Menos dólares para la Argentina: las exportaciones cayeron 18,9% en febrero
Los productores padecen hace meses la sequía en los campos en los que trabajan y su impacto ya se evidencia en los números de la economía. Y el comercio exterior no fue la excepción: en febrero mostró prácticamente todas las cifras en rojo, según los últimos datos del informe sobre el Intercambio Comercial Argentino (ICA), realizado por el Indec. -. Según consigna la consultora Abeceb, las exportaciones mostraron la caída anual más grande de los últimos 7 años (excluyendo el 2020 en plena pandemia). Hay que remontarse hasta diciembre de 2015 para encontrar una caída mayor a la de febrero de este año.
Las exportaciones alcanzaron los US$5230 millones el último mes, que significa un descenso interanual de 18,9% (US$1222 millones menos que el año pasado), mientras que las importaciones también bajaron un 10,4%, totalizando US$5048 millones (US$586 millones menos que en el mismo mes de 2022).
Quedó, así, en la balanza un magro resultado de US$182 millones a favor, US$636 millones menos que el saldo de igual mes del año anterior
“Esta merma en las exportaciones se va a dar también en los próximos meses”, asegura Marcelo Elizondo, especialista en comercio exterior. “Los peores meses serán de marzo a julio”, agrega. Sin embargo, no hay perspectiva de mejora porque “el productor va a estar ahorcado financieramente para la próxima siembra. No hay financiamiento interno ni externo para poder producir y las consecuencias de este problema pueden durar hasta tres años”.
Las exportaciones sufrieron una caída del 16,3% en las cantidades y del 3,5% en los precios, por lo que ya no se verifica el viento a favor registrado en los meses anteriores con respecto a los precios. Todos los rubros disminuyeron: tanto los productos primarios (PP), en un 33,6%, como las manufacturas de origen agropecuario (MOA), en un 16,4%; las manufacturas de origen industrial (MOI), 14,4%; y los combustibles y energía (CyE), 0,1%.
Las ventas externas de febrero mostraron que la caída de US$1222 millones se debió principalmente a menores ventas de trigo y morcajo, (US$685 millones menos); harina y pellets de la extracción del aceite de soja (US$352 millones menos); biodiésel y sus mezclas (US$258 millones menos); y aceites crudos de petróleo (US$79 millones menos), entre otras bajas, informa el Indec.
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario, la economista Emilce Terra confirma que el complejo del trigo es uno de los que más cayó en exportaciones. “Se cosechó en diciembre y enero la mitad de lo que se cosechó el año pasado”, dice. El efecto de la sequía es devastador.
Las manufacturas de origen agropecuario, que es el principal segmento exportador de la Argentina y donde juega el complejo soja, también cayó. “Hay enorme preocupación por la sequía”, dice la economista. El aceite de soja argentino es una de las insignias de la producción exportadora local. Pero esta caída recién empieza. “La soja comenzó a cosecharse a principios de marzo y seguirá hasta abril, con resultados muy pobres. Hay cautela en el mercado y la industria aceitera espera márgenes negativos”, añade Terra.
Por otro lado, el dólar soja también influyó en los volúmenes negociados en febrero, ya que se adelantaron las ventas para aprovechar el último beneficio ofrecido en diciembre.
Las importaciones sufrieron un descenso de las cantidades en un 11,6%, y los precios se incrementaron 1,1%. Se redujeron las importaciones de combustibles y lubricantes (CyL), una buena noticia para las arcas locales, en un 29,6%. Hubo una baja del 28,3% en compras al exterior, fundamentalmente por la menor compra de bienes despachados mediante servicios postales (couriers); bienes de capital (BK), con una merma del 21,1%; bienes de consumo (BC) descendieron 9,7%; y bienes intermedios (BI), 4,7%. Por su parte, crecieron las compras de vehículos automotores de pasajeros (VA), 8,3%; y de piezas y accesorios para bienes de capital (PyA), 2,8%.
Ausencia de políticas contracíclicas
“No solo no hay políticas que ayuden a los productores a salir de esta situación, una especie de colchón para los malos tiempos, sino que en la Argentina hay una reducción de la capacidad competitiva por el atraso cambiario, las retenciones y el desorden macroeconómico”, dice Elizondo. “El año pasado fue el mejor año de la historia en ingreso de dólares agropecuarios en la Argentina, pero al productor le quedó muy poco y no le quedó una reserva. En los años de vacas gordas, la mitad de las vacas se las queda otro”, sintetiza.