BRICS buscan contrarrestar a EE.UU. con expansión, moneda común
(Bloomberg) -- El grupo BRICS de países de mercados emergentes está intensificando su apuesta por aumentar su influencia mundial y por desafiar a Estados Unidos, aprovechando el momento de fragmentación del orden mundial para ampliar sus filas más allá de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
A los ministros de Relaciones Exteriores de las naciones BRICS, reunidos durante dos días en Ciudad del Cabo a partir del jueves, se unirán contrapartes de países como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Kazajstán. En la agenda figura la ampliación del grupo, al que aspiran 19 países, y el posible establecimiento de una moneda común.
La reunión, precursora de la cumbre de jefes de Estado de los BRICS prevista del 22 al 24 de agosto en Johannesburgo, pondrá de manifiesto los objetivos del bloque de establecerse como una fuerza económica y política plena. En un momento de crecientes tensiones entre Washington y Pekín, es probable que las conversaciones aviven la preocupación de Occidente por que el grupo se convierta en un contrapeso de EE.UU. y la Unión Europea.
Sus miembros ya se han negado a unirse a países como los del Grupo de los Siete para culpar —y sancionar— a Rusia, otra nación BRICS, por la invasión a gran escala de Ucrania por parte del presidente Vladímir Putin. Sudáfrica está considerando cambiar la sede de la próxima cumbre de líderes a otro país, según personas con conocimiento directo, una medida que resolvería su dilema sobre si ejecutar una orden de arresto de la Corte Penal Internacional contra Putin.
“El BRICS ha adquirido una estatura muy importante en el mundo, con muchos países de varios continentes de nuestro mundo que buscan formar parte de él”, dijo el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, a los legisladores en Ciudad del Cabo el miércoles. Naledi Pandor, ministra de Asuntos Exteriores y anfitriona de la reunión, dijo el mes pasado que el bloque podría ser “transformador”, representando a aquellas naciones “que desean desempeñar un papel en los asuntos mundiales, asegurando el beneficio del Sur Global”.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, es un firme partidario de la moneda común, y envió a su ministro de Hacienda, Fernando Haddad, a una reunión del Nuevo Banco de Desarrollo, la entidad crediticia con sede en Shanghái creada por los países BRICS, para presionar en favor de la ayuda a su atribulada vecina Argentina, cuyo ministro de Relaciones Exteriores asistirá de forma remota a la reunión de los BRICS.
Sin embargo, Jim O’Neill, que acuñó el acrónimo BRIC en 2001 cuando era economista jefe de Goldman Sachs Group Inc, declaró en una entrevista publicada por IC Intelligence, con sede en Londres, que una moneda común no es factible y que es más probable que el renminbi chino y la rupia india adquieran más importancia mundial.
Su escepticismo fue compartido por el gobernador del banco central sudafricano, Lesetja Kganyago, quien advirtió el mes pasado que la creación de una forma de moneda de curso legal probablemente tendría que ir acompañada de la fundación de un banco central único.
El BRICS, que invitó a Sudáfrica a unirse en 2010, no ha logrado hacerse un espacio como grupo. Y eso a pesar de que sus miembros representan más del 42% de la población mundial y el 23% del producto interno bruto mundial y el 18% del comercio, lo que da crédito a las demandas de más influencia.
La posibilidad de agregar más miembros se planteó por primera vez en la cumbre del año pasado en China y 13 países han solicitado formalmente su adhesión, y al menos otros seis han expresado su interés.
La posible incorporación de Arabia Saudita a los BRICS reforzaría los intentos del príncipe heredero Mohamed bin Salman de diversificar la economía de su país, un esfuerzo que lo ha acercado mucho más a Rusia y China en los últimos años. China es el principal cliente de petróleo del reino, mientras que éste depende de las relaciones con Rusia para ayudar a sostener los precios del crudo a través de la OPEP+.
Para la región del Golfo, unirse a los grandes bloques comerciales tiene sentido, ya que los países tratan de ampliar sus lazos comerciales y desarrollarse como centros de tránsito mundial, dijo una persona familiarizada con la postura del Golfo. Los planes de adhesión llevan tiempo gestándose y el impulso ha ido creciendo hasta llegar a este punto, según esta persona.
Aun así, aunque todos los miembros actuales han respaldado la ampliación, India quiere que se llegue a un acuerdo sobre el proceso para asegurarse de que China y sus aliados no la marginan, según personas familiarizadas con el asunto que hablaron bajo condición de anonimato. O’Neill, que está a favor de ampliar el grupo, ha pedido que se establezcan criterios estrictos para la adhesión.
Para Robert Schrire, profesor de política de la Universidad de Ciudad del Cabo, la composición del grupo carece de sentido político o económico, ya que China e India están destinadas a ser rivales geopolíticos y las economías brasileña, rusa y sudafricana dependen de las exportaciones de materias primas, lo que las convierte en probables competidoras.
Esa realidad “impide una acción colectiva eficaz basada en intereses comunes, y el aumento del número de miembros solo hará que estas contradicciones básicas sean más inmanejables”, dijo.
Nota Original:BRICS Strive to Counter US With Expansion, Shared Currency (1)
--Con la colaboración de Sudhi Ranjan Sen, Matthew Martin, Paul Richardson, Karl Maier y Antony Sguazzin.
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