El BCE pone fin a su racha récord de subidas de tipos ante el deterioro económico
Por Lefteris Papadimas
ATENAS, 26 oct (Reuters) -El Banco Central Europeo mantuvo el jueves los tipos de interés sin cambios, tal y como se esperaba, interrumpiendo una racha sin precedentes de 10 subidas consecutivas, y mantuvo su orientación de cara al futuro, que apunta a una política monetaria estable.
El BCE ha subido los tipos en un total de 4,5 puntos porcentuales desde julio de 2022 para combatir el crecimiento desbocado de los precios, pero el mes pasado dio a entender que haría una pausa, ya que los elevados costes récord de los préstamos están empezando a hacer mella en la economía.
Las presiones sobre los precios se están relajando por fin y la inflación se ha reducido en más de la mitad en un año, mientras que la economía se ha ralentizado tanto que la recesión podría estar ya en marcha, lo que ha disparado las apuestas del mercado a que las subidas de tipos han llegado a su fin y la próxima medida del BCE será un recorte.
Con la intención de mantener abiertas todas sus opciones, el BCE dijo que mantendría un planteamiento "dependiente de los datos" y que las decisiones se basarían en los datos que fueran llegando.
"Los tipos de interés oficiales del BCE se sitúan en niveles que, mantenidos durante un periodo suficientemente largo, contribuirán sustancialmente al objetivo (de inflación)", dijo el banco en un comunicado tras reunirse en Atenas por primera vez en 15 años.
"Las decisiones futuras garantizarán que sus tipos de interés oficiales se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario", afirmó el BCE.
Es probable que la decisión de mantener los tipos sin cambios refuerce las expectativas de que los principales bancos centrales del mundo, incluida la Reserva Federal de Estados Unidos, han terminado de endurecer su política monetaria, poniendo fin a una serie sin precedentes de subidas sincronizadas de tipos.
Es probable que esto haga que los mercados se centren en cuánto tiempo deben mantenerse los tipos en sus máximos actuales, un ejercicio complicado, ya que los inversores ya apuestan por que el próximo movimiento del BCE sea un recorte tan pronto como en junio, con dos movimientos completos descontados para el próximo mes de octubre, un plazo que algunos dirigentes del banco consideran poco realista.
Otra complicación es que el aumento del coste de la energía, impulsado por el nuevo conflicto en Oriente Medio, podría mantener la inflación bajo presión justo cuando el crecimiento flaquea. Esto presagiaría un perjudicial periodo de estanflación, en el que la inflación es alta mientras el crecimiento se estanca.
Las perspectivas de la economía parecen cada vez más precarias, poniendo en peligro el llamado "aterrizaje suave".
La industria está en recesión, los indicadores de confianza apuntan a la baja, el consumo es moderado e incluso el mercado laboral ha empezado a debilitarse, todo lo cual sugiere una contracción en la segunda mitad de 2023.
Con la decisión del jueves, el tipo de depósito del BCE se mantiene en su nivel récord del 4%, mientras que el tipo principal se sitúa en el 4,5%.
¿REDUCCIÓN DE LA CARTERA DE BONOS?
La atención se centrará ahora en la conferencia de prensa de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, a las 1245 GMT.
Es probable que le pregunten si los dirigentes del banco han discutido una reducción temprana de la cartera de bonos en el Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP, por sus siglas en inglés) del banco, que asciende a 1,7 billones de euros (1,8 billones de dólares).
La redacción de la declaración del BCE sobre el PEPP se mantuvo sin cambios y el banco repitió su promesa de reinvertir todos los ingresos procedentes del vencimiento de la deuda hasta finales de 2024.
Sin embargo, algunos dirigentes del BCE han dicho públicamente que tal compromiso es excesivamente largo y que el banco debería pensárselo de nuevo, dado que ahora está endureciendo su política.
La complicación es que el BCE utiliza estas reinversiones como su "primera línea de defensa" para las economías vulnerables de la zona euro, como Italia, ya que puede ajustar sus compras de deuda pública para aislarlas de una volatilidad indeseada del mercado.
Esto sugiere que cualquier cambio en el programa no es inminente y que, en cualquier caso, sería gradual.
(1 dólar estadounidense = 0,9457 euros)
(Escrito por Balazs Koranyi; reporte adicional de Francesco Canepa; edición de Emelia Sithole-Matarise y Catherine Evans; editado en español por Javi West Larrañaga, Benjamín Mejías Valencia y Tomás Cobos)