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Alberto Fernández se aferra a la posibilidad de una buena noticia que los especialistas ven imposible

El presidente Alberto Fernández, en el acto de la Uocra
Ricardo Pristupluk

“Hoy nos enteramos de que con la primera proyección del primer trimestre, la Argentina crecerá más de 6 puntos este año”, aseguró Alberto Fernández en el acto convocado por la Uocra, el viernes pasado. Los analistas privados creen que será menos de la mitad: en el último estudio Latin Focus, que reúne la opinión de distintas consultoras y bancos, el consenso fue un crecimiento esperado de 2,8% para este año.

Sus declaraciones plantean un debate: ¿es posible crecer tanto con una inflación cercana al 70% en el año? Para los especialistas, el año pasado dejó un fuerte arrastre estadístico para 2022, de tres y cuatro puntos de crecimiento. En términos reales, la Argentina debería superar el 3% para registrar una mejora sustancial. No lo ven probable.

Si bien -teóricamente- el panorama es alentador para el oficialismo, las probabilidades están en su contra. Los economistas creen que será posible crecer hasta 4%, un punto porcentual por encima del arrastre estadístico. Sin embargo, muchos piensan que habrá una retracción en el año que quedará “invisibilizada” en un porcentaje positivo.

Alberto Fernández recibe la lapicera que le regaló Gerardo Martínez en el acto de la Uocra, en Esteban Echeverría
Alberto Fernández recibe la lapicera que le regaló Gerardo Martínez en el acto de la Uocra, en Esteban Echeverría


Alberto Fernández recibe la lapicera que le regaló Gerardo Martínez en el acto de la Uocra, en Esteban Echeverría

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“El año pasado crecimos 10% y la inflación fue de 53%. Posible, es posible; pero muy poco probable. Si la economía pudiera crecer a lo largo del año aumentando la producción, no sería descabellado. Pero llevamos varios meses de caída. En mayo impactará el efecto de la sequía en la liquidación de la cosecha, continúan las restricciones para importar, que traban la producción por la falta de insumos y el mundo va a crecer menos”, explicó Camilo Tiscornia, de C&T Asesores Económicos, que considera que el crecimiento estará por debajo del 4%, con una caída en términos reales.

La clave pasa por cómo se mueven los principales precios relativos: salarios, tarifas y tipo de cambio real, de acuerdo con la consultora Analytica. Desde su punto de vista, el timing de las medidas que adoptará el Gobierno en los próximos meses serán esenciales para determinar si habrá crecimiento real o no. La suba de tarifas esperada para el primer semestre debería coincidir con un dólar contenido y en un momento de acumulación de reservas, por la temporada alta de la cosecha de soja.

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El Banco Central acumuló unos US$225 millones la semana pasada y US$766 millones en lo que va del mes. Sin embargo, debería comprar más de US$100 millones por rueda hasta fin de junio para lograr la meta del acuerdo.

“Los compromisos fiscales y de acumulación de reservas con el FMI no son compatibles con un crecimiento del 6%, en particular por la dinámica que muestran ambas variables hasta ahora. Este trimestre (mayo-julio) va a ser determinante porque es cuando el Banco Central tiene que juntar el colchón de dólares para el resto del año y Economía pagar la mayor parte de los subsidios a la energía”, explicó Claudio Caprarulo, economista de Analytica.

El crecimiento esperado para Latin Focus es del 2,8%
BBC Mundo / Getty Images


El crecimiento esperado para Latin Focus es del 2,8% (BBC Mundo / Getty Images/)

El límite al crecimiento estará marcado por la disponibilidad de divisas. El saldo comercial durante los primeros cuatro meses del año cayó 29% e igual hay industrias con problemas para importar insumos y aumentar su producción. “El resultado del primer trimestre garantiza que si el nivel de actividad se mantiene constante el resto del año va a haber un crecimiento de 4%. Para que sea menor necesitas una caída pronunciada en algún trimestre. Hoy, con términos de intercambio récord y paritarias en torno al 60% no debería suceder. La madre de todas las batallas es la inflación, cuando cierre mayo van a ser tres meses por encima del 5%. Es la otra gran traba al crecimiento”, agregó Caprarulo.

Una inflación superior al piso actual de 70%-75% complicaría el panorama. El pico de marzo (6,7%) y la fuerte suba en abril (6%) sentaron expectativas elevadas para los meses que vienen. De reducirse y estabilizarse en 5% durante el segundo semestre, el Índice de Precios al Consumidor acumulado en 2022 llegaría al 80%. “ Cualquier escenario que proyecte una inflación más cerca del 90% y un menor crecimiento necesariamente supone una devaluación de shock, hipótesis de baja probabilidad en esta administración” , advierte el informe de Analytica.

“No veo disponibilidad de divisas para importar y sostener ese crecimiento. Se necesita importar más, y hay un conflicto muy abierto con la acumulación de reservas”, opinó Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de Equilibra.

En la demanda, si bien se espera una leve caída en términos reales de los salarios formales en diversos rubros, en contextos de alta inflación los pesos queman y la tasa de ahorro cae. “Esto genera un mayor consumo en los deciles altos (que reducen sus stocks y/o bajan su tasa de ahorro) y también en ciertos deciles bajos, en particular en aquellos cuya deuda puede aumentar”, apuntó Analytica.