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Brasil creció apenas 0,1% en 2014 y espera lo peor de la tormenta

Un empleado trabaja en una fábrica de la marca de automóviles Nissan en Resend, a 160 km de Río de Janeiro, el 3 de febrero de 2015

La economía de Brasil creció apenas 0,1% en 2014, su cuarto año consecutivo de magra expansión, y se prepara para transitar un período aún más difícil antes de vislumbrar la luz al final del túnel en 2016.

El resultado del PIB superó levemente las expectativas de la mayoría de analistas, que apostaba por un crecimiento cero en 2014, y también las del Banco Central, que pronosticaba un retroceso de 0,1%.

Brasil acumula un sinfín de datos macroeconómicos negativos: la inflación supera largamente el centro de la meta de 4,5% (el Banco Central estima que llegará a 7,9% este año), hay una elevada tasa de interés (12,75%) y déficit de cuenta corriente y de balanza comercial.

Incluso el desempleo, que se mostró resistente durante meses, revirtió hace dos meses la tendencia y ha comenzado a subir.

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El gobierno revisó el crecimiento económico de los últimos años al comenzar a regir este mes una nueva metodología para el cálculo del PIB que sigue estándares internacionales recomendados por el FMI, la OCDE, la ONU y el Banco Mundial. Su aplicación estaba prevista desde hace tres años.

La nueva serie adopta como año de referencia 2010, cuando Brasil registró una espectacular alza del PIB de 7,6% (contra 7,5% según el cálculo anterior). En 2011, la mayor economía latinoamericana creció 3,9% (en vez de 2,7% medido con el sistema anterior), en 2012 un 1,8% (contra 1%) y en 2013 un 2,7% (en vez de 2,5%).

- Recesión en 2015 -

"Mirando hacia delante, las preguntas son cuán profunda será la recesión en 2015, y cuándo comenzará a recuperarse Brasil y a qué velocidad", dijo a la AFP Robert Wood, analista para Brasil de la Economist Intelligence Unit (EIU).

El Banco Central de Brasil pronostica que la economía tendrá una contracción de 0,5% este año.

"Hubo un desajuste muy grande en los últimos años desde el punto de vista inflacionario, fiscal, cambiario. Faltó una política externa que estimule la competitividad, no hubo acuerdos internacionales para estimular las exportaciones", resumió Alex Agostini, economista jefe de la calificadora de riesgo brasileña Austin Rating.

"Brasil no crecerá en 2015 y quizás pueda tener un crecimiento de 1% a 2% en 2016, pero no mucho más que eso, antes de volver a crecer cerca de 2,5% en 2017", proyectó.

Agostini anticipa que India, socio de Brasil en el club de potencias emergentes BRICS, que está creciendo a un promedio de más de 7% anual, le arrebatará este año la plaza de séptima economía mundial.

Brasil es el país de los BRICS que tuvo menor crecimiento en 2014 -China se expandió 7,4% en 2014, Sudáfrica 1,4% y Rusia 0,6%- y también es el que ha registrado una menor expansión en la región, descontando a Venezuela: Chile creció 1,9% en 2014, México 2,1%, Colombia 4,6%, Perú 2,35% y Argentina 0,5%.

- Apretando el cinturón -

El nuevo ministro de Hacienda, Joaquim Levy, está enfrascado en una batalla para llevar adelante un ajuste fiscal que ponga la casa en orden. Para ello debe convencer al Congreso, una tarea difícil cuando no goza de mucha simpatía dentro de las propias filas del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT, en el poder desde 2003), reticente a abrazar la austeridad fiscal.

"Vamos a descubrir que la economía sufrió una fuerte desaceleración en el comienzo de 2015 por una serie de cuestiones que ya están siendo resueltas. Es en ese sentido en el que vamos a continuar retomando el crecimiento", aseguró Levy este viernes en Rio de Janeiro.

En la misma dirección se expresó el presidente del BC, Alexandre Tombini, para quien el PIB en 2014 "confirmó la pausa en el crecimiento económico", aunque confió en los ajustes en curso.

La coyuntura política no ayuda: en el Congreso hay decenas de legisladores que son investigados por corrupción en la estatal Petrobras, incluidos los líderes de ambas cámaras, del partido PMDB, que es el principal aliado del gobierno pero está enfrascado en una pulseada política con la presidenta Dilma Rousseff.

Sin embargo, para Rousseff la designación de Levy y el apoyo al ajuste ya han rendido frutos: la agencia de calificación Standard and Poor's decidió esta semana mantener la nota de la deuda soberana de Brasil en BBB-, en vez de rebajarla al grado especulativo.

"Asumiendo que el gobierno persiste con los ajustes de política monetaria y fiscal en marcha, esto debe ayudar a revertir (parcialmente) el declive en la confianza empresarial experimentada en los últimos trimestres y ayudar a la inversión y al PIB a recuperarse en 2016", dijo Wood, de la EIU.

Rousseff, a quien restan aún 45 meses de gobierno, ya está debilitada a raíz del megaescándalo en Petrobras. El descontento frente a su gestión pudo palparse este mes, cuando más de un millón y medio de brasileños salieron a las calles a protestar en su contra e incluso algunos a reclamar su destitución.