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El fin del 'boom' chino devuelve a la realidad a las grandes mineras

Un trabajador, en una mina de carbón en Huaibei, en la provincia de Anhui (China), el 5 de marzo de 2014

Hace solo 4 años, las grandes empresas mineras invertían miles de millones de dólares para satisfacer el enorme apetito de minerales de China, pero la desaceleración económica del gigante les ha obligado a abandonar los proyectos.

"China está pasando de un modelo de crecimiento no sostenible, impulsado por las inversiones, a un modelo más sostenible organizado en torno al consumo, la innovación", resumió Nic Brown, experto en la industria minera de Natixis.

Este periodo próspero para el sector, que está a punto de concluir, ha sido testigo de movimientos masivos de consolidación. En 2011, BHP Billiton invirtió unos 20.000 millones de dólares en actividad en el petróleo y el gas en Estados Unidos, una suma colosal que, sin embargo, estaba por debajo de sus beneficios netos anuales de entonces.

Ese mismo año, la multinacional Río Tinto compró el productor australiano de carbón Riversdale, después de una batalla con la empresa india de acero Tata Steel, por casi 4.000 millones de dólares. También en 2011, el gigante de hierro Vale, de Brasil, anunció un plan de inversión récord de 21.500 millones de dólares para el año 2012, el año en que Glencore y Xstrata, con sede en Suiza, lanzaron una megafusión para dar nacimiento a la cuarta empresa mundial de minería.

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- Los tiempos difíciles están aquí para quedarse -

Sin embargo, desde 2011, los precios de los metales han caído: el precio del aluminio pasó de más de 2.800 dólares la tonelada, en 2011, a unos 1.700 en marzo de 2014. En el mismo periodo, el precio del níquel se rebajó a la mitad, hasta los 1.750 dólares la tonelada en marzo.

"La transición económica en China y la incapacidad de otros mercados emergentes para llenar este vacío han provocado una desaceleración de la demanda", dijo Ivan Szpakowski, en un informe publicado por el banco Citi. Sin embargo, la oferta es demasiado abundante por culpa de las inversiones masivas de los últimos años y eso baja los precios, sobre todo del carbón térmico, el acero y sus componentes (mineral de hierro y carbón), que dependían mucho de sus ventas a sectores chinos como la industria, la construcción de infraestructuras o los bienes raíces.

El Gobierno chino prevé un crecimiento de un 7% en 2015 después del 7,4% en 2014, una desaceleración sin precedentes en 25 años para este país, la locomotora de la actividad mundial cuyo crecimiento siguió siendo superior al 10% a comienzos de esta década de crisis. Razón suficiente para asustar a los actores de los mercados del cobre, el aluminio, el níquel, el plomo o el zinc, de los que China todavía consume casi la mitad de la producción mundial.

"El paradigma tradicional de análisis de la demanda de materias primas, que se basa en Estados Unidos, China y Europa, será cada vez menos útil, porque los generadores de la demanda vendrán cada vez más de 'los cinco emergentes': India, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Oriente Medio, Latinoamérica y África", estimó el analista de Citi. Sin embargo, esta nueva demanda no será suficiente para compensar la caída de los pedidos de China, impulsando a las compañías mineras a recortar sus planes de inversión y buscar fuentes de ahorro para estos tiempos difíciles condenados a durar.

Vale anunció recientemente que recortaría sus inversiones en 2015 por cuarto año consecutivo y Anglo American sufrió una amortización de 3.900 millones de dólares debido a la caída de los precios de las materias primas. Por su parte, Glencore tuvo que reducir sus proyectos de mineral de hierro en Mauritania y el Congo, y limitar las actividades de exploración en el campo petrolero de Matanda, Camerún.