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El problema para el que nadie encuentra solución: el buzón de correo electrónico sin fin

El correo electrónico, que ha existido desde que empezamos a usar el internet, es una fuente de dolor sin plan de tratamiento. (Glenn Harvey/The New York Times)
El correo electrónico, que ha existido desde que empezamos a usar el internet, es una fuente de dolor sin plan de tratamiento. (Glenn Harvey/The New York Times)

A lo largo de más de diez años en los que he estado escribiendo sobre tecnología de consumo, el único tema que he evitado es el problema del correo electrónico.

Eso se debe a que el correo electrónico, que ha existido desde que empezamos a usar el internet, es una fuente de dolor sin plan de tratamiento. Está fuera de control: cualquiera, desde las exparejas hasta los anunciantes, pueden enviarnos mensajes. Es molesto: en cuanto compramos algo en línea y compartimos nuestra dirección de correo electrónico, los negocios nos bombardean con mensajes inútiles. También provoca comportamientos groseros: ¿quién no ha ignorado la avalancha de correos electrónicos que le llega?

Así que, cuando escuché que los creadores de Basecamp, una popular herramienta de colaboración en línea, estaban tratando de reinventar el correo electrónico con una nueva aplicación y un nuevo servicio, tenía que ver qué idearon. Esta semana, Basecamp presentó Hey, un servicio con un costo de 99 dólares al año que ofrece una interfaz más limpia para explorar el correo electrónico.

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Su principal atractivo de venta es una herramienta de filtrado que podemos usar para decidir quién nos puede enviar correos electrónicos lo cual, en teoría, nos ayuda a retomar el control de nuestros buzones de entrada. Eso no es muy distinto de la posibilidad de bloquear a remitentes en servicios como Gmail, pero Hey permite que la gente los filtre por defecto.

“La razón por la que la gente odia el correo electrónico es porque ya no tiene el control”, dijo Jason Fried, director ejecutivo de Basecamp. “Al darle la vuelta y devolverle el control al usuario, ofrecemos un cambio radical”.

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La gente de 16 a 44 años pasa más tiempo en aplicaciones como Facebook Messenger, WhatsApp y Twitter que el email.
La gente de 16 a 44 años pasa más tiempo en aplicaciones como Facebook Messenger, WhatsApp y Twitter que el email. Foto: Getty Image.

Sin embargo, tras una semana de probar Hey, me entristece informar que no sentí haber recuperado el control de mi buzón de entrada. Sospecho que la mayoría de nosotros seguirá sintiendo que servicios gratuitos como Gmail son lo suficientemente buenos —además de que son gratis y bastante eficientes— y difíciles de superar. Hey dio un buen primer paso, pero tendrá que hacer más para convencer a la gente de pagar 99 dólares al año.

Además, terminé la prueba convencido de que el correo electrónico en general está tan descompuesto que muchos de nosotros hemos llevado la mayoría de nuestras conversaciones a otros lugares. Más abajo escribiré al respecto.

Esto es lo que hace Hey

Al igual que Gmail en sus primeros días, Hey es un servicio exclusivo por invitación. Para suscribirte y tener una cuenta, envías un correo electrónico a iwant@hey.com y le dices a la compañía cuál es tu experiencia con el correo electrónico. Después recibes un código de suscripción.

Puedes ingresar a tu buzón de entrada de Hey a través de un navegador web o de aplicaciones hechas para Apple, Android, Windows y dispositivos Linux. (Los usuarios de Apple quizá tengan problemas descargando la aplicación: Basecamp señaló el martes que Apple había rechazado una nueva versión de Hey de su App Store debido a problemas relacionados con su política para cobrar las suscripciones).

La función estelar de Hey es la herramienta de filtrado. Cuando te llega un correo electrónico de alguien, un mensaje en la parte superior de la pantalla te invita a filtrar al remitente. Después te lleva al menú de Screener (filtro), que muestra una lista de cualquier remitente que envía un mensaje por primera vez y te ofrece la opción de dar clic en Sí o No para recibir correos electrónicos de esa dirección.

Hey también tiene otros beneficios:

— Tecnología contra los rastreos: los rastreadores de correo electrónico tienen muchas formas, incluyendo un solo píxel invisible o fuentes web especiales, y los anunciantes con frecuencia los usan para detectar cuando alguien abre un mensaje e incluso para saber dónde está la persona cuando se abre el correo electrónico. Hey automáticamente detecta correos electrónicos que contienen rastreadores y te alerta cuando los bloquea. Esa es una ventaja en comparación con servicios como Gmail que ofrece protecciones mínimas en contra del rastreo.

