue el servicio técnico de Taylor.

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Pero hace seis meses Kytch demandó a Taylor por intentar copiar su invento y sabotear su negocio con falsas acusaciones.

La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ya tomó cartas en el asunto e inició una investigación federal para determinar si Taylor ha cometido acciones ilegales para obstaculizar la capacidad de los dueños de los restaurantes de reparar las máquinas de helados o buscar ayuda de terceros.

Solución a un problema real

Diarios como The Wall Street Journal y Dailywire han informado que las máquinas requieren un intenso programa de mantenimiento, que incluye un ciclo automatizado de calor, que hay que realizar todas las noches y que puede durar hasta cuatro horas, para destruir todas las bacterias que pudieran reproducirse dentro del sistema.

Los propietarios entrevistados por la prensa estadounidense aseguran que cuando ese proceso de limpieza falla, la máquina necesita ser sometida a un mantenimiento de un técnico especializado antes de que la franquicia pueda ponerla nuevamente en funcionamiento. Eso significa que tienen que detener la venta de helados.

En el proceso original, el sistema de indicación de alarma es complejo y es necesario tener un manual para descifrar los códigos que muestra la máquina averiada.

McBroken, un servicio de monitoreo de las máquinas de helados, señala que en un día cualquiera aproximadamente el 10% de los equipos están dañados. Pero en algunas regiones como Nueva York, las máquinas paradas por problemas técnicos rondaban entre el 20 y 40%.

Hasta que Kytch desarrolló un sistema de alarma más amigable y accesible para los responsables de mantener todo a punto en los establecimientos de McDonald’s.

Las primeras etapas del pleito

Durante la primera fase de la demanda presentada en mayo, Kytch alegó que Taylor intentó copiar el funcionamiento del artefacto desarrollado por la pequeña firma.

En una actualización de lo ocurrido desde entonces, la revista WIRED publicó en noviembre que la respuesta de McDonald’s al éxito de ventas de Kytch fue enviar un comunicado en otoño del 2020 a todos los franquiciantes advirtiendo que no usaran el nuevo sistema. Las razones ofrecidas por la casa matriz de McDonald’s para detener el uso del novedoso artefacto eran contundentes: representan un riesgo para la seguridad física, deja sin efecto la garantía emitida por Taylor y accedía a datos protegidos por derechos de propiedad intelectual.

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El memorándum recomendaba a las franquicias cambiarse a un nuevo sistema controlado por internet llamado el Taylor Shake Sundae Connectivity, aunque un año después la máquina no ha logrado superar la fase de pruebas.

Kytch demandó a Taylor, a un distribuidor de Taylor llamado TFG y a una franquicia de McDonald’s llamada Tyler Gamble que le habría dado acceso a su aparato.

La querella alega que Gamble incumplió el contrato de Kytch y que Taylor se apropió indebidamente de secretos comerciales.

Melissa Nelson, una de las cofundadoras de Kytch, dijo a WIRED que cree que Taylor hasta llegó a contratar una firma de investigadores privados para comprar de manera encubierta el aparato para tratar de analizarlo y copiarlo.

El negocio de no reparar

Las últimas informaciones entregadas al tribunal parecen confirmar los alegatos de Kytch y contradecir a Taylor, que aseguró que no habían imitado el sistema y que no tenían ningún deseo de hacerlo.

En uno de los casi 800 correos electrónicos que Taylor se vio obligado a entregar a la corte, su vicepresidente de ingeniería Jim Minard escribió en mayo de 2019 a un subordinado: “Por favor cómprame un equipo (de Kytch) y envíame una evaluación escrita sobre su hardware y su software”. Minard comentó en el email que “pareciera que quizás estamos obviando” al referirse a los sistemas usados en sus equipos.

Minard y otros ejecutivos de Taylor mencionaron en otras correspondencias las características del sistema de Kytch. En una de ellas se les solicitó a los diseñadores de Taylor crear una interfaz que fuese más “divertida y relevante” e incluía una imagen del artefacto de Kytch.

El objetivo final de Taylor no sería copiar el sistema de avisos de alerta sino evitar que Kytch repare las máquinas dañadas.

Kytch mostró documentos internos de Taylor que señalan que cerca del 25% de sus ingresos (de todos sus clientes, no solo de McDonald’s) provienen de contratos de reparación firmados con sus distribuidores. Los demandantes aseguran que ese es un poderoso incentivo para no fabricar máquinas más eficientes o no facilitar un proceso expedito de reparación a sus clientes.

Y mientras los clientes de McDonald’s lo único que desean es saborear despreocupados sus McFlurrys, Kytch y Taylor pasarán un buen tiempo más antes de que se declare un vencedor en su lucha amarga por el negocio de las procesadoras de helados.

Fuentes: WIRED, Breitbart.

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