El destino clásico del verano que este año trae varias sorpresas: una por una, todas las novedades

MAR DEL PLATA.– Casi ocho millones de turistas en once meses. El número, recién salido de la usina de estadísticas del Ente Municipal de Turismo, se saborea como un delicioso aperitivo para esta temporada de verano que, sin temor a dudas y con la mayoría de los servicios en pie, se acaba de poner en marcha con el inicio de este mes.

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Si se toma en cuenta que todavía hay ciclos lectivos en curso en varias provincias, pues entonces la bandera de largada inobjetable será el próximo fin de semana, extralargo y el último de este año, que ya presenta un alto nivel de reservas en hoteles e inmobiliarias.

Será la primera muestra de lo que se vivirá en Mar del Plata durante los próximos tres meses, con la ilusión de una temporada que se intenta extender tanto como se pueda con rebajas ya anunciadas en los valores de alojamiento durante febrero y otras aún más tentadoras para marzo.

Más vale que los turistas vengan atentos, sobre todo si llegan en vehículos propios, porque se encontrarán con el estreno de un sistema de fotomultas con 50 puntos de control –un tercio ya están activos– en distintos puntos de la ciudad para detectar infracciones de tránsito consideradas graves.

Vigente desde hace casi dos semanas, el sistema informará excesos de velocidad, invasión de senda peatonal y violación de la luz roja en semáforos. Las multas previstas, fijadas en unidades fiscales cuyo valor surge del valor de un litro de nafta súper, van desde poco más de 50.000 hasta casi 200.000 pesos.

Manejar bien y con cuidado ayudará a cuidar el presupuesto de vacaciones que, sin dudas, tiene buena parte reservada para disfrutar en gastronomía, uno de los grandes atractivos que ofrece este destino.

Gastronomía

El sector apostó fuerte a lo que vendrá, que se perfila muy bueno e intenso. Después del cachetazo recibido con la pandemia, con varios meses sin clientes en restaurantes y bares, llegó el tiempo de la recuperación. Y el mayor despliegue es, a tono con aquellas necesidades de distanciamiento y ventilación, puertas afuera.

“Mar deck Plata” se dijo alguna vez, con humor pero sobre todo con ironía empapada de crítica, ante la proliferación que tuvieron los espacios habilitados sobre la vía pública para disponer mesas y sillas para clientela que bajo techo corría riesgo de contagios.

Entonces el pavimento cambió espacios de estacionamiento de autos por comodidades para disfrutar desde un café o hasta un plato de cocina gourmet. Bar, cervecería o restaurante, todo el que pudo amplió superficie a cielo abierto aprovechando un contexto de emergencia que permitió varios excesos, tanto en cantidad como en calidad de lo instalado.

Se ganaron –ellos y la municipalidad– quejas de comerciantes de otros rubros, que advirtieron ventajas para un sector en particular y perjuicios para el resto. El duelo se saldó la semana pasada en el Concejo Deliberante, con una ordenanza que regula la instalación de decks gastronómicos.

La flamante norma impulsada por el oficialismo, que lejos estuvo de encontrar apoyo unánime de la oposición, establece condiciones para uniformar la alternativa antes del próximo 30 de abril. Allí quedó claro: lo que asomó como emergencia llegó para quedarse.

En la misma sesión, se avaló un cambio que también llegará con estos primeros turistas de verano: viajar en taxi será un 43% más caro (el nuevo tarifario empezó a regir ayer). El intendente Guillermo Montenegro promulgó el decreto que fija la bajada de bandera en 300 pesos (estaba 210) y se pagará 20 pesos por cada 160 metros recorridos. La novedad adicional es la implementación de una tarifa nocturna: entre las 22 y las 6, se estableció en 360 pesos la bajada de bandera y una ficha de 24 pesos cada dos cuadras.

Con ese incentivo de mayor recaudación para dueños y choferes, se busca salvar el drama que comenzó el último verano y se extiende hasta estos días, con madrugadas de poca presencia de los 2147 móviles que el servicio tiene habilitados en esta ciudad. La única opción son los remises, ya que las plataformas digitales, que se promocionan y hacen nuevos intentos, siguen prohibidas en este distrito.

Arenas sustentables

La toma de decisiones desde la municipalidad también alcanzó a las playas. El compromiso de la actual gestión, iniciada hace tres años, fue que no se autorizarían más carpas que las que ya tenían autorizadas los balnearios privados que operan en el frente de costa público.

Para este verano se logró, también con debate y aprobación del Concejo Deliberante, la concesión de una unidad de servicios en Playa Bristol, donde durante décadas hubo y se renovaron permisos de explotación precