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Crianza: ¿es adecuado preguntarle a los chicos antes de los seis años si tienen novio?, un interrogante que disparó un debate en las redes

"Lo de tener novia o novio no es una preocupación de los chicos, sino de los adultos", señalan los expertos
"Lo de tener novia o novio no es una preocupación de los chicos, sino de los adultos", señalan los expertos

“Los niños no tienen novia”; “las niñas no tienen novio”; “no le preguntes a mi hijo cuántas novias tiene”; “no le preguntes a mi hija cuántos niños están enamorados de ella”. Cuando la periodista y locutora venezolana Adriana Lozada (@madres2020) publicó estos posteos en su cuenta de Instagram sobre crianza respetuosa no pensó jamás que iban a superar los 56 millones de cuentas alcanzadas. Ni tampoco que pasaría de tener 50.000 a 140.000 seguidores en la red social.

“Un niño o una niña de hasta 6 o 7 años seguramente no entiende qué le preguntan cuando quieren saber si tiene novia o novio –afirma Lozada, que dirige la Fundación @madres2020 y tiene una certificación de la Universidad de Harvard en Derechos del Niño-. Puede sentirse incómodo, retraído, avergonzado, o se lo puede incitar a que busque un novio o una novia cuando tal vez no se le ha ocurrido. En ocasiones, se le dice a un varón que vaya a darle un besito a una niña ‘porque es tu novia’. El niño hace caso y sin darnos cuenta estamos promoviendo en pequeña escala a un potencial hombre abusador y a que la niña sea una potencial mujer sumisa, que recibe un beso impuesto. Las violencias y el machismo tienen origen en la crianza. Por eso es importante hacer un llamado a la reflexión.”

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“Preguntarle a un chico o chica pequeños si tienen novio o novia se vincula con una sexualización de la infancia –reflexiona Irene Loyácono, directora del Centro de Terapias con Enfoque Familiar (Cetef)–. Lo más probable es que miren desconcertados. Es una pregunta totalmente inadecuada. La idea es que la infancia tiene derecho a existir, a no quemar etapas. El chico está ocupado en construir una representación del mundo, en entender cómo funcionan las cosas. La sexualidad o el emparejamiento no tienen lugar. Los chicos pequeños establecen relaciones con niños de su edad: es amor, apego, pero el concepto de ‘novio’ no tiene nada qué hacer en la infancia. Es un concepto que aparece desde la mirada sexualizada del adulto hacia el mundo infantil.”

“En el jardín o preescolar es muy común que los niños y niñas hablen de un novio o novia. Hasta los tres años los padres son la figura de apego. Después, sus relaciones afectivas se amplían. Para los pequeños, tener un novio o novia es tener a alguien especial con quien se divierten más –dice Adriana Ceballos, coach de familia y directora de la Escuela Coaching de Familia (Ecofam)–. No es bueno que los adultos preguntemos: ‘tenés novio o tenés novia’, pero sí es bueno que dejemos que ellos hablen de su “novia o novio” sin prohibir, corregir o pensar que están hablando de lo mismo que habla un adulto. En la disciplina positiva no prohibimos ni coartamos. Tratamos de que puedan hacer, acompañándolos, mostrándoles un camino.”

“El que dice que no hay que preguntar se pone en un lugar prejuicioso que es creer que la sexualidad no debe existir en los niños pequeños –afirma Josefina Saiz Finzi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en crianza de niños y adolescentes–. La sexualidad infantil es natural, normal y existe. Es una expresión de la vida erótica y necesaria en todas las edades, no es una ´maldad’ perversa. Lo anormal es cuando se cree que no hay que hacer estas preguntas. La pregunta es un inductor de la respuesta, pero no escarba en la morbosidad.”

Saiz Finzi opina que es el adulto el que piensa que es malo. “El juego imaginativo es que sí se puede tener novio porque uno desea que lo quieran y desea amar a otro. La primera palabra novio es el prolegómeno de una realidad necesaria que es vivir con otro teniendo sentimientos amorosos que finalmente se vincularán con la sexualidad, porque es el amor el que los lleva adelante. Que un niño diga o el adulto le pregunte si tiene novio o novia mientras no está perversamente buscando qué tipo de novio tiene y qué se toca y no se toca no tiene ninguna contraindicación”.

Riesgos

“En esta época hay una simetrización entre el mundo infantil y el adulto: se ponen a la par –señala Carolina Paola Pérez, especialista en psicología vincular de familias con niños y adolescentes–. Antes el niño tenía una vida que giraba en torno a la escuela, sus amiguitos, sus juegos. No se hablaban ciertos temas delante de ellos, no se los reconocía como seres sexuales cuando en realidad los niños tienen sexualidad. Pero la simetrización trae como problema que muchos padres queden desautorizados o sean compinches de sus hijos, y en ese proceso se da una sobresexualización, porque la sexualidad, que es un tema de interés adulto, pasa a ser parte de la oferta de contenidos que se les propone a los niños. Y esto puede afectar su desarrollo, generar una anticipación de los procesos sin suficiente elaboración.”

Saiz Finzi afirma que existen estímulos negativos hacia los niños, por ejemplo, hablarles todo el tiempo del novio o la novia o excitarlos con imágenes de TV o pantallas. “Hay cuestiones perversas, sí, que alimentan la perversión de cualquier humano. Miremos qué cosas hay que decir y no decir y de qué se abusa –advierte–. Y de lo que se abusa es de la inducción a una hipersexualización de imágenes, de conductas, de padres que se muestran con varias novias alrededor y jugando al juego del caño. Uno no debería mostraría a los hijos esas imágenes, los chicos no tienen necesidad de estar metidos en el mundo de los adultos. Un adulto responsable, en cambio, puede preguntar por una ‘novia o un novio’, pero no para inducir sino para escuchar. Los niños sienten amor, deseo, vida, esas son las brújulas que los guían hacia la felicidad de querer y ser queridos.”

Lozada dice que entre los muchos comentarios que recibieron sus posteos en Instagram había hombres que recordaban sus propias infancias y que decían que la pregunta de si tenían “novia” los incomodaba, porque en ese momento no sabían si le gustaban los varones o las mujeres.

“Lo de novia o novio no es una preocupación de los chicos, sino de los adultos –afirma Paula Preve, psicóloga coordinadora del Departamento de Niños y Adolescentes de la Fundación Aiglé–. No es que lo va a traumatizar, pero no es una pregunta adecuada, no es acorde a su momento evolutivo. A un chico le puede interesar que le pregunten por lo que está aprendiendo, cómo es su familia, qué juegos le gustan, mostrar qué saben hacer…”

Preve añade que los chicos pequeños sí tienen sexualidad, pero recién en el desarrollo puberal se perciben ciertos impulsos que hacen desear la intimidad con otro. “Además, tenemos que estar atentos a no encasillar en la heterosexualidad. Con la pregunta de cuántos niños están enamorados de vos estás insertando a una niña en una lógica de relaciones heterosexuales y que vos como niña valés por cuántos hombres atraés… O para un varón el cuántas novias tenés está promoviendo o avalando estar con varias mujeres a la vez… Si sistemáticamente se pregunta por el novio o la novia se le puede transmitir que esté atento a eso, en lugar de estar atento o atenta a aprender, a jugar, a hacer las cosas que venía haciendo”.

Pérez coincide en que preguntar a un niño si tiene novia y a una niña si tiene novio supone una elección sexual heteronormativa. “Es preguntarles desde un nivel de prejuicio como si esa elección estuviera definida desde que nació: si es varón le gustarán las chicas y viceversa”, afirma.

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