Aumento de 5.8% en el gasto en salud no alcanza para un sistema universal
El aumento que se prevé para el siguiente año –último de la actual administración– en el gasto funcional de salud no será suficiente para alcanzar el tan prometido sistema de salud universal, señalaron expertos consultados.
De acuerdo con lo propuesto en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), para el 2024 se espera un gasto en salud de 962,369 millones de pesos, lo que supone un incremento de 5.8% en comparación con lo aprobado para este año.
Si bien el presupuesto en salud crecerá en un año electoral, continuará lejos de ser suficiente para hacer realidad el sistema de salud universal, una de las promesas que se han hecho desde sexenios pasados.
Judith Méndez, investigadora del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), señaló que el gasto en salud representará apenas 2.8% del Producto Interno Bruto (PIB) el siguiente año, con lo cual continúa por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 6 por ciento.
Calificó como “irónico” que, en un Paquete Económico donde se solicita un techo de endeudamiento interno de 1.9 billones de pesos para el siguiente año, el gasto en salud continúe siendo una de las grandes deudas con la población mexicana.
“Un sistema de salud universal y con financiamiento suficiente sigue pendiente. El presupuesto para salud durante el periodo 2018-2024 se mantuvo por debajo de tres puntos del PIB, cuando el mínimo requerido es 6%”, aseveró.
En este sentido, la organización Fundar destacó que aún ubicándose como la cuarta función con mayor presupuesto en el PPEF 2024, los niveles de gasto son históricamente bajos y es urgente revertir la tendencia considerando que la población con carencia de acceso a la salud aumentó de 16.2 a 39.1% del 2018 al 2022.
Necesarios, 2 billones de pesos
La recomendación internacional es que el gasto destinado a salud en los países alcance un nivel de 6% del PIB, por lo cual México necesitaría un gasto de poco más del doble para alcanzarlo, indicó Jorge Cano, investigador de México Evalúa.
Se tendrían que dar 2 billones de pesos en salud para llegar a 6%”, insistió el investigador.
Actualmente, el gasto en salud representa 10.6% de los 9.06 billones de pesos que se pretenden gastar el siguiente año, mucho menos que 22% que representan las pensiones y que el 13.9% del presupuesto que representa el servicio de la deuda. De aumentar a 2 billones, estaría a la par de los recursos que se destinan a pensiones.
Para transitar a un sistema universal de salud, además de los recursos, se necesitan mejorar otras cuestiones, mencionó Jorge Cano. Por ejemplo, recuperar y mejorar el Fonsabi, así como delinear mejor su operación, mejorar la transparencia y limitar el uso discrecional de éste.
Para el siguiente sexenio, los pendientes en materia de salud serán mayores, no sólo incrementar el gasto, sino también el gasto per cápita que se encuentra en 2,200 pesos, cuando en el 2012 era de 2,700 pesos.
Sin recursos
Aunque es urgente un mayor gasto en salud, la realidad es que esta necesidad se junta con otra gran lista, como educación, seguridad, entre otros que, aunado a las presiones crecientes del gasto, dejan al gobierno sin recursos para aplicar mejores políticas públicas.
Una constante en este sexenio ha sido señalar la falta de una reforma fiscal que ayude a fortalecer los ingresos, sobre todo del lado de los impuestos. La última reforma se realizó en el 2014, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
“La postergación de una reforma fiscal plantea un escenario en el que los ingresos derivados de la deuda representan 19.2% de los ingresos presupuestarios totales (...) esto es consecuencia de una baja recaudación de ingresos tributarios y las proyecciones poco favorables para los ingresos petroleros”, destacó un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad.
Varias organizaciones se han pronunciado a favor de una reforma fiscal progresiva, en donde se grave a aquellos contribuyentes con mayores ingresos, y se revisen los gastos fiscales que muchas veces benefician a los más ricos.
“En el ejercicio fiscal en curso, la federación dejará de percibir cerca de 1.33% del PIB como consecuencia de los beneficios fiscales en el Impuesto Sobre la Renta. Estos recursos podrían recaudarse y redistribuirse en favor de políticas redistributivas en el 2024, en lugar de entregarse a las grandes empresas e individuos de altos ingresos”, destacó Fundar.