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7 conductas nocivas para tu economía

Claves y consejos para cuidar tu salud económica y financiera
Claves y consejos para cuidar tu salud económica y financiera

Un país genera superávit cuando ingresa más dinero del que sale. Cuando ocurre lo contrario, lo que tenemos es déficit. Ambos términos pueden extrapolarse y utilizarse para analizar nuestras economía con el objetivo de tener una vida financiera saludable.

En la columna de hoy, les hablaré de lo que no se debe hacer. Son 7 conductas que nos alejan de la meta del superávit y cada una incluye un link a otra columna de este espacio para que puedan profundizar los conceptos y ser capaces de transformar su realidad.

¡Comencemos!

1) Gastar de manera compulsiva:

El gasto es uno de los pilares más importantes a la hora de construir finanzas saludables. Por más de que hayan logrado un excelente nivel de ingresos, de nada servirá esa conquista si el dinero que entra se pierde por la alcantarilla de las tentaciones consumistas. Frente a ello hay una estrategia efectiva que consiste en dar 3 pasos antes de concretar cada compra: 1) evaluar si se trata de un gasto o una inversión; 2) analizar qué impacto tiene en nuestras finanzas personales; y 3) averiguar si hay “premio por esperar”. En esta nota, encontrarán detalles sobre los pasos mencionados.

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2) Endeudarse:

A esta altura, ya nadie discute que las deudas alejan a las personas y a las familias de una economía superavitaria. Si tienen deudas en este momento, el consejo es que se fijen como prioridad cancelarlas total o parcialmente antes de pensar en invertir o gastar ahorros. Aquí les propongo opciones para facilitar este cambio trascendental: 1) clarificar su situación financiera; 2) involucrar a familiares y amigos de una manera distinta (no pidiéndoles dinero ni garantías propietarias); 3) eliminar los vehículos de acceso al crédito inmediato; y 4) confeccionar un plan de austeridad. En esta columna, recibirán más información sobre los pasos a seguir para dejar atrás el endeudamiento.

3) Usar mal las tarjetas de crédito:

Las tarjetas tienen doble filo. Si bien pueden servir en determinadas ocasiones para acceder a descuentos o financiar una compra puntual, la realidad es que su mal uso o abuso por parte de mucha gente las transforma en un arma de destrucción masiva para sus finanzas personales. Los tres pasos fundamentales para evitar la caída a un infierno de intereses y morosidad donde el VERAZ asoma con sus garras consisten en: 1) respetar las fechas de vencimiento de los resúmenes y no dejarse tentar por el pago mínimo de los plásticos; 2) establecer un aforo personal (un límite de gasto inferior al que nos ofrece el banco o la entidad emisora de la tarjeta); y 3) utilizar apps que nos ayuden a llevar un registro y control de los gastos. Más información en la siguiente nota.

4) Negarse a aprender sobre dinero:

Lo más probable es que lo que sepan sobre el manejo del dinero lo hayan aprendido en el seno familiar. Esto se debe a que, increíblemente, aún no existen -en los distintos niveles educativos- materias que nos permitan analizar y forjar una relación sana con el dinero. En la praxis, aprender sobre dinero consiste en incorporar hábitos saludables para construir una economía superavitaria. Los principales pasos en este sentido son: 1) realizar y mantener actualizado un panel de control financiero personal, 2) revisar siempre los resúmenes de tarjetas y tickets, 3) preferir siempre el pago con tarjeta de débito por sobre el de tarjeta de crédito; y 4) estar pendiente de las tasas de interés vigentes. En esta nota, amplío cada uno de estos conceptos.

5) No valorar tu tiempo laboral:

Si no valoramos nuestro tiempo laboral, estaremos destinados y destinadas a sueldos magros, muy por debajo de la media o de lo que quisiéramos recibir a cambio de nuestro esfuerzo. Por otra parte, resulta imposible apreciar y valorar nuestro tiempo si no aprendemos a apreciar y valorar nuestro dinero y viceversa. Como sabemos, en el sistema capitalista tiempo es dinero. En esta columna, comparto consejos para apreciar más el tiempo y el dinero, y mejorar la relación que tengan con lo material.

6) Gastar dinero en la lotería u otros juegos de azar:

Estadísticamente es más probable que nos caiga un rayo en una noche de tormenta que acertar los números ganadores de la lotería. De acuerdo con un estudio encabezado por el profesor Víctor Muñoz, de la Facultad de Ciencias Universitarias de Chile, la probabilidad de ganar el loto es de 1 en 4,5 millones. Lo mismo aplica para las supuestas inversiones que prometen “dinero fácil y rápido”, como las que analizo en esta columna.

7) Procrastinar el ahorro:

El ahorro es la pieza más importante del superávit. Cuando no hay ahorro, no hay excedente que se pueda destinar a inversiones que generen ingresos pasivos y fortalezcan el superávit. Para quienes tengan inconvenientes con este punto, recomiendo evaluar el enfoque conocido como “páguese a usted primero”. Por culpa de las convenciones más difundidas y aceptadas en la sociedad sobre el dinero, la mayoría de las personas piensan que se debe realizar la cuenta “Ingreso – Gasto = Ahorro” para saber cuánto pueden ahorrar, cuando en realidad lo más conveniente es modificar parcialmente el orden y poner en práctica la siguiente fórmula: “Ingreso – Ahorro = Gasto”. De esta manera, una vez que entra dinero (salario, ingreso cuentapropista, resultado de inversiones, etc.), lo primero que debemos hacer es separar un mínimo de 10% para ahorro personal y luego encarar los gastos fijos y variables con lo que nos sobre (el excedente). Más detalles de esta estrategia realmente efectiva, en esta nota.

Conclusión

Navegar las aguas turbias de una economía personal deficitaria resulta peligroso en la Argentina, donde la inestabilidad y la pobreza asoman a la vuelta de la esquina. Por el contrario, contar con una economía personal superavitaria nos pone en carrera para lograr nuevas metas financieras, porque esa es la forma en la que se origina el patrimonio y la posibilidad de obtener ingresos pasivos a través de distintas inversiones, muchas de las cuales solemos analizar en esta columna.

Con el excedente en nuestras manos, pasamos de las finanzas personales a las finanzas patrimoniales, con sus nuevos desafíos, mucho más entretenidos que aquellos que nos hablan de deudas y morosidad.

La correcta administración del capital conseguido será motivo de futuras notas. Comencemos por lo primero y aprendamos a ahorrar. Decirle adiós al estrés financiero equivale a conseguir una mejor calidad de vida, algo que todo ser humano social y económico desea.