Anuncios
U.S. markets closed
  • S&P 500

    5,051.41
    -10.41 (-0.21%)
     
  • Dow Jones

    37,798.97
    +63.86 (+0.17%)
     
  • Nasdaq

    15,865.25
    -19.77 (-0.12%)
     
  • Russell 2000

    1,967.48
    -8.23 (-0.42%)
     
  • Petróleo

    85.31
    -0.10 (-0.12%)
     
  • Oro

    2,405.30
    +22.30 (+0.94%)
     
  • Plata

    28.28
    -0.43 (-1.50%)
     
  • dólar/euro

    1.0621
    -0.0005 (-0.04%)
     
  • Bono a 10 años

    4.6590
    +0.0310 (+0.67%)
     
  • dólar/libra

    1.2427
    -0.0019 (-0.16%)
     
  • yen/dólar

    154.6660
    +0.4490 (+0.29%)
     
  • Bitcoin USD

    62,838.72
    -213.16 (-0.34%)
     
  • CMC Crypto 200

    885.54
    0.00 (0.00%)
     
  • FTSE 100

    7,820.36
    -145.17 (-1.82%)
     
  • Nikkei 225

    38,471.20
    -761.60 (-1.94%)
     

Van Basten, el gol de todas las Eurocopas

Madrid, 25 jun (EFE).- El 25 de junio de 1988, hace exactamente 33 años, Marco van Basten paró el tiempo en el Estadio Olímpico de Múnich. A los 55 minutos de la final de la Eurocopa que disputaban los Países Bajos y la Unión Soviética, convirtió un pelotazo de Arnold Mühren en un gol de volea que pasó a la historia por su belleza estética en un encuentro clave.

Pocos futbolistas han conseguido sus mejores tantos de su carrera en partidos de primer orden. En el recuerdo están el tanto de Zinedine Zidane para el Real Madrid en la final de la Liga de Campeones de 2002 o el de Carlos Alberto para Brasil en la final del Mundial de 1970. Pero, sin duda, en la historia de la Eurocopa, el gol de todos los goles en una final es el de Van Basten.

El entonces jugador del Milan tocó la gloria en apenas unos segundos, los que pasaron desde que la pelota salió de la bota de Muhren hasta que cayó desde el cielo para juntarse con su pie derecho. Con un remate asombroso, lleno de estética y fuerza, superó al guardameta Rinat Dasayev y alcanzó la gloria y probablemente el culmen de su carrera.

Aquella Eurocopa de 1988, disputada en Alemania, fue la de los Países Bajos y la de Marco van Basten. El que fue uno de los mejores delanteros de todos los tiempos condujo a su selección, junto a Ruud Gullit y Frank Rijkaard, hacia el único título que luce en las vitrinas de su federación.

PUBLICIDAD

La victoria en la final frente a la Unión Soviética fue un alivio para los Países Bajos, que hasta ese 25 de julio se había quedado a las puertas de un éxito internacional en dos ocasiones. Las finales perdidas de los Mundiales de Alemania 1974 y Argentina 1978, fueron un jarro de agua fría para un país que tardó en recuperarse futbolísticamente de dos chascos.

Gracias a una nueva generación de futbolistas que tomaron el testigo de los Cruyff, Neeskens, Rep, Krol y Ressenbrink, los Países Bajos acabaron con un gafe que después continuaría con otra derrota dolorosa ante España en la final del Mundial de Sudáfrica 2010. El año 1988 marca la excepción a una selección que parece maldita a lo largo de cada torneo.

Hasta que el tiempo se congeló con el remate de Van Basten, los Países Bajos completaron una Eurocopa casi impoluta. Sólo perdieron un partido, el primero de la fase de grupos, precisamente ante la Unión Soviética (0-1). Después, pasaron por encima de Inglaterra (1-3), Irlanda (0-1) y Alemania en semifinales (1-2).

Van Basten se desató con un triplete a Inglaterra y con otro tanto a Alemania. Pero, la traca final, la dejó para el último partido. Tenía que vengarse de la Unión Soviética y lo hizo a lo grande y en el momento preciso, cuando su equipo ganaba 1-0 con un gol de Gullit y era acosado por su rival, que buscaba desesperadamente el empate. Entonces, llegó su obra de arte.

"Fue en la segunda mitad, y ya estaba un poco cansado. El balón me llegó de Arnold Mühren, y pensé: 'Bien, puedo controlarlo y tratar de hacer algo entre todos esos defensas, o podría hacerlo de un modo más fácil, arriesgarme y disparar', narró Van Basten a la UEFA.

"Se necesita mucha suerte con un disparo como ese. Todo fue bien. Es una de esas cosas que a veces ocurren. Intentas hacerlo, pero necesitas mucha suerte, y, en ese momento, a mí se me dio esa suerte. Fue una sensación fantástica. Tengo que estar feliz y agradecido de haber podido vivir un momento así tan importante para mí y para Holanda. El entusiasmo por el gol realmente no lo entendí. Puede verse por mi reacción. Me estaba preguntando: "¿Qué está pasando?", agregó.

Aunque en ese instante Van Basten no se dio cuenta de la importancia de su tanto, desde el primer momento en el que la pelota tocó la red de Dasayev todo el mundo sabía que había hecho historia. El tiempo no ha pasado por un acierto inolvidable de un hombre que entre 1981 y 1995 marcó 306 dianas en el Ajax, en el Milan y en su selección. Un tobillo maltrecho acabó con su carrera, pero aquel tanto inmortal, el de todas las Eurocopas, elevó a Van Basten al altar de los grandes futbolistas que firmaron un gol de leyenda.

Juan José Lahuerta

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com cód 2003862 7132183 380621)

(c) Agencia EFE