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La abrupta caída de la "Miss Sinaloa" que se convirtió en "Miss Narco"

Laura Zúñiga tenía solo cinco años cuando hizo un berrinche tremendo para que la anotaran en un concurso de reina de la primavera que se organizaba en su jardín de infantes. Años después, ya en plena adolescencia, tuvo la absoluta convicción de que su futuro estaba en su belleza: se abrió camino en ese mundo de egos desmedidos y llegó a ser Miss Sinaloa, Reina Hispanoamericana y Nuestra Belleza Internacional, pero su corona fue efímera, ya que se enredó con el narcotráfico, fue encarcelada y nunca más volvió a ser la misma.

Laura Elena Zúñiga Huizar, tal su nombre completo, nació el 3 de enero de 1985, en Culiacán, en el centro del estado mexicano de Sinaloa. Provenía de una familia muy humilde y su padre mantenía el hogar con una pequeña tienda de discos originales, que ofrecía "lo mejor de la música sinaloense".

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Dicen que hasta los 15 años jugó a las muñecas y que su madre siempre quiso que fuera maestra de preescolar o de primaria. Pero Laura, desde muy chica, tuvo como aspiración mayor ser reina de belleza: dio sus primeros pasos, como se dijo, en el jardín de infantes, en un concurso en el que salió segunda.

Cuando llegó a la adolescencia, su solo andar por las calles despertaba miradas y suspiros. Ya acostumbrada a llamar la atención, caminaba altiva, con paso ondeante y mirada segura. Javier Valdez, periodista mexicano asesinado por los narcos, la describe así en su libro "Miss Narco": "A los 18 años, pesaba 55 kilos, tenía una larga cabellera color castaño, ojos café y 1,80 de altura. Sus medidas? 80, 62, 85".

El libro de Valdez también señala que Laura estudio Licenciatura en Educación Preescolar en el Liceo Rosales, en el propio centro de Culiacán. El día que terminó su carrera, llegó a su casa, se dirigió a su madre y le dio el título: "Acá está. Cumplí", le dijo. "No estaba en sus planes ejercer esa profesión, sino encarar otro camino: el de la belleza como mercancía", se indica en Miss Narco.

Pero no le sería fácil. En una de sus primeras presentaciones como modelo, salió corriendo de la pasarela, muerta de miedo y con la cara llena de lágrimas. Pero pronto empezó a ser apoyada por el empresario Eduardo Santana, también nacido en Culiacán y propietario de una agencia de modelos. Tres años después, se pasó a otra agencia, junto con un centenar de chicas.

Eso la llevó a radicarse en Ciudad de México, donde se encontró perdida en un principio. Sin embargo, pronto se acomodó. "Empezó a participar en desfiles patrocinados por importantes marcas y a colaborar en campañas publicitarias de reconocidos productos. El primer concurso que ganó fue Intermodel 2005. Repitió el título en 2006, lo que le permitió participar en el calendario Latinas Ilustrated, y volvió a repetir corona y almanaque en 2007", se detalla en Miss Narco.

Valdez subraya en su libro que, para ese entonces, Laura Elena ya había hecho lo imposible por mantenerse frente a los reflectores de la fama, lo que incluía un par de operaciones para estirarse y agrandar sus pechos.

Llegó así el 8 de julio de 2008, el día en que se decidía quién sería Nuestra Belleza Sinaloa. Pese a sus cualidades, ella no era la favorita para ganar. Pero ganó y le colocaron la corona. Eso no es todo. Dos meses después, el 20 de septiembre de 2008, compitió contra otros treinta y dos concursantes en el concurso nacional [Nuestra Belleza México 2008] y fue seleccionada automáticamente para representar al país en el concurso Miss International 2009.

Solo un mes después demostraría que su buena estrella la seguía allá adonde fuera: el 30 de octubre de 2008, participó en el concurso para Reina Hispanoamericana, representando a su país en Santa Cruz, Bolivia. También allí fue la ganadora, se calzó la corona y llevó ese título por primera vez a México.

Aquella chica de hogar humilde que jugó a las muñecas hasta los 15 años era ahora, literalmente, la reina de la belleza, iba a representar a su país con su figura y tenía por delante una gran carrera y fortuna. Estaba en su mejor momento. Tocando el Cielo con sus manos. Pero. siempre hay un "pincelazo" que arruina el cuento de hadas.

El 22 de diciembre de 2008, Laura iba en auto con su novio, cuando fue detenida por la policía en Zapopan, Jalisco. Su novio no era otro que Ángel Orlando García Urquiza, líder narco del Cartel de Juárez. En el vehículo, donde iba además un grupo de sicarios, les encontraron rifles, pistolas de asalto, celulares y 100.000 dólares.

Luego de decir su nombre, Laura fue encapuchada y llevada junto con el resto de los detenidos a una sala de interrogatorios. De pronto, se vio ante los flashes, pero no de la fama, sino los de las fotografías de rigor que se les toman a los reos: frente a ella, en una mesa, lucían las armas, cartuchos y fajos de billetes que les habían secuestrados.

Como dice Valdez en su libro: "No era ni la pasarela ni la sesión fotográfica. Tampoco la posada, la fiesta con los amigos a la que asistirían esa noche. Laura estaba en problemas. Estaba detenida". Finalmente, fue encarcelada y se le quitaron todos los títulos ganados en los concursos de belleza. Recobró la libertad un año más tarde, pero nunca pudo rehacer su carrera.

Una foto de ella, que la mostraba desgreñada y nerviosa, inundó enseguida las tapas de las revistas. Sus familiares y amigos no lo podían creer, tampoco el gran público mexicano: ella, Nuestra Belleza Sinaloa 2008, Reina Hispanoamericana y Nuestra Belleza Internacional había terminado presa, envuelta en el oscuro mundo del narcotráfico. No, definitivamente, no eran esos los flashes con los que siempre había soñado Laura.

* Si querés ver la columna en vivo, sintonizá los viernes a las 23 Lo que el día se llevó (lunes a viernes), por LN+: 715 y 1715 de DirecTV, Cablevisión 19 Digital y analógico/ 618 HD y Flow, Telecentro 705 Digital, TDA 25.3, Telered 18 digital y servicio básico y Antina 6 digital.