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Los activistas climáticos irrumpieron en Exxon, pero hay demasiada resistencia aun para cambiar

Una vista del inmenso complejo de Baytown de ExxonMobil en Baytown, Texas, el 17 de febrero de 2020. (Tamir Kalifa/The New York Times)
Una vista del inmenso complejo de Baytown de ExxonMobil en Baytown, Texas, el 17 de febrero de 2020. (Tamir Kalifa/The New York Times)

La urgencia creciente de abordar el cambio climático y las preocupaciones sobre el desempeño financiero de ExxonMobil se alinearon esta semana para que los inversionistas activistas pudieran colocar dos miembros en el consejo de administración de la empresa.

Sin embargo, no queda claro si los activistas podrán cumplir sus metas duales: reducir las emisiones que están calentando el planeta y elevar las ganancias y el precio de las acciones de Exxon. Las tensiones potenciales entre esos objetivos podrían sepultar el esfuerzo de los inversionistas por transformar la empresa y la industria petrolera.

Un giro más lento del que se pensaba

Lograr que Exxon, una empresa titánica con 265.000 millones de dólares en ingresos en 2019 y yacimientos de gas y petróleo en todo el mundo, haga el giro hacia una energía más limpia tardará años y será un proceso difícil. Es poco probable que produzca rendimientos rápidos y tal vez disminuyan las ganancias durante un tiempo, mientras la empresa gasta una pequeña fortuna en reestructurarse.

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Además, las firmas de inversión más grandes, las cuales brindaron un apoyo crucial a los activistas y controlan una buena parte de la participación de Exxon, tal vez son demasiado tímidas como para mantener la presión sobre los ejecutivos y los consejeros de la empresa que están decididos a resistirse a los grandes cambios.

El manifiesto que organizó Engine No. 1, el fondo de cobertura con una participación diminuta en Exxon que encabezó el esfuerzo disidente, no es particularmente extremo. Tampoco contiene muchos detalles. Las dos personas que obtuvieron los lugares en el consejo rechazaron solicitudes de entrevistas, tras citar sus nuevos cargos.

“Dos votos en un consejo con una docena de consejeros no garantiza el éxito”, opinó Dan Becker, director de la Campaña de Transporte Climático Seguro del Centro para la Diversidad Biológica. No obstante, Becker arguyó que con eso “basta para llevar un mensaje” al resto del consejo. “¿Cambiará todo? Lo más probable es que no sea rápido”.

La victoria de Engine No. 1, inesperada y frente una feroz oposición de la gerencia, ha dejado un recordatorio estremecedor de los peligros de hacer muy poco por cambiar y los ejecutivos veteranos de la industria petrolera aseguran que alentará a los activistas a presionar por un cambio en otras empresas como Chevron, la segunda petrolera más grande de Estados Unidos después de Exxon.

Acuerdos de París

El nuevo auto eléctrico de Volkswagen ID.4 en una estación de carga en Clifton, Nueva Jersey, el 9 de marzo de 2021. (Bryan Derballa/The New York Times)
El nuevo auto eléctrico de Volkswagen ID.4 en una estación de carga en Clifton, Nueva Jersey, el 9 de marzo de 2021. (Bryan Derballa/The New York Times)

“Este es un ejemplo del efecto dominó”, opinó Jorge Piñón, quien fue un alto ejecutivo de Amoco y BP, y ahora trabaja en la Universidad de Texas, campus Austin. “Ha caído una pieza y habrá otras que le sigan. Exxon y Chevron van a sufrir bastante presión que, en mi opinión, no van a soportar y tendrán que rendirse frente a las nuevas demandas”.

Presión gubernamental

Debido a que los gobiernos de todo el mundo están realizando compromisos ambiciosos para reducir las emisiones, entre ellos ofrecer incentivos para los vehículos eléctricos, y les están exigiendo a las empresas eléctricas que cierren sus plantas impulsadas por combustibles fósiles, la demanda de los principales productos de Exxon podría disminuir y esto debilitaría las ganancias. Los inversionistas aseguran que Exxon y Chevron se han tardado en adaptar a ese giro en comparación con las petroleras europeas como BP y Royal Dutch Shell.

“Si quieres cotizar en los mercados públicos en una industria demandante de carbono, tendrás que convencer a los inversionistas de que sigues teniendo un negocio viable en un futuro bajo en emisiones de carbono”, comentó Mark Viviano, socio gerente en Kimmeridge, una firma de capital privada enfocada en el sector energético.

