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El caso de 'Wagatha Christie' ofrece un vistazo fascinante a la cultura de las celebridades

LONDRES — Una franca oportunidad para observar el glamoroso mundo del fútbol inglés y una revelación de las maquinaciones de las celebridades desleales y despiadadas. Un teléfono perdido en el mar, junto con la evidencia que supuestamente contenía. Y una compleja trama legal con poderosos abogados que diseccionan mensajes privados de WhatsApp en una audiencia pública, mientras que las lágrimas manan de los testigos en el estrado.

Estas fueron algunas de las facetas que alimentaron el cotilleo en torno a un caso por difamación impugnado por las esposas de dos famosos futbolistas ingleses que llegó a su fin el jueves. Los procedimientos, centrados en una disputa entre las dos mujeres que se desarrolló en Instagram, cautivaron al Reino Unido la semana pasada, con una cobertura sin descanso por parte de los medios de comunicación establecidos y los tabloides para informar cada revelación y la competencia entre los fotógrafos por conseguir las fotos de las celebridades que llegaban a la sala del tribunal de Londres.

El juez del caso luego dictaminará si una de las mujeres, Coleen Rooney, difamó a la otra, Rebekah Vardy, en publicaciones en las redes sociales que acusaban a Vardy de filtrar información personal de Rooney al periódico The Sun.

La cobertura que hace la prensa sensacionalista de las esposas y novias de los jugadores de fútbol (ampliamente conocidas en el Reino Unido por el acrónimo WAG) es intensa y ambas mujeres han aprovechado su exposición para generar un gran número de seguidores en las redes sociales y lograr cierta fama por derecho propio como personalidades de los medios. Ambas subieron al estrado durante el caso, vestidas con una variedad de prendas de diseñador (diseccionada por los medios en busca de mensajes ocultos).

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La curiosidad generalizada sobre esos procedimientos legales no debería sorprender a nadie, dijo Adrian Bingham, profesor de Historia Británica Moderna en la Universidad de Sheffield que ha estudiado temas de medios y género. “La esencia de una buena historia sigue siendo la misma”, dijo, señalando los “abundantes cantidades de sexo, engaño, dinero y gloria” que existen en el caso.

“No sabemos cómo termina la trama, así que esto es emocionante”, agregó. “¿Quién lo hizo? ¿Quién va a ser declarado culpable?”.

El enfrentamiento público entre las dos mujeres comenzó en octubre de 2019 después de que Rooney revelara en línea que un seguidor de su cuenta privada de Instagram había estado filtrando información a un periódico sensacionalista. Tenía la sospecha de quién era el informante, agregó, explicando que había diseñado una operación encubierta en la que gradualmente limitó sus seguidores a una sola cuenta, la de Vardy, y luego publicó historias falsas para ver si aparecían en los medios de comunicación.

Rooney dijo que las historias fueron recogidas por los medios y reveló los hallazgos de su investigación en un comunicado en línea acusando a Vardy de filtrarlas. Las aparentes habilidades detectivescas de Rooney hicieron que el caso sea llamado “Wagatha Christie”, haciendo juego con el acrónimo WAG y el nombre de la célebre novelista de historias de detectives Agatha Christie.

Cuando el abogado de Vardy le preguntó en la corte qué pretendía lograr con su declaración en línea, Rooney dijo: “No estaba logrando nada; lo que quería era detener a la persona que estaba filtrando mi información privada a The Sun”.

“Este fue mi último recurso”, agregó.

Vardy ha negado estar detrás de las filtraciones y dijo que varias personas tenían acceso a su cuenta. Como resultado de la publicación de Rooney, dijo, recibió abuso verbal del público mientras estaba embarazada, incluidas amenazas contra el niño que aún no había nacido.

“Me han llamado informante y no es agradable”, dijo Vardy durante la audiencia.

En 2020, Vardy inició un proceso por difamación contra Rooney y, como las dos mujeres no pudieron llegar a un acuerdo, el caso fue a juicio, un proceso inusual y costoso que habrá generado millones de libras en honorarios legales, según los estimados de los abogados.

Con sumas de dinero tan grandes en juego y la vida privada de los ricos y famosos a la vista de todos en los tribunales, el litigio cautivó rápidamente a grandes sectores del público británico.

Incluso los medios de comunicación más serios, que normalmente ignorarían una disputa entre celebridades, han encontrado una forma de entrar en la historia al analizar las implicaciones más amplias del uso generalizado de las redes sociales, dijo Bingham.

“Hay una legitimidad para hablar de esto porque está en la sala de un tribunal y plantea problemas de privacidad realmente serios”, señaló.

Y el caso fue algo que alimentó frenéticamente a los tabloides. Athalie Matthews, una abogada con sede en Londres que se especializa en difamación, dijo que los detalles personales que surgieron en la corte fueron un golpe de tal magnitud a “las vidas personales de ambas partes que estas quedaron tan vulnerables que la prensa puede informar sobre las mismas con total impunidad”.

El interés fue tan alto que los asistentes se volcaron a una sala desbordada en el tribunal de Londres. Las jugosas revelaciones y las indirectas de los abogados fueron blogueadas en vivo por periodistas y recapituladas por medios de comunicación tan diversos como la BBC y The Daily Mail, aunque para el jueves, los periodistas que esperaban fuera de la sala del tribunal parecían listos para el final del juicio.

Rooney y su esposo, el excapitán de la selección inglesa Wayne Rooney, habían estado experimentando tensiones maritales, según se reveló en una sesión. En el tribunal, se revelaron los mensajes de WhatsApp entre Vardy y su agente, Caroline Watt, en los que menospreciaron a Rooney y discutieron la filtración de historias sobre otras personas a cambio de un pago. Y Watt dejó caer por accidente en el mar del Norte un teléfono que quizás contenía mensajes de WhatsApp relevantes, según dijo el abogado de Vardy, un percance que el abogado de Rooney, David Sherborne, dijo que parecía ser un caso de ocultación de pruebas.

“La historia es más profunda de lo que parece, sin doble sentido”, dijo Sherborne.

Vardy reconoció que Watt podría haber pasado información sobre Rooney al periódico The Sun, pero los abogados de Vardy argumentaron que no había pruebas suficientes de que Vardy fuera responsable de las filtraciones. También han dicho que Watt está enferma y, por lo tanto, no puede brindar testimonio.

Si Vardy gana el caso de difamación, es probable que los daños otorgados sean de decenas de miles de libras, según los expertos legales, y Rooney quizás tenga que pagar los honorarios legales de su rival. Si Rooney gana, Vardy se quedará con la factura de los honorarios y podría enfrentar un caso contrario por violación de la privacidad, dijo Matthews.

© 2022 The New York Times Company