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Al aceptar trabajos esporádicos, muchas personas quedan excluidas de los cheques por desempleo

Una vista del Aeropuerto Internacional de Burlington donde Annie Frodeman trabaja jornadas laborales como agente de rampa para Aerolíneas Piedmont, en Burlington, el 21 de julio de 2020. (John Tully/The New York Times)
Una vista del Aeropuerto Internacional de Burlington donde Annie Frodeman trabaja jornadas laborales como agente de rampa para Aerolíneas Piedmont, en Burlington, el 21 de julio de 2020. (John Tully/The New York Times)
Annie Frodeman, que combina turnos laborales registrando a pacientes que llegan a una sala de emergencia en un hospital y como agente de rampa en el aeropuerto, con su chaleco de seguridad del aeropuerto cerca de su casa en las afueras de Burlington, Vermont, el 21 de julio de 2020. (John Tully/The New York Times)
Annie Frodeman, que combina turnos laborales registrando a pacientes que llegan a una sala de emergencia en un hospital y como agente de rampa en el aeropuerto, con su chaleco de seguridad del aeropuerto cerca de su casa en las afueras de Burlington, Vermont, el 21 de julio de 2020. (John Tully/The New York Times)

Annie Frodeman a menudo trabajaba 40 horas a la semana o más, lo que equivale a un empleo de tiempo completo según el estándar. Pero, en realidad, las repartía en dos trabajos.

Antes del brote de coronavirus, cuatro o cinco mañanas a la semana trabajaba como agente de rampa en el aeropuerto para Aerolíneas Piedmont en Burlington, Vermont —cargando y descargando equipaje de los aviones, rellenando tanques de agua y, a veces, vaciando los baños de los aviones— por menos de 15 dólares la hora. El resto del tiempo aceptaba turnos en la sala de emergencias del Centro Médico de la Universidad de Vermont, registrando pacientes por 20 dólares la hora.

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Aunque Burlington es costoso, dijo Frodeman, ambos empleos le proporcionaron los ingresos y la flexibilidad que necesitaba para pagar sus cuentas mientras asistía a la escuela de posgrado de tiempo parcial. Pero la llegada de la pandemia suspendió los empleos.

La aerolínea prescindió de sus servicios. Esperaba compensar esas horas en el hospital pero, poco después, sus semanas de 35 a 45 horas se redujeron a un solo turno de ocho o cuatro horas. “La semana pasada no me dieron nada”, comentó.

Tener varios empleos es algo común para millones de estadounidenses. Sin embargo, las soluciones de varios empleos que permitían que las personas salieran adelante cuando la tasa de desempleo se acercaba a niveles mínimos históricos colapsaron en cuanto la pandemia frenó o cerró grandes sectores de la economía.

El impacto económico rápidamente expuso el desajuste entre lo que significa ganarse la vida en un país como Estados Unidos durante la crisis sanitaria de 2020 y los sistemas establecidos para proteger a los trabajadores. Ya es más probable que las personas que dependen de las nóminas de distintos empleadores tengan horarios cambiantes, sueldos semanales impredecibles, honorarios bajos por hora, así como falta de prestaciones como días de enfermedad y seguro médico. También es más probable que sean negros, jóvenes y que no tengan un título universitario.

Y cuando llegan los tiempos difíciles, los excluyen de las prestaciones estatales de desempleo que son normales.

“Hay un desfase entre la enorme volatilidad, los empleos parciales con los que las personas logran tener ingresos y el sistema que te dará un cheque”, dijo Susan J. Lambert, profesora de la Universidad de Chicago que estudia los empleos de baja especialización que se pagan por hora.

Desde que comenzó la pandemia, las medidas que deben implementarse cuando empeora la situación económica han intentado mantener el ritmo. Millones de estadounidenses y sus familias han perdido el seguro médico proporcionado por sus empleos. Más de uno de cada cuatro hogares con niños no tienen los recursos necesarios para comer, según Hamilton Project, una división de la Institución Brookings que estudia las políticas económicas. Los bancos de alimentos en todo el país se han visto saturados a pesar del enorme aumento de las inscripciones en el sistema de cupones de alimentos.

Cuando los cierres económicos comenzaron a extenderse por el país, el Congreso se enfocó en el sistema actual del seguro de desempleo como el medio principal de ayuda. Los legisladores se apresuraron a llenar algunos de los vacíos y crearon el programa de Asistencia de Desempleo por la Pandemia, una prestación temporal para los trabajadores independientes y de tiempo parcial, así como para los empleados por contrato, autónomos y temporales, quienes no pueden solicitar prestaciones estatales normales.

El programa federal de emergencias, que expira a fines de año, le proporcionó ayuda a millones de personas, pero ha tenido problemas por su lenta implementación, las reglas complicadas, así como la saturación de los sistemas informáticos y los administradores. El fraude organizado ha empeorado aún más ese proceso.

No queda claro cuántas personas combinan dos o más empleos de tiempo parcial o aceptan uno adicional como conducir para Lyft, además de su trabajo de tiempo completo. Las cifras oficiales de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS, por su sigla en inglés) que se basan en encuestas muestran que un pequeño porcentaje de los trabajadores —alrededor del cinco por ciento— entran en esta categoría, pero varios economistas dicen que las mediciones se ven afectadas debido a una definición anticuada de lo que constituye el trabajo remunerado y suposiciones engañosas sobre los horarios de trabajo.

La oficina solo pregunta acerca del trabajo en una semana específica de referencia, por ejemplo, lo cual quizá no capta la realidad de los trabajadores por contrato y los trabajadores independientes que tienen horarios cambiantes. Tampoco toma en cuenta a las personas con empleos autónomos que realizan más de un trabajo.

“Lo que hemos estado descubriendo es que los números de la BLS simplemente no nos están contando toda la historia”, dijo Hye Jin Rho, una economista del Centro de Investigación en Economía y Política, un grupo de investigación con tendencias de izquierda de Washington, que hace poco terminó un estudio de personas que tienen varios empleos. Los investigadores hallaron que hasta el 16 por ciento de la fuerza de trabajo estadounidense —más de 26 millones de personas— depende de varios empleos para obtener ingresos.

Adam Ozimek, principal economista de Upwork, una plataforma en línea para contratar a trabajadores independientes que también analiza a las personas que tienen varios empleos, argumenta que el total es aún mayor porque el 35 por ciento de los trabajadores realizan algún tipo de trabajo independiente a lo largo de un año. “Los empleos autónomos siempre han sido un elemento de la economía estadounidense moderna”, dijo Ozimek. Además explica que esos trabajos no han sido reconocidos a través de las medidas o las políticas oficiales.

Las dificultades que enfrentan estos trabajadores se han multiplicado durante la pandemia.

La pelea política actual para saber si se debe extender una prestación suplementaria semanal de 600 dólares por desempleo —que expira al término de este mes— ignora las afectaciones financieras totales que la pandemia ha causado en los hogares, según sostienen algunos economistas.

“Lo que creo que está ausente de la conversación actual sobre el desempleo es que quizá no hayas perdido tu empleo principal, pero perdiste tu trabajo secundario y no puedes hacer una solicitud por desempleo”, dijo Rho. “Estás sufriendo financieramente, pero no hay otra manera de compensarlo”.

Los congresistas republicanos se han opuesto a la expansión del suplemento porque ese dinero adicional implicaba que la mayoría de los beneficiados estaban obteniendo más de lo que habrían ganado en su empleo normal.

Sin embargo, varios economistas afirman que los pagos han mantenido en funcionamiento la economía al darles a los consumidores dinero para gastar. En la mayoría de los estados, las prestaciones estatales normales remplazan menos de la mitad de los sueldos perdidos, y la prestación de Asistencia de Desempleo por la Pandemia es la mitad de esa prestación estatal promedio. Además, existen al menos veinte millones de personas desempleadas pero solo cinco millones de ofertas de empleo.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company