Corazón de madre
Ser madre es el mayor privilegio que me dio la vida. Tengo cuatro hermosos hijos; pero sobre todo son excelentes personas.
A ellos les enseñé a ser educados, respetar a los demás, ser responsables de sus acciones y de sus actos; pero ellos me enseñaron mucho más. Me enseñaron a crecer con ellos, que la vida no se detiene en el tiempo, a abrir mi cabeza ante este mundo que puede parecerme más convulsionado, pero que muchas cosas han cambiado para bien; respetando a todos por igual y no juzgar por apariencias.
Todo eso y mucho más hizo que los cuatro sean hoy confidentes y puedan confiar en mí tanto como yo en ellos. Las anécdotas serían interminables, pero lo más importante y relevante es que vivimos en diferentes lugares, tanto dentro como fuera del país. Y aunque nada fue fácil, siempre unidos supimos acompañarnos y protegernos.
Obviamente cometí errores y he aprendido de ellos. Mi hija me dio dos hermosos nietos y otro por venir. A mi segundo hijo no pude verlo por más de un año por pandemia. Vivir lejos tiene sus cosas tristes, pero los dejé volar. A mi otro hijo hace años lo tengo lejos y he sentido un vacío tremendo, pero siempre está cerca con ese enorme corazón que tiene.
El “chiquito” -como le digo yo- con quien hay más brecha generacional y hasta ahora a veces no logro entenderlo, me enseñó a aceptar muchísimas cosas que antes me hubiera cerrado sin escuchar.
Ser madre es mi razón de vivir. Por ellos sufro, por ellos lloro, por ellos celebro y por ellos me alegro.
Cuántas noches me vencía el sueño y hasta perdía la paciencia, pero solo soy madre y eso no me hace perfecta. Estoy agradecida de tener a mi madre y que sea mi mejor amiga y compañera y mis hijos vivieron y viven eso.
Y es la mejor forma de mostrarles lo que es el amor de una madre y el amor de un hijo. Siempre me preguntan quién es mi preferido y yo contesto el que más me necesita en ese momento. Ya no preguntan más, saben mi respuesta y que amo a los cuatro como solo una madre puede amar.
Feliz día a todas esas madres que al igual que yo, con defectos y virtudes, hacemos lo mejor desde nuestro corazón.