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Abel Ferreira, el portugués copero en la Libertadores, que dijo haber mejorado con Marcelo Gallardo e igualó a Carlos Bianchi

Abel Ferreira y su histriónico festejo con la Copa Libertadores en mano, la segunda consecutiva en Palmeiras, tras el 2-1 a Flamengo en Montevideo.
Twitter @2010MisterChip

Justo unos segundos antes del gol del título de Deyverson en el suplementario, Néstor Pitana había amonestado al entrenador, ya cansado de escuchar sus airadas protestas. Abel Ferreira, director técnico bicampeón de la Copa Libertadores con Palmeiras, suele ser más amonestado que el jugador más aguerrido y batallador. En el Brasileirão recibió 18 tarjetas amarillas en 35 fechas. Esa manera sanguínea de seguir los partidos transmite a este Palmeiras que, sin ser favorito, le ganó por 2-1 a Flamengo en la prórroga de la final en el Centenario, de Montevideo.

La definición extendió el llamativo dominio contemporáneo de los entrenadores portugueses en el torneo de clubes más importante de América del Sur. Jorge Jesus lo había obtenido con Flamengo en 2019, con los goles de Gabigol a River en los últimos cinco minutos. Y ahora tomó la posta Ferreira (42 años), el primer director técnico en conseguir dos títulos consecutivos desde que lo hizo Carlos Bianchi con Boca en 2000 y 2001.

La intensidad de Ferreira para vivir los partidos; Néstor Pitana lo amonestó antes del segundo gol de Palmeiras.
Matilde Campodonico


La intensidad de Ferreira para vivir los partidos; Néstor Pitana lo amonestó antes del segundo gol de Palmeiras. (Matilde Campodonico/)

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Como hace un año ante Santos, cuando Breno Lopes ingresó desde el banco y se convirtió en el héroe inesperado al hacer el gol del título, Ferreira encontró al salvador entre los suplentes. Dyverson entró al comienzo del suplementario y a los cinco minutos aprovechó el grosero error de Andreas Pereira –se le fue largo un control de zurda– para marcar el 2-1. Raphael Veiga había puesto en ventaja al campeón a los cinco minutos y Gabigol, máximo goleador del torneo, con 11, había empatado a los 27 de la segunda etapa.

Nacido hace 42 años en Peñafiel, Ferreira se hizo un lugar entre los entrenadores más importantes en la historia del Verdão, junto a Luiz Felipe Scolari –conquistó la primera Libertadores, en 1999–. Vanderlei Luxemburgo y Oswaldo Brandão.

Lo más destacado de la consagración de Palmeiras

“Quizá Flamengo era el candidato porque a la gente y al periodismo les gusta el jogo bonito, pero nosotros jugamos una final como se debe. Concentrados, sólidos, siendo simples y dejando todo en el campo. Desde que llegó, el profe [Ferreira] nos dio mucha confianza. Formamos un grupo muy bueno”, expresó el firme zaguero paraguayo Gustavo Gómez.

La historia que el portugués está escribiendo en la Libertadores también tiene un vínculo con Marcelo Gallardo, desde aquella recordada semifinal de la anterior temporada. Tras el 3-0 de Palmeiras en la ida, River lo arrolló en el desquite, se puso 2-0, le creó varias situaciones de gol más y, de no mediar aquella milimétrica intervención del VAR, el futuro de Ferreira quizá habría sido incierto, con una eliminación que no estaba en los cálculos de nadie.

Apenas finalizado aquel encuentro, el portugués le manifestó su admiración a Gallardo, al abrazarlo y hacerle más de un comentario al oído mientras caminaban por el campo. “Le dije a Gallardo que yo iba a ganar la Libertadores y que un pequeño porcentaje iba a ser de su responsabilidad, porque si ahora soy mejor entrenador es gracias a él. Me contestó ‘andá y ganala’. River también merecía ser finalista”, comentó el portugués.

Tras esta final, Ferreira puso en duda su continuidad, esgrimiendo argumentos parecidos a los de Gallardo, si bien el contrato del portugués vence en junio próximo. “El club ya me mostró su voluntad de que siga. Estoy agradecido, pero debo reflexionar con mi familia”, expresó. Sus dudas surgen por los recargados calendarios del fútbol brasileño: “Con todos los partidos que hay que afrontar no logro estar en mi máxima capacidad, con todas mis fuerzas y energías. Es inhumano lo que hacen aquí”. Luego de vivir el encuentro con las revoluciones aceleradas, Ferreira recorrió el campo para saludar a los jugadores de Flamengo. Y también a su colega Renato Gaúcho, que se quedó en el umbral de su segunda Libertadores, tras la conquistada de 2017 en Grêmio, de Porto Alegre, en la definición con Lanús.

Con pasos previos en Sporting Braga, de su país, y PAOK, de Grecia, Ferreira asumió hace un año y medio en Palmeiras. Su ideario de juego es equiparado al de su compatriota José Mourinho. Equipos que prefieren recuperar la pelota en el bloque bajo, achicando espacios en el campo propio para salir en rápidas transiciones. Así llegó el primer gol a Flamengo, aprovechando la espalda del lateral Filipe Luis. En los 120 minutos, la posesión del campeón fue de 36 por ciento y contabilizó 10 remates (6 al arco) contra 19 (2) de Flamengo.

Deyverson aprovechó un error de Andreas Pereira y convierte de zurda el gol del título de Palmeiras.
JUAN MABROMATA


Deyverson aprovechó un error de Andreas Pereira y convierte de zurda el gol del título de Palmeiras. (JUAN MABROMATA/)

El paralelismo con Mourinho también se encuentra en su tendencia a polemizar con la prensa, los árbitros o cualquier enemigo que surja en el camino. Es de cultivar la consigna “nosotros contra el mundo” para aglutinar a su plantel.

Varias veces recibe cuestionamientos porque Palmeiras es demasiado conservador. De todas formas, capacidad para hacer daño en el ataque no le falta. El equipo paulista es el que hizo más goles (20) en la etapa de grupos y el segundo en puntos (15, contra los 16 de Atlético Mineiro) entre los 32 participantes. Camino a la final, eliminó a Universidad Católica (1-0 y 1-0), San Pablo (1-1 y 3-0) y Mineiro (0-0 y 1-1; pasó por el gol como visitante).

Gustavo Gómez y Felipe Melo levantan la Copa Libertadores en el Centenario
EITAN ABRAMOVICH


Gustavo Gómez y Felipe Melo levantan la Copa Libertadores en el Centenario (EITAN ABRAMOVICH/)

El rival que más hizo tambalear la solidez de Palmeiras en la copa fue Defensa y Justicia, que le infligió la única derrota en la campaña, el 4-3 en San Pablo. En Florencio Varela, Palmeiras venció por 2-1. De los 10 tantos recibidos en todo el torneo, el conjunto de Sebastián Beccacece le marcó cinco. Se hizo una rivalidad repleta de emociones, porque unos meses antes, Defensa le había ganado a Palmeiras la Recopa Sudamericana, por penales, en San Pablo. Y en la final del Torneo Paulista el Verdão cayó ante el San Pablo al que dirigía Hernán Crespo, del que después se desquitó en los cuartos de final de la Libertadores. Todo propiciado por Ferreira, el portugués más copero en América del Sur.