China paga 850 dólares en el Tíbet por poner la foto del presidente en casa
Las autoridades chinas están ofreciendo dinero a las familias tibetanas pobres que exhiban retratos del presidente chino, Xi Jinping, en sus casas, en un nuevo intento por reforzar la lealtad del Tíbet con Pekín tras décadas de una fracasada búsqueda de independencia.
La nueva campaña está ofreciendo hasta 6.000 yuanes (850 dólares) a los pobladores de la localidad de Arte, ubicado en la provincia china de Qinghai, con la condición que el retrato del mandatario chino esté en un lugar prominente de la casa.
“El dinero no se entrega si las familias no aceptan la condición requerida”, aseguró una fuente que no fue identificada por razones de seguridad por Radio Free Asia.
Debido a las limitaciones financieras y a las malas oportunidades de subsistencia que existen en el área, “los tibetanos no tienen más remedio que tomar el dinero y poner la foto de Xi”, indicó.
Culto a Xi
La imagen del presidente chino debe ser ubicada tan o más alta que cualquier foto que exista en la casa y en especial si se trata del Palacio de Potala, la casa de invierno del exiliado líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, quien hace 70 años huyo de esa región tras la ocupación china.
“Las familias están optando por hacer esto porque necesitan el dinero para sobrevivir, pero les da mucho remordimiento”, agregó la mencionada anónima.
La imagen del presidente Xi inunda toda China con carteles y vallas publicitarias, en lo que varios expertos han señalado es un intento por emular a Mao Zedong, fundador de la República Popular China, quien uso su retrato para crear un culto a su personalidad durante su gobierno de 1945 a 1976.
Mientras promueven el retrato de Xi, las autoridades chinas han incrementando las acciones para detectar y decomisar las fotos del Dalai Lama, e incluso ahora viajan a regiones remotas del Himalaya que antes habían pasado desapercibidas por la policía.
La campaña se inició en abril y, como parte de la misma, los funcionarios chinos de las oficinas gubernamentales también visitan las escuelas tibetanas y advierten a los maestros y estudiantes la prohibición de conservar o mostrar las fotos del Dalai Lama.
Además instan a los lugareños a que cuando reciban visitas de alto nivel del gobierno provincial y desde Pekín les deben informar sobre las “grandes mejoras en las condiciones de vida que han tenido gracias a los subsidios que han recibido del gobierno” central, precisó la fuente.
El Dalai Lama cumple 84 años el próximo 6 de julio y cada año las autoridades chinas endurecen los controles para esa fecha y también para los 10 de marzo, fecha en que iniciaron las revueltas en busca de la independencia del Tíbet y que lo obligaron, siete días después, a salir al exilio al líder espiritual de esa región montañosa del centro de Asia.
Imágenes de Mao y Xi a cambio de Jesús
Los seguidores del líder budista no son los únicos que han tenido que dejar de lado sus creencias. La campaña del gobierno comunista chino también ha obligado a los cristianos a reemplazar las imágenes de Jesús con fotos de Mao y Xi.
Las autoridades de la provincia central de Henan iniciaron a principio de año una cruzada en la que los hogares que dependen de los subsidios del gobierno deben mostrar su gratitud al Partido Comunista exhibiendo los retratos de Mao y Xi en sus casas.
La revista sobre la libertad religiosa y los derechos humanos en China “Bitter Winter” entrevistó algunas familias cristianas, a quienes modificó sus nombres por razones de seguridad, que tuvieron que cambiar la foto de Jesús por la de los líderes del partido.
Shi Jilei, de 86 años, y su esposa viven en el condado de Xiayi de Shangqiu y pertenecen a la iglesia protestante de las Tres Auto-denominaciones, controlada por el gobierno. Cuando el personal gubernamental de asistencia a la pobreza se presentó en su casa durante una visita de rutina, se molestaron mucho al ver un retrato de Jesús colgado en la pared.
Uno de los funcionarios lo descolgó y le advirtió a Shi que “sólo se le permite tener imágenes de Mao Zedong y Xi Jinping. Y si continúas creyendo en Dios, tus beneficios sociales serán cancelados”.
Horas después llegaron otros hombres que se encargaron de colgar en las paredes los retratos de Mao y Xi.
Algo similar sucedió en la casa de Liu Qingyun, una anciana cristiana que vive en el condado de Zhecheng y depende totalmente del bienestar del gobierno. Los funcionarios le exigieron poner un retrato de Mao o perdería sus asignaciones, por lo que no tuvo más remedio que obedecer.
A Zhao Lanying los funcionarios le quitaron una cruz y una imagen religiosa y luego le dijeron que “los hogares pobres no tienen permitido poner imágenes o una cruz en la pared. Solo puedes tener imágenes de Mao Zedong y Xi Jinping; de lo contrario te estas oponiendo al partido”.
Algunos analistas consideran que la interferencia del Partido Comunista en la vida cotidiana de los ciudadanos del común y la coerción para elogiar a los líderes del partido es un signo peligroso del resurgimiento de la Revolución Cultural que debería poner a la comunidad internacional en alerta máxima y despertar las mayores preocupaciones.
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