Anuncios
U.S. markets closed
  • F S&P 500

    5,304.25
    -4.00 (-0.08%)
     
  • F Dow Jones

    40,140.00
    -36.00 (-0.09%)
     
  • F Nasdaq

    18,465.00
    -38.75 (-0.21%)
     
  • E-mini Russell 2000 Index Futur

    2,145.20
    +6.80 (+0.32%)
     
  • Petróleo

    83.11
    -0.06 (-0.07%)
     
  • Oro

    2,254.80
    +16.40 (+0.73%)
     
  • Plata

    25.10
    +0.18 (+0.74%)
     
  • dólar/euro

    1.0792
    -0.0001 (-0.01%)
     
  • Bono a 10 años

    4.2060
    +0.0100 (+0.24%)
     
  • Volatilidad

    13.01
    +0.23 (+1.80%)
     
  • dólar/libra

    1.2622
    0.0000 (-0.00%)
     
  • yen/dólar

    151.4360
    +0.0640 (+0.04%)
     
  • Bitcoin USD

    70,752.72
    +1,251.41 (+1.80%)
     
  • CMC Crypto 200

    885.54
    0.00 (0.00%)
     
  • FTSE 100

    7,952.62
    +20.64 (+0.26%)
     
  • Nikkei 225

    40,168.07
    -594.66 (-1.46%)
     

Un cambio evolutivo fundamental ayudó a allanar el camino hacia el habla humana

Por Will Dunham

WASHINGTON, 11 ago (Reuters) - Científicos han identificado modificaciones evolutivas en la caja de la voz que distinguen a las personas de otros primates y que podrían sustentar una capacidad indispensable para la humanidad: el habla.

Los investigadores afirmaron el jueves que un examen de la laringe de 43 especies de primates demostró que los seres humanos se diferencian de los simios y los monos por carecer de una estructura anatómica llamada membrana vocal, que es una pequeña extensión de las cuerdas vocales en forma de cinta.

Los humanos también carecen de estructuras laríngeas en forma de globo, llamadas sacos de aire, que pueden ayudar a algunos simios y monos a producir llamadas fuertes y resonantes, y a evitar la hiperventilación, descubrieron.

PUBLICIDAD

La falta de estos tejidos, según los investigadores, dio lugar a una fuente vocal estable en los humanos que fue fundamental para la evolución del habla. Esta simplificación de la laringe permitió a los humanos tener un excelente control del tono con sonidos largos y estables del habla, dijeron.

"Sostenemos que las estructuras vocales más complicadas de los primates no humanos pueden dificultar el control de las vibraciones con precisión", dijo el primatólogo Takeshi Nishimura, del Centro para los Orígenes Evolutivos del Comportamiento Humano de la Universidad de Kioto (Japón), autor principal de la análisis publicada en la revista Science.

"Las membranas vocales permiten a otros primates hacer llamadas más fuertes y agudas que los humanos, pero hacen que las interrupciones de la voz y la irregularidad vocal ruidosa sean más comunes", dijo el biólogo evolutivo y coautor del estudio W. Tecumseh Fitch, de la Universidad de Viena (Austria).

La laringe, un tubo hueco en la garganta que está conectado a la parte superior de la tráquea y contiene las cuerdas vocales, sirve para hablar, respirar y tragar.

Los humanos son primates, al igual que los monos y los simios. El linaje evolutivo que dio lugar a nuestra especie, el Homo sapiens, se separó del que dio lugar a nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, hace aproximadamente 6-7 millones de años, y los cambios laríngeos se produjeron en algún momento posterior.

En el estudio sólo se incluyeron especies vivas porque estos tejidos blandos no suelen conservarse en los fósiles. Esto también significa que no está claro cuándo se produjeron los cambios.

Fitch dijo que es posible que la simplificación de la laringe surgiera en un precursor humano llamado Australopithecus, que combinaba rasgos simiescos y humanos y apareció por primera vez en África hace aproximadamente 3,85 millones de años, o más tarde en nuestro género Homo, que apareció por primera vez en África hace unos 2,4 millones de años.

El Homo sapiens se originó hace más de 300.000 años en África.

Los investigadores estudiaron la anatomía de la laringe en simios como chimpancés, gorilas, orangutanes y gibones, así como en monos del Viejo Mundo como macacos, guenones, babuinos y mandriles, y en monos del Nuevo Mundo como capuchinos, tamarinos, titíes y titis.

Aunque esta simplificación evolutiva de la laringe fue fundamental, "no nos dio el habla por sí sola", señaló Fitch, indicando que otros rasgos anatómicos fueron importantes para el habla a lo largo del tiempo, incluyendo un cambio en la posición de la laringe.

Los mecanismos de producción del sonido en las personas y en los primates no humanos son similares: el aire de los pulmones impulsa las oscilaciones de las cuerdas vocales. La energía acústica generada de este modo pasa luego por las cavidades faríngea, oral y nasal y emerge de una forma regida por el filtrado de frecuencias específicas dictado por el tracto vocal.

(Reporte de Will Dunham. Editado en español por Javier Leira)