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La confianza, una moneda devaluada

Demasiadas casualidades o una coordinación casi perfecta. Una de esas dos posibilidades pueden ser ciertas en la oleada de ataques a silobolsas que se suceden sin pausa desde comienzos de año.

Según el relevamiento realizado por la nacion, a partir del testimonio de los productores afectados, hasta mediados de esta semana las roturas de bolsones con granos superaban las 60. El simple vandalismo podía ser atribuido cuando aparecía algún corte en los plásticos, pero cuando se sumó el robo de animales o los curasemillas para arruinar el grano ya fue evidente que había algo más.

Solo quien conoce las zonas, sabe cómo moverse sigilosamente de noche sin despertar sospechas de alguien que pase por un camino o una ruta a la misma hora tiene capacidad para provocar semejante daño. Hasta el momento logró tener éxito: el temor entre los productores creció exponencialmente.

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Después de los primeros 30/40 silobolsas rotos reaccionaron las autoridades. El ministro de Agricultura, Luis Basterra, y la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, mantuvieron un encuentro virtual con ruralistas y dirigentes de la cadena agroindustrial. El propio Basterra condenó los hechos, como también lo hizo luego el ministro de Desarrolo Agrario de la provincia de Buenos Aires, Javier Rodríguez. En la semana, la ministra Frederic, dijo que iba a "reactivar un área específica dentro del Ministerio para esta problemática, que requerirá información georreferenciada y judicializada, de modo de dimensionar la cuestión y reiniciar el trabajo en base a matrices de diagnóstico que permitan delinear políticas preventivas serias y consistentes".

Además, como cada vez que los casos de inseguridad ganan espacio en los medios de comunicación, las fuerzas de seguridad se empezaron a mover. Productores de Entre Ríos comenzaron a ver más controles en las rutas y en la provincia de Buenos Aires, las patrullas rurales pidieron información sobre los silobolsas. Algo es mejor que nada, pero hasta que no haya algún detenido y no se esclarezca el origen de estos ataques, persistirá el temor y las especulaciones sobre los motivos que los impulsan.

A esa incertidumbre se suma quienes quieren sembrar más confusión. El fin de semana pasado se viralizaron audios de whatsapp con supuestos enfrentamientos a punta de pistola. También circularon en las redes sociales fake news con fotos de hombres asesinados por haber atacado un silobolsa. Quienes inventan esas historias todavía no saben que hay una función de Google que permite conocer el origen de una foto. Aun así captan ingenuos que creen todo lo que leen en las redes sociales. Peor aun: buscan que los productores de carne y hueso reaccionen a la violencia con más violencia. "Los productores tienen que mantener la calma", recomendó esta semana el exsecretario de Agricultura Willy Bernaudo en declaraciones radiales.

Esa siembra de miedo es paralela con la visión de quienes en los últimos años identificaron a los silobolsas como sinónimo de especulación con el dólar. Y tiene lazos imposibles de disimular con los que, por una cuestión ideológica, se oponen a todo lo que signifique creación de valor por parte del sector privado. Dentro de la coalición oficialista hay no pocos integrantes que avalan estas visiones. También están quienes quisieran que en la Argentina pasara lo mismo que sucedió en otros países de América Latina con tomas de tierras, enfrentamientos armados y organizaciones clandestinas. Hacia ese abismo quieren empujar al país.

Es que la inseguridad no se agota en los ataques a silobolsas. Lo puso en contexto Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). "Solo en el 2020, asesinatos, rotura de silobolsa, incendios intencionales, robo de maquinaria, de cosecha, de agroquímicos, abigeato y la usurpación de campos, son solo muestras de la inseguridad que sufren a diario los productores", dijo la entidad en un comunicado al que acompañó con un mapa que releva las denuncias recibidas por sus confederaciones en todo el país. El trágico balance incluye los asesinatos por robo del productor de Misiones, Rodolfo Weber, en marzo pasado, y de José Porcel, de Tucumán, el 26 del mes pasado.

"Los productores agropecuarios también somos ciudadanos merecedores de todos los derechos consagrados en nuestra Constitución Nacional y la seguridad es uno de ellos", expresó CRA. Cuando hay que afirmar lo que debería ser obvio es que la situación ya es más que delicada.

El Gobierno dio varios pasos atrás con el anuncio de expropiación de Vicentin. No rescató a una empresa en problemas ni contribuyó a que la Justicia determinara las responsabilidades en el default de la cerealera. Golpeó la confianza de un sector que, debería saberlo a esta altura, es imprescindible para recuperar a la economía de la peor caída que se recuerde en la historia. Con el clima de inseguridad, no hace otra cosa que agravar la desconfianza.