— Un sitio para los recibos: cuando te llega un recibo de un negocio o de un itinerario de viaje, puedes dar clic en el botón Move (mover) para enviarlo al Paper Trail (rastro documental), que básicamente es una carpeta para documentos importantes.

— Otras herramientas de gestión de correo electrónico: cuando recibes un correo electrónico importante que no quieres olvidar, puedes apartarlo para que una vista previa del mensaje permanezca en la parte inferior de la pantalla de la aplicación. También puedes resaltar correos electrónicos cuando quieras responderlos más tarde tocando el botón Later (más tarde).

Probando, probando

Con el fin de probar Hey configuré dos de mis cuentas de Gmail para que automáticamente reenviaran todos los mensajes a mi dirección de correo de @hey.com para poder ver si las herramientas de filtrado podían ayudar a que mi buzón de entrada me pareciera menos abrumador.

Poco después encontré fallas. En algunos casos, la herramienta de filtrado fue útil: filtré correos electrónicos molestos de campañas políticas, Priceline y Enterprise Rent-A-Car, simplemente dando clic en el botón No para esos remitentes.

Pero cuando se trató de los negocios cuyos mensajes sí quería recibir, el filtrado se convirtió en toda una tarea. Me llegan demasiados correos electrónicos de anuncios de mi compañía de seguro para el hogar, por ejemplo, pero quiero recibir sus mensajes sobre recibos o cambios de políticas. ¿Cómo los separo? A veces los negocios envían mensajes importantes y correos de anuncios desde distintas direcciones de correo, pero no siempre, y solo filtrar las direcciones que envían correo no deseado se volvió tedioso.

La cantidad de correos no deseados recibidos es uno de los mayores problemas de los emails. Foto: Getty Image.
La cantidad de correos no deseados recibidos es uno de los mayores problemas de los emails. Foto: Getty Image.

La tecnología antirrastreo de Hey también me pareció incompleta. El servicio principalmente bloquea los pixeles de rastreo y las fuentes especiales, que, cuando se cargan, avisan a servidores externos para informarle a un tercero cuando has abierto un correo electrónico.

Sin embargo, los rastreadores web también están en otras partes de los correos electrónicos. Cuando das clic en una palabra con un hipervínculo en una oración o en una fotografía para una sudadera Uniqlo, eso también puede alertar a un tercero y avisar que abriste el correo electrónico e interactuaste con su contenido. (En el pasado, los bloqueadores de rastreadores de correo que probé les quitaban a los hipervínculos los rastreadores que tenían).

Fried dijo que la gente generalmente entendía que los enlaces de correo electrónico iban a sitios web que los rastreaban. No estoy de acuerdo. Mi preocupación es que, cuando Hey informa que han sido bloqueados los rastreadores, la gente tendrá una idea falsa de seguridad.

Disfruté mucho otras funciones de Hey. Me encantó la herramienta que permite separar mensajes para tener correos importantes al frente de la aplicación mientras trabajas. La función Paper Trail también fue agradable para mantener organizados los recibos.

Pero aún así no pagaría por Hey debido a algunas de las fallas que experimenté.

¿Es posible que el correo electrónico vuelva a ser divertido?

Probar Hey me hizo recordar una época en la que el correo electrónico me hacía feliz. En los días de AOL en la década de 1990, dependíamos del correo electrónico para enviarles mensajes a amigos y familiares.

Cuando surgió Gmail a mediados de la década de 2000, Google ofrecía un buzón de entrada indexado y gratuito con más almacenamiento, lo cual eliminaba la necesidad de borrar correos. Pero ese servicio utilizado de manera generalizada no ha cambiado mucho desde su creación.

En otras palabras, el correo electrónico se volvió aburrido.

Muchas compañías han intentado mejorar la experiencia del correo. En 2013, Dropbox adquirió Mailbox, una aplicación que ayudaba a los usuarios a depurar sus buzones de entrada, por 100 millones de dólares. Dropbox eliminó la aplicación en 2015, tras concluir que no “solucionaría el correo electrónico de manera fundamental”.

Después de probar Hey, vi de cerca mis dispositivos y me di cuenta de una tendencia. La gran mayoría de mis conversaciones digitales con familiares, amigos y colegas ocurren en aplicaciones como iMessage, Google Hangouts y Slack. Mis cuentas de correo se han convertido en un canal pasivo para recibir boletines de noticias y recibos.

Ese quizá sea el caso de muchas personas. La gente de 16 a 44 años pasa más tiempo en aplicaciones como Facebook Messenger, WhatsApp y Twitter que en Gmail, y las personas mayores pasan más tiempo usando Gmail que las aplicaciones de mensajería, dijo Amir Ghodrati, director de información de mercado de App Annie, una firma de investigaciones.

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This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company