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Desde auriculares hasta la silla: el kit básico para trabajar desde casa

“Mi forma de trabajar cambió mucho desde que no voy a la oficina, pero hay ciertas cosas que no resignaré –dice a LA NACION Martín, un diseñador gráfico que en cuarentena, igual que millones trabajadores en todo el mundo, se enfrenta al desafío de acomodar su rutina laboral al hogar–. Cambié muchas cosas, pero no podría trabajar ocho horas al día sin la silla que siempre usé en la oficina”, reconoce.

Con 40 votos a favor y 30 en contra en el Senado de la Nación, la ley de teletrabajo recientemente aprobada en nuestro país originó disputas entre bloques partidarios, empresarios, trabajadores y especialistas del sector laboral, aunque hubo un consenso más o menos generalizado respecto de ciertos ítems de la normativa, que se espera entre en vigencia 90 días después de que finalicen las medidas de aislamiento. El texto incluye una buena noticia para Martín: las empresas deben proveer quienes trabajen a distancia dispositivos, programas y otros elementos para el desempeño de sus tareas, además de compensar gastos por exceso en las tarifas de conectividad y asumir costos de instalación, mantenimiento y reparación.

Con o sin ley, el trabajo remoto es una modalidad que la pandemia potenció –obligadamente y sin planificación, en buena parte de los casos–, y que se espera eche raíces una vez que el Covid-19 sea un mal recuerdo. En vista a ese cambio de paradigma, ¿cuáles son los componentes fundamentales para que trabajar desde casa no sólo ofrezca los beneficios ya conocidos (zafar del tráfico o del subte abarrotado, ganar flexibilidad horaria, estar cerca de la familia y evitar los gastos en transporte y combustible, que en ciertos casos son muy altos, entre otros), sino que además incluya, en el largo plazo, las ventajas que implica trabajar en un ambiente especialmente diseñado para ese fin?

Sentate bien

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La carroza pronto puede convertirse en calabaza o, dicho en criollo, los prometidos encantos del teletrabajo podrían esfumarse por causa de ciertos detalles. Uno de esos pormenores fundamentales es la silla. Una máxima para anotar en este apartado: privilegiar la comodidad en desmedro de la estética. Los muebles del comedor no fueron diseñados para usarse durante ocho o más horas por día, y por eso es fundamental escoger una silla de trabajo que ofrezca la postura y la altura adecuadas.

En el mercado se ofrecen modelos profesionales de oficina, que se destacan por ser ajustables tanto en altura como en inclinación, y además cuentan con soporte lumbar, apoyabrazos y (esto es clave) amortiguación. En este punto también podrían ser útiles las sillas para gamers, que pasan muchas horas frente a la pantalla.

En cuanto a la mesa de trabajo, aparece una vez más el dilema de la altura. Las recomendaciones señalan que el escritorio en el que colocaremos la computadora debe estar entre los 70 y 79 centímetros desde el piso. Ese es el estándar, que varía de acuerdo con la estatura de cada persona. ¿Cómo saber si estamos haciendo bien las cosas?

Los expertos aconsejan que al sentarse con la espalda erguida, los antebrazos deben estar paralelos al piso y la muñeca de la mano que sostiene el mouse no debe estar inclinada hacia arriba o abajo. Una buena idea es escoger una mesa con altura ajustable.

Hardware

En cuanto a la computadora, los modelos disponibles son numerosos, aunque en la Argentina el acceso a la tecnología es mucho más limitado que en otros países, y también más costoso. Eso sí, conviene siempre interiorizarse en los tipos de procesadores y la cantidad de memoria RAM requerida por las tareas que se desempeñen. Dicho sea de paso, a la hora de comprar es recomendable poner las fichas en la pantalla (sea desktop o portátil) y, dentro de lo posible, no escatimar en este componente. Los ejemplares baratos pueden ser atractivos en el corto plazo, pero con el paso del tiempo convertirse en una verdadera amenaza para la salud visual.

Aparte de las dimensiones, hay que tomar en cuenta la resolución (1080 pixeles es el mínimo aceptable); la relación de aspecto (lo usual es 16:9); la tasa de refresco (la mayoría ofrece 60 Hz, pero ya los hay de más del doble); los tipos y cantidad de puertos que incluye, y el ángulo de visión, que puede ser útil en caso de usar la computadora para algo más que el trabajo, ocasiones en las que el usuario no está justo frente al monitor.

Algo más sobre este elemento: la pantalla está ubicada en una posición ideal cuando, estando sentados y con la espalda erguida, los ojos están a una altura de aproximadamente el 30% debajo del marco superior. Para esto, en ocasiones se pueden utilizar elementos para elevar el dispositivo.

Luz y sonido

Por lo demás, hay una serie de condiciones ideales para trabajar desde casa que no todos los trabajadores remotos podrán conseguir, aunque siempre es bueno conocerlas para intentar aproximarse a ellas. Por ejemplo, disponer de un espacio de la casa que cuente con cierta intimidad y buena iluminación. Idealmente, no colocar la computadora con una ventana detrás, muy cerca de la pantalla, o a nuestras espaldas, y utilizar lámparas en la habitación, pero que no estén en el campo de visión.

Respecto de la conexión con Internet, cuantos más dispositivos estén conectados a la red, menor será su desmpeño. Por eso, es conveniente que el ancho de banda sea generoso para poder repartir Internet con otras personas que trabajan en la casa y niños que asisten a clases remotas o acceden a Netflix y usan Fortnite.

Finalmente, en la era de las videollamadas, hay que evitar por todos los medios emplear los parlantes y el micrófono de la computadora en las reuniones virtuales, una cortesía tanto para aquellos con quienes compartimos hogar como para nuestros colegas remotos. Una compra casi ineludible son los auriculares con micrófono incluido y sistema de cancelación de ruido.

Por otra parte, este dispositivo es un excelente aliado para la concentración, música mediante, especialmente si en la casa-oficina viven más personas. Un opcional para ambientes oscuros son las lámparas que usan muchos youtubers e instagrammers, que se colocan detrás del monitor (y la respectiva cámara delantera) y propician una imagen de mucha mayor calidad y nitidez.

“A todos los que trabajan en casa recomiendo también comprar un hub, una base que incluye muchos puertos para conectar y recargar diferentes dispositivos al mismo tiempo. Además, aunque el papel está en desuso, trabajando en remoto me di cuenta que en la oficina imprimía más. Pensar en comprar o pedir una impresora no es del todo descabellado –recomienda Martín antes de concluir con una broma que suelta con gesto serio–. También habría que comprar un candado y ponerlo en la heladera, para que no sea tanta la tentación de ir por un aperitivo entre tarea y tarea”.