Yahoo Finanzas La nueva obsesión de famosos y millonarios es este excéntrico arquitecto de 81 años
Beyoncé y Jay-Z, probablemente el matrimonio más poderoso de la industria musical con un patrimonio neto conjunto de casi US$ 3 mil millones, fueron noticia este mes después de comprar la casa más cara en la historia de California, una mansión de hormigón y estilo brutalista que les costó US$ 200 millones.
La compra ha puesto en el ojo público a quien The Wall Street Journal bautizó como “la nueva obsesión” de los ultra ricos y famosos de alto perfil: el exigente y excéntrico arquitecto japonés Tadao Ando, de 81 años, un artista autodidacta cuyos diseños también enamoraron a Kanye West y Kim Kardashian.
La arquitectura, otro lujo de colección para los ricos
Tadao Ando ha sido uno de los nombres más importantes durante décadas en el mundo de la arquitectura, que como bien aseguró el profesor de Harvard Seng Kuan a TWSJ, se ha convertido en un artículo de lujo coleccionable que atrae en masa “al 1% del 1%”.
Kuan, también profesor en la Universidad de Tokio, cree que “un subconjunto enrarecido de obras maestras arquitectónicas se están coleccionando como obras de arte”, con Ando liderando en su categoría.
Las casas de Ando, ganador en 1995 del Premio Pritzker, son extremadamente raras, con menos de una veintena en los Estados Unidos; puede que por eso sus compradores son vistos como una especie de seguidores de culto. Generalmente, sus estructuras se definen por el uso de hormigón reforzado, lo que hace que la construcción sea mucho más costosa que en casas típicas.
“Era como trabajar con Dios”, contó a TWSJ Leonard Steinberg, un agente de bienes raíces de Compass en Nueva York, que trabajó en las ventas del 152 Elizabeth Street, un condominio boutique diseñado por Ando a mediados de la década de 2010. “Había una sensación de que estábamos tratando con una figura icónica de nuestro tiempo”.
Las “casas Ando”, símbolos de dinero y fama
Megaofertas como la de Beyoncé y Jay Z han puesto el trabajo de Ando en el centro de atención y ha aumentado drásticamente los precios de sus casas. La mansión, que mide unos 4.000 metros cuadrados, fue originalmente diseñada para los famosos coleccionistas de arte Bill y Maria Bell, quienes pasaron 12 años construyendo lo que Maria Bell dijo que es una “escultura tanto como un edificio”.
Beyoncé y Jay Z no fueron las primeras celebridades en echarle un ojo a la casa. Kanye West, que tiene otra “casa Ando” de US$ 57.25 millones en la playa de Malibú, planeaba comprarla por un precio aún más alto el año pasado, antes de que su comportamiento errático y sus comentarios antisemitas descarrilaran sus ganancias.
Ese mismo año, el cofundador de Slack, Stewart Butterfield, y su esposa, la cofundadora de Away, Jen Rubio, pagaron aproximadamente US$ 40 millones para comprar un elaborado rancho diseñado por Ando cerca de Santa Fe, Nuevo México, para el diseñador Tom Ford.
La exesposa de West, Kim Kardashian, también anunció que trabajaría con Ando en un diseño exclusivo cerca de Palm Desert, California. Según publicó en Instagram a principios de abril, visitó personalmente la oficina de Ando en Japón para dar los toques finales antes de comenzar la construcción de un proyecto que comenzó hace dos años.
Nacido en Osaka en 1941, Ando incursionó un breve período en el boxeo antes de dedicarse a la arquitectura. En gran parte autodidacta, abrió su firma homónima en 1969. Sus primeros trabajos incluyeron casas diminutas en Japón, pero se hizo famoso por instituciones culturales como la Iglesia de la Luz en Osaka, que abrió en 1989, y la Fundación de Artes Pulitzer en St. Louis, Misuri, que abrió en 2001.
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Las casas de Ando suelen ser estructuras gigantescas y sobrias con bordes lisos, elementos de agua y ventanas que enmarcan las vistas. Sus admiradores dicen que evocan una experiencia casi espiritual en su simplicidad, mientras que otros dicen que el concreto es demasiado duro y frío para ser habitable.
“Tienes que construirlas a su manera”
Ando no solo diseña la casa y luego entrega los planos, dijeron los clientes: está involucrado en cada paso del proceso, hasta el diseño del paisaje e incluso el mobiliario. “No solo obtienes un boceto y lo construyes”, dijo Steinberg. “Tienes que construirlos a su manera”.
Los clientes de Ando son más patrocinadores del arte que propietarios, y la casa resultante se convierte en “una forma de arte que habitas”, dijo el arquitecto Leo Marmol, quien ha trabajado en dos proyectos de Ando.
“Se trata de llevar los ideales de diseño a un nivel que no es normal”, dijo. “El cliente tiene que estar dispuesto a aceptar eso y considerar la relación con el Sr. Ando como si trabajara con un verdadero maestro”.
Marmol ve la reciente ola de megaventas como evidencia de la larga relación de Hollywood con la arquitectura significativa, que dijo que es “una forma de hacer una declaración pública sobre su estatus de celebridad”. Construir con concreto según las especificaciones de Ando, señaló, cuesta de dos a tres veces más que la construcción tradicional de casas de lujo.
Richards Sachs, un peso pesado de Wall Street y devoto confeso de Ando, reveló que la construcción de su casa, que ahora pertenece a West, tardó siete años en construirse y requirió alrededor de 1.200 toneladas de concreto. “Esto no es solo una casa. Esto es como una pintura cubista de Picasso, muy importante y muy rara”, dijo Sachs en ese momento.
No cualquier rico puede comprarlas
Ando ha rechazado a posibles clientes, a pesar de sus elevados presupuestos. “Una gama considerable de personas viene a mi firma para solicitar mis servicios de diseño”, dijo en el libro biográfico de Philip Jodidio. “Mi decisión de aceptar sus proyectos depende principalmente de su personalidad y aura”.
En otras palabras, alguien podría entrar a su oficina mañana y ofrecerle mil millones de dólares y eso no lo motivaría.
“Obviamente, estar en el océano Pacífico tiene un impacto, pero el valor real estaba en que era un diseño de Ando”, dijo sobre la casa de Beyoncé y Jay Z el agente inmobiliario de Los Ángeles, Tyrone McKillen, que ha trabajado con Ando.
“Hay muchas propiedades que se venden en el océano a US$ 4.000 o US$ 5.000 el pie. Esta casa vale tres veces eso”, afirmó.
