Charly García: una visita a Mirtha Legrand y las imágenes olvidadas de una producción de LA NACION

-Tu mamá trabaja en la producción del canal, ¿no?

-Si.

-Recién se asomó, creo. Y dijo: “Uy..., desde que tomó la comunión que no lo veía de traje”.

-Es el mismo traje.

Entre risas, Charly García, que tenía 28 años, mantuvo ese diálogo con la conductora de Almorzando con Mirtha Legrand, en septiembre de 1979, en Canal 7. Allí estaba Carmen, su mamá. Y esa pequeña conversación es un extracto de un audio que se hizo público hace unas semanas. Fue bastante criticado Charly por eso. Algunos seguidores consideraban que el que había visitado era justamente el ambiente del que Serú Girán se burlaba en el flamente LP, La grasa de las capitales . Que no representaba los ideales que sus letras transmitían.

El episodio tuvo tanta repercusión que varios meses después el mismo Charly tuvo que aclararlo en una entrevista. “A ese programa no fui solamente yo. Milton Nascimento, que para la Expreso Imaginario (N. de la R.: la revista a la que le dio la nota), es la voz de Lationamérica, también fue, y nadie lo criticó. No fui para promocionarme, sino para mostrar la música un poco fuera del contexto al que la gente está habituada. Simplemente para mostrar la cara que tengo a un montón de gente que nunca va a verme. Una forma de decirles ‘Vengan a los recitales que está todo bien´”.

Charly estaba abierto a conversar y a explicar sus ideas. Por esos días también participó de una entrevista con Miguel Grinberg para la revista de LA NACION, con una producción fotográfica a cargo de Daniel Merle. Se publicaron por entonces apenas un par de fotos, por eso el material que ilustra esta nota es inédito.

Sobre el nuevo disco, analizaba: “Más allá de la música y la poesía en sí, tiene material para entender cosas muy grossas, algunas sociales, otras psicoanalíticas. Nuestro primer disco creaba un clima para mirar hacia adentro; era profundo, íntimo. Era la misma sensibilidad, pero aislada del contexto urbano; todo se compuso en Buzios. Ahora, ese espíritu está de regreso y, además de la lucha interna, aparece un choque entre ese mundo y el de afuera: Buenos Aires. Es como una catarsis, como cuando a uno le dan ganas de llorar y no puede parar. La grasa tiene un significado muy porteño. Implica lo negativo, lo que te sofoca, lo que uno no puede sacarse de encima, lo que lo salpica aunque no quiera. Esa grasa no es ajena a uno” .

Decía necesitar nuevos rumbos y profundizaba en la desaparición de Sui Generis, primero, y de La máquina de hacer pájaros, después. “Disolví Sui Generis porque ya no me divertía. Quería pasar a otra cosa. Además, el público nos obligaba a repetir una y otra vez canciones conocidas. Era una noria. No habíamos empezado siquiera a tocar en el recital y la gente ya se volvía loca. Había logrado ser la estrella de rock con la cual soñé de pibe, pero deseaba regresar al planeta Tierra . Con La Máquina tocamos durante dos años. Comprendí que había volcado demasiado de mí en las composiciones y me sentía humanamente gastado. Decidí preocuparme más por la música y dejar el corazón a un costado. Forjé ideas nuevas que, a mi entender, establecían un nuevo concepto. Pero fue como hablarle a una pared. En la grabadora donde estaba no lo entendieron. Me dio mucho dolor. Tanto que desarmé La Máquina y me fui a Brasil con David Lebón. Alquilé una casa junto al mar, en Buzios, y empecé a escribir y componer sin pensar para nada en las grabadoras y sus respectivos corregidores. Era feliz dejando que fluyera todo lo que había almacenado en ese último tiempo. La amistad con Lebón se hizo muy grande y de ese entendimiento salió el grupo Serú Girán, idea a cuyas proyecciones no le veo límite”.

El nuevo proyecto era lo que necesitaba difundir: “Hay una gran vitalidad en esta nueva música. Gustará o no la temática, pero es nuestra verdad, es nuestra alma desnuda”.

Rolling Stone consideró al disco en el número 17 entre los mejores de la historia del rock nacional. Al respecto, Oscar Jalil, escribió: “La grasa se inspiró en el desprecio a la gente careta y el “no se banca más” podía tener distintas capas de sentido (…) el segundo disco de Serú Girán es una obra conceptual sobre los conflictos, las inseguridades y la soledad, una radiografía de época más útil que los manuales de escuela. Se puede palpitar el estado de ánimo de esos tipos que vivían en peligro y de todos los que escuchaban sus canciones como tablas de salvación en un naufragio que duró años”.

En la mirada lejana, el valor histórico supera, por supuesto, aquella polémica por la presencia en el programa de Mirtha Legrand. Un Charly García que apenas empezaba a mostrar su rostro y su personalidad.