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Abriendo camino en un mundo de hombres: de cajera de un banco a gestionar millones

Mujer en oficina
En el sector financiero, entre el 83% y el 77% de los empleos son ocupados por hombres. Foto de Getty Images

La integración de la mujer al mercado laboral en igualdad de condiciones que los hombres continúa siendo una lucha, como ha advertido recientemente la propia presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos, Janet Yellen. De hecho, el tema se está convirtiendo en una gran preocupación para no pocos economistas, que consideran que la prosperidad de muchos países puede depender de la fuerza laboral femenina en un futuro no muy lejano.

La situación varía según los sectores. Uno de los menos equilibrados desde el punto de vista de la igualdad de género es el financiero. Aquí sólo entre el 17% y el 23% de todos los empleados son mujeres, según cifras de Bloomberg.

Si se echa un ojo a los cargos directivos, las cifras del sector son incluso más llamativas. Un estudio de Morningstar publicado en 2015 desvelaba que menos del 10% de todos los gestores de fondos son mujeres en Estados Unidos, el centro mundial de la inversión bursátil. Este mismo trabajo también aseguraba que sólo el 2% de los activos de la industria eran gestionados exclusivamente por mujeres. Como contraste, los fondos dirigidos exclusivamente por hombres eran el 74% y los activos gestionados solamente por ellos eran el 78%. Los porcentajes restantes correspondían a equipos mixtos. El más reciente estudio de la firma, con una visión internacional del sector, asegura que la situación no ha mejorado.

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Experiencia personal

Es por ello que, cuando escuchas historias como la de Cristina Campabadal, es inevitable sonreír como un reflejo de esperanza. Ella comenzó como cajera en una oficina bancaria en Barcelona y hoy es la fundadora y CEO (presidenta ejecutiva) de CCS Finanzas, una empresa dedicada a gestionar grandes patrimonios y asesorar financieramente a sus dueños, lo que en en el mundo anglosajón se conoce como ‘multi family offices’.

“El sector financiero, todavía es un mundo dominado por los hombres. En Estados Unidos lo llaman ‘’the boys’ club’ [el club de los chicos] y como mujer has de conseguir entrar en ese grupo, mantenerte, crecer y llegar a donde desees. Se puede, pero no es fácil”, comenta Campabadal.

Ella sabe muy bien de lo que habla porque, con 14 años de experiencia en el sector y antes de fundar CCS Finanzas, fue Asesora Asociada en una multi family offices americana y manager de Latinoamérica y Directora de Desarrollo en una multi family office española. También conoce el mundo de los grandes grupos bancarios, ya que formó parte del equipo del Banco Santander International Private Banking en Miami y de la división de banca privada del Grupo BBVA en España.

Durante ese tiempo, ha podido constatar las dificultades por las que las mujeres tienen que pasar en el sector. “Por ejemplo, los viajes de negocios, no son iguales para un banquero de banca privada que para una banquera”, asegura. “Debemos ser mucho más cautas que los hombres en las reuniones, en los viajes, en la forma de vestir, de expresarnos, y en tantas cosas para que no haya confusiones ni conflictos de ningún tipo, no te hagan bromas fuera de lugar o que pongan en duda tu profesionalidad”.

Campabadal también ha podido constatar que la diferencia salarial entre hombres y mujeres es real, no sólo algo que aparece en las estadísticas. “Me consta que una mujer con la misma experiencia que un hombre, misma edad, realizando el mismo trabajo y con la misma posición, recibía un salario hasta un 40% inferior al de él”.

Cristina Campabadal
Cristina Campabadal

Y por si eso fuera poco, las mujeres del sector también tienen que luchar contra los prejuicios. “Yo misma tuve que oír, por poner un ejemplo, que ‘era una simple cara bonita’ cuando estaba gestionando una cartera de 500 millones de dólares”, recuerda. Lamenta que, ciertos profesionales, si te ven joven y mujer, “dudan del modo por el cual has obtenido un determinado puesto de trabajo o sigues ascendiendo”. Opina que “difícilmente lo atribuyen a la realidad, es decir, al trabajo duro, a las decenas de viajes internacionales extra que haces para mantenerte cerca de las familias, dándoles un asesoramiento más personalizado, o a los buenos resultados en los portafolios de los clientes”.

A pesar de algunas malas experiencias vividas tanto por ella como por otras mujeres que conoce del sector, Campabadal prefiere quedarse con todas las cosas buenas que se ha encontrado por el camino. “No todas las empresas ni todos los profesionales son así, ni mucho menos”, puntualiza. “Sólo espero que algunas cosas cambien respecto a la desigualdad de género y que tanto hombres como mujeres jóvenes que deseen llegar al top de la banca privada sepan que se puede”.

Aventura empresarial

Ella es el mejor ejemplo de ello. Su empresa, CCS Finanzas, acaba de iniciar su andadura, pero ya trabaja con clientes de España, Colombia, Perú y Chile, entre otros países. Las familias a las que asesora cuentan con patrimonios líquidos que oscilan entre los ocho y los 100 millones de dólares. La compañía dispone de una oficina en Barcelona y presencia en Miami y New York, y está formada por un equipo de cuatro personas.

Campabadal explica que uno de los motivos principales que le llevaron a crear su propia firma fue “poder cumplir y aplicar con total libertad los valores que cree que deben estar presentes en una empresa y en la relación con el cliente, y aplicar los puntos fuertes que he detectado de profesionales con los que he trabajado, tanto los más junior como los más senior”. Entre esos valores, menciona como uno clave la confianza. El hecho de que las familias para las que trabaja sepan que su principal objetivo es exclusivamente el beneficio de éstas, con ausencia de cualquier tipo de conflicto de interés, sin producto propio ni cobrando comisiones externas.

Cuando habla de todo ello, sus palabras están cargadas de pasión. Y eso es lo que quiere transmitir, a pesar de todos los retos que ha tenido que superar como profesional joven y mujer.

Por eso, tiene muy claro el mensaje para todos aquellos que comienzan su aventura en el sector o están pensando en hacerlo: “Que sean honestos y transparentes, estén de parte del cliente, sean fuertes, persistentes, analíticos y pacientes. Siempre sonriendo y disfrutando del maravilloso mundo de las finanzas, superando cada reto de cualquier tipo y poniéndose objetivos determinados de crecimiento tanto personal como profesional, cada dos o tres años”.