El coronavirus, un inesperado aliado para impulsar el 'homeschooling'
Para Eleanor Childs, el cierre indefinido de las escuelas públicas en California por la epidemia del coronavirus es un sueño hecho realidad. Hace tiempo que viene presionando a sus padres para que la dejen estudiar desde casa. Ha visto florecer académicamente a su hermano mayor en solo unos meses y disfrutar de una libertad como homeschooler que ella simplemente no tiene. “Quiero dejar de levantarme tan temprano para ir al colegio y estar de mal genio por las mañanas, no hacer tareas aburridas que estén por debajo de mi nivel, centrarme en las materias que me interesan y hacer muchas más excursiones”, dice la pequeña estudiante de 9 años.
Eso sí, admite que echará de menos a algunas “profesoras”, la atmósfera del colegio público de Sierra Madre, California, al que va todos los días, y a su amiga de Sri Lanka, Ranuki. “El resto, para nada”. De hecho, siente que los encierros obligatorios de norte a sur del estado por el coronavirus han adelantado su objetivo. “Ya estoy lista para empezar a estudiar desde casa”.
El fenómeno del ‘homeschooling’ no para de crecer en EEUU
No es la única. El movimiento del estudio independiente —conocido popularmente como homeschooling— ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años en Estados Unidos y se prevé que el fenómeno crezca de forma exponencial a raíz de los encierros obligatorios y la crisis del coronavirus. Solo en el condado de Los Angeles, más de un millón de niños se han visto afectados por el cierre de los colegios hasta mayo.
“Con toda esta crisis, la gente va a entender mucho mejor lo que es la educación a distancia y los beneficios que conlleva. Creo que a partir de ahora habrá mucho más respeto y entendimiento sobre lo que significa, lo cual me parece fantástico”, dice Amir Nathoo, CEO de Outschool, una startup con sede en San Francisco que ofrece clases por internet.
Mientras miles de compañías se han visto obligadas a despedir a un porcentaje importante de sus plantillas, Outschool atraviesa, probablemente, por el mejor momento de su historia. El tráfico hacia su página de internet se ha duplicado en los últimos días y la cantidad de estudiantes registrados ha crecido un 37,5% en solo un fin de semana. Además, están buscando a 5.000 profesores para poder cubrir la demanda.
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“Hemos experimentado una aceleración masiva en nuestro portal”, admite Nathoo en una charla con Yahoo Finanzas. “Desde que empezamos en 2017 hemos dado clase a 80.000 estudiantes y en un solo fin de semana se han apuntado 30.000 más”, lo que les ha llevado a ampliar su plantilla de ingenieros y personal de operaciones.
Outschool se ha convertido en una herramienta fundamental para miles de familias de la noche a la mañana. La plataforma conecta a niños con miles de profesores que cubren un amplio abanico de materias, desde las comunes, lengua, matemáticas, ciencia, hasta propuestas sobre nutrición, arquitectura, robótica o diseño de videojuegos. La oferta es inmensa.
Las clases cuestan una media de 10 dólares por hora y los alumnos se conectan a través de sus ordenadores y tabletas, con gente en más de 65 países. “Creo que hemos dado en el clavo porque ofrecemos un ambiente social, seguro y profesional para que los niños aprendan desde casa. Y por poco dinero”.
Sueldos de 10.000 dólares al mes dando clases online
Los otros grandes beneficiados con este método de enseñanza son los profesores. Nathoo explica que algunos ganan hasta 10.000 dólares al mes dando clases y que para muchos otros se ha convertido en un trabajo fijo. Bien lo sabe Erin Girard. Esta docente y madre de dos homeschoolers que se sumó a la corriente de las clases a distancia hace 19 meses y dice que le ha cambiado la vida. “La educación online es el futuro, claramente”.
Girard da clases de cocina, medio ambiente, Historia, lectura y redacción a través de Outschool. Además, forma a futuros colegas que se están incorporando a la red. “Solo ayer aplicaron más de 1.000 profesores, según me han dicho”. A ella la plataforma le vino como anillo al dedo. Sigue dando clases y puede ocuparse de la educación de sus hijas al mismo tiempo.
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“Esto es una ventana de oportunidades”, dice Girard en una conversación telefónica. “Cualquier persona que tenga experiencia trabajando con niños puede trabajar en Outschool una vez que pasen las pruebas de seguridad para comprobar su legimitidad. Tenemos profesores de EEUU, Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Grecia… de muchas partes del mundo”.
2,5 millones de niños estudian desde sus casas
De momento, el número de niños escolarizados en casa representa el 3,4% del total de la población estudiantil en EEUU. Es decir, 2,5 millones, con un crecimiento estimado de entre el 2% y el 8% en los próximos años, de acuerdo a Brian Ray, presidente del Instituto Nacional de Investigación Educativa en Casa, una predicción que hizo mucho antes de la crisis del coronavirus.
Ray cree que el homeschooling ha dejado de ser una opción reservada a cristianos conservadores e izquierdistas antisistema. Es algo que funciona a todos los niveles socioeconómicos y que cree que se va a ir implantando más y más a medida que las familias descubran sus beneficios y ventajas.
“Estamos viendo un cambio en la actitud del público con respecto a la opción del estudio en casa”, dice Ray desde Salem, Oregon. “El modelo ha demostrado que los padres son competentes para poder enseñar a sus hijos. Sigue habiendo dudas, pero la conclusión generalizada es que no hacen faltan profesores licenciados por el Gobierno para que los niños aprendan”.
Ray asegura que el rápido crecimiento de este modelo no solo se está dando en EEUU sino en Rusia, Brasil, Colombia, Corea del Sur y otras partes del mundo, con cada vez más compañías sumándose a esta nueva economía.
Outschool no está solo, ni mucho menos. Existen varios servicios de cursos online, niñeras para estudiantes escolarizados en casa, videojuegos educativos y plataformas de pago para cuentos infantiles interactivos, además de clases particulares de cualquier asignatura imaginable. Es un campo que puede estar recibiendo el mayor espaldarazo de su historia por la pandemia.
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