Según la gerencia de Exxon, está consciente de que debe prepararse para un futuro con bajas emisiones de carbono y ha respaldado las metas del Acuerdo de París. Sin embargo, la empresa rechazó la energía solar hace décadas y sus esfuerzos actuales para reconstruirse hacia una transición energética dependen de algunas ideas muy ambiciosas que tal vez no funcionen.

Exxon es una empresa líder mundial en la captación del carbono de la industria y su almacenamiento bajo suelo, y en semanas recientes ha propuesto una enorme captura de carbono con un valor de 100.000 millones de dólares y un proyecto de almacenamiento a lo largo del canal de navegación de Houston que podría ser un modelo para el mundo. No obstante, para que el plan sea viable en términos económicos, el gobierno federal tendría que imponer un impuesto al carbono u otro tipo de precio al carbono, una propuesta complicada en Washington estos días.

Exxon también ha trabajado durante años para crear biocombustibles avanzados a partir de algas, un proyecto que han abandonado otras empresas. Además, mantiene una fuerte apuesta en la exploración del petróleo y el gas en una época en la que la demanda de esos productos podría alcanzar máximos.

Los accionistas votaron por mantener a Darren Woods como director ejecutivo y presidente, una maniobra que, según un informe de investigación de Morgan Stanley, es un respaldo hacia su estrategia para gastar menos en proyectos de inversión, reducir costos y continuar pagando un dividendo generoso.

“No estoy seguro de que Exxon vaya a cambiar su manera de enfrentar la transición energética”, opinó Mark Boling, exvicepresidente ejecutivo de Southwestern Energy, una empresa de gas y petróleo de Texas. “Creo que ha tomado una decisión en torno a su accionar y unos pocos miembros nuevos no van a hacer la diferencia”.

“Nada va a pasar de la noche a la mañana”

En las entrevistas, los administradores de Engine No. 1 parecen precavidos y modestos. No dan pronunciamientos impulsivos ni lanzan insultos hacia Exxon como suelen hacerlo muchos activistas climáticos.

“No hay solo un gran cambio”, comentó Charlie Penner, director de gestión de activos de Engine No. 1. “Nada va a pasar de la noche a la mañana”.

Los votos de las gigantescas firmas de gestión de activos con grandes participaciones en Exxon fueron cruciales para garantizar la victoria de los nominados de Engine No. 1. Sin embargo, ahora no queda claro cómo los gestores rígidos de activos que votaron por los candidatos del fondo de cobertura —como BlackRock, el segundo mayor accionista en Exxon, y Vanguard, el principal—, buscarán objetivos enfocados en el clima.

En años recientes, Laurence D. Fink, director ejecutivo de BlackRock, ha declarado que considera el cambio climático como una gran amenaza, y su firma a menudo ha usado su enorme número de votos para influir en las empresas y, con frecuencia, en consejeros específicos.

Aun falta mucho

Para explicar sus votos en Exxon, el miércoles, BlackRock comentó que la empresa no había hecho suficiente para evaluar el impacto de una reducción en la demanda de combustibles fósiles y afirmó que eso tenía “el potencial de socavar la sustentabilidad financiera de la empresa a largo plazo”.

Roberta Giordano, vocera del programa de finanzas en Sunrise Project, un grupo ambientalista, comentó que BlackRock, Vanguard y otros gestores de activos necesitaban ir mucho más allá y comenzar por la destitución de Wood como director ejecutivo de Exxon.

“Una vez más, en esta temporada de accionistas, BlackRock no ha usado por completo su inmenso número de votos para apoyar el clima”, opinó Giordano.

No obstante, para algunos analistas más optimistas, Exxon podría ayudar a reducir las emisiones en el mundo y ganar dinero haciéndolo. Por ejemplo, la experiencia de la empresa en la perforación mar adentro podría servir para construir parques eólicos en el mar, opinó Geoffrey Heal, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia. Además, Exxon podría gastar más en tecnologías que eliminen el carbono de la atmósfera y ayudar a volverlas más costeables.

“Si yo fuera uno de los consejeros, presionaría para que se hiciera eso”, comentó Heal.

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This article originally appeared in The New York Times.

© 2021 The New York Times Company