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¿En dónde está el dinero? Residentes enfadados denuncian que el edificio de apartamentos incendiado carece del seguro que pagaron

Gustavo González lleva dos días vistiendo la misma camisa azul y los mismos pantalones con estampado de camuflaje.

Es la misma ropa que llevaba cuando su edificio de apartamentos se incendió el sábado. González, al igual que otros 100 residentes, fue desplazado cuando el fuego envolvió docenas de unidades en un edificio de dos pisos en 395 NW 177 St. en Miami Gardens.

El lunes por la mañana, los se reunieron en Betty T. Ferguson Recreational Complex, un refugio situado a casi cinco millas del edificio de apartamentos. Representantes de la Cruz Roja del Sur de la Florida y de la Oficina de Defensa de la Vivienda (OHA) del Condado Miami-Dade estaban allí para abrir expedientes y ofrecer ayuda, tanto si los residentes se alojaban en el refugio como si no.

LEA MÁS: “Va a ser un largo tiempo”: los habitantes desplazados por el incendio de apartamentos en Miami Gardens reflexionaron acerca de su futuro

Una voluntaria de la Cruz Roja tomó un micrófono y respondió a las preguntas de la multitud, pero ella no era la persona a la que querían allí.

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El interés de los presentes estaba fijo en una mujer con un vestido rojo y tacones. Era Denise Chambers, la administradora de la propiedad del edificio de apartamentos New World.

Cientos de habitantes desplazados por el incendio de un edificio de apartamentos en Miami Gardens se reunieron en Betty T. Ferguson Recreational Complex el lunes 30 de enero de 2023.
Cientos de habitantes desplazados por el incendio de un edificio de apartamentos en Miami Gardens se reunieron en Betty T. Ferguson Recreational Complex el lunes 30 de enero de 2023.

Los residentes murmuraban mientras Chambers subía a hablar. Luego empezaron a preguntar.

“¿Qué va a pasar con los propietarios?”, gritaron. “¿En dónde está el dinero?”.

“El dinero” se refería a los fondos recaudados de los propietarios de las unidades para pagar las cuotas de la asociación de apartamentos, que cubren los gastos de funcionamiento del edificio, incluido el mantenimiento, el seguro, el pago a una empresa de gestión y la limpieza, entre otras responsabilidades. Eso no incluiría el seguro de las unidades individuales, que es responsabilidad de los propietarios de las unidades y generalmente lo exigen los emisores de hipotecas.

Chambers le dijo a la multitud enfurecida que el edificio no tenía seguro contra incendios, que el seguro había sido cancelado. El Herald no pudo confirmar si eso era cierto. En cualquier caso, dijo que asegurarse de que el seguro contra incendios estaba contratado era responsabilidad de la asociación de propietarios.

Según la ley de la Florida tiene razón en lo que dijo.

“Como administradora de la propiedad, todo lo que puedo hacer es darle información a la junta”, dijo.

En cuanto a los miembros de la junta, se les invitó a identificarse. Nadie dio un paso al frente. El Herald intentó sin éxito ponerse en contacto con los miembros de la junta.

La policía se alineó a lo largo de las paredes de la sala mientras la tensión hervía. Un agente se ofreció como voluntario para traducir lo que decía Chambers a los residentes hispanohablantes que se sentían excluidos.

Poco después, Chambers abandonó la reunión sin responder a las preguntas en torno a las tasas que los residentes habían estado pagando. Los residentes dijeron que se les dijo que deben pagar esas cuotas incluso aunque estén sin hogar.

“Ahora que estamos todos aquí, necesitábamos que se respondan todas nuestras preguntas”, dijo González. “Todo el mundo lo siente y siente nuestro dolor, pero estamos en la calle”.

González, quien compró su apartamento en 1996, dijo que se ha sacrificado durante casi tres décadas para pagar su hipoteca. Cada mes, ha pagado cientos en cuotas de la asociación, que se supone incluyen el seguro.

“Si pagamos un seguro y no lo tenemos, ¿a dónde va ese dinero?”, dijo González, que habló con el Herald en español, al igual que muchos de los residentes desplazados.

González ahora está preocupado por lo que le espera. Los alquileres en Miami están entre los más caros de Estados Unidos.

“¿Quién va a pagar los daños a nuestra propiedad?”, dijo. “Lo perdimos todo. ¿Quién nos va a ayudar?”.

Rita Eizmendiz, quien vive con su esposo en el apartamento que compró hace 26 años, siente que ella y otros residentes han sido abandonados.

De acuerdo con Eizmendiz, a menudo se toman decisiones sin tener en cuenta o sin informar a los residentes que no hablan inglés. Era una cuestión que quería plantear en la reunión de la junta de febrero.

“No entendí nada de lo que dijo [Chambers]”, le dijo a el Herald. “Eso ocurre a menudo. Es una de las dificultades de nuestras reuniones”.

También dijo que, aparte del seguro contra incendios, se pregunta si hay otras cosas por las que la asociación está cobrando dinero aunque en realidad no se haya contratado a ningún proveedor.

“Yo soy la que limpia los pasillos”, dijo. “Pregunten a cualquiera. Yo soy la que cuida los jardines. ¿Qué mantenimiento estamos pagando?”.

Cuando la multitud salió de la sala, la policía expulsó a los periodistas del edificio. Los residentes charlaban y sus voces resonaban por los pasillos.

“Esto es como una bofetada”, dijo uno de ellos.

“Nos engañaron”.