En su búsqueda de grandes fusiones, los ejecutivos petroleros rechazan lo referente al punto máximo de la demanda del petróleo

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Parte del complejo ExxonMobil Baytown, en Baytown, Texas, el 17 de febrero de 2020. (Tamir Kalifa/The New York Times)
Parte del complejo ExxonMobil Baytown, en Baytown, Texas, el 17 de febrero de 2020. (Tamir Kalifa/The New York Times)

Exxon Mobil y Chevron, las dos empresas petroleras más grandes de Estados Unidos, este mes se comprometieron a gastar más de 50.000 millones de dólares cada una para comprar empresas más pequeñas en unos acuerdos que les permitirán producir más petróleo y gas natural en las próximas décadas.

Pero un día después de que Chevron anunció su adquisición, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) publicó un informe detallado en el cual concluye que la demanda de petróleo, gasolina y combustibles fósiles llegaría a su punto máximo para el año 2030, ya que las ventas de autos eléctricos y el uso de energías renovables iban en aumento.

La brecha entre lo que las empresas petroleras y muchos especialistas en energía creen que sucederá en los próximos años nunca ha sido tan marcada.

Las grandes empresas petroleras están redoblando sus esfuerzos en la extracción de gas y petróleo y en su procesamiento para convertirlos en combustibles que se usen en motores, plantas eléctricas y maquinaria industrial. Además, con unas cuantas excepciones, no pretenden gastar gran cosa en alternativas como las energías solar y eólica y las baterías para automóviles eléctricos.

“Están invirtiendo en lo que prometieron”, señaló Larry Goldstein, director de proyectos especiales en la Fundación para la Investigación sobre Políticas Energéticas, una organización sin fines de lucro con sede en Washington que se especializa en petróleo, gas natural y productos derivados del petróleo.

Los funcionarios de la AIE, la cual fue creada por Estados Unidos y sus aliados durante la crisis petrolera de la década de 1970, creen que las empresas petroleras están haciendo una mala apuesta. Ellos señalan el crecimiento asombrosamente rápido de las energías renovables y la venta de autos eléctricos, motonetas y otros vehículos: uno de cada cinco vehículos nuevos vendidos este año opera con baterías, a diferencia de uno de cada 25 en el año 2020.

Los precios de la gasolina en Huntington Beach, California, el 4 de junio de 2022. (Jenna Schoenefeld/The New York Times)
Los precios de la gasolina en Huntington Beach, California, el 4 de junio de 2022. (Jenna Schoenefeld/The New York Times)

“La transición a las energías limpias está ocurriendo en todo el mundo y es imparable”, señaló Fatih Birol, director ejecutivo de la agencia.

Los tipos de energía que usen la gente y las empresas —y cómo las usen— durante las próximas décadas tendrán enormes consecuencias ambientales y económicas. La mayor parte de los especialistas en cambio climático afirman que es fundamental eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero (las cuales resultan principalmente de quemar combustibles fósiles) para el año 2050 a fin de prevenir los efectos más graves del cambio climático.

Los ejecutivos petroleros rechazan las proyecciones de la AIE y afirmaron que el mundo necesitará sus productos durante mucho tiempo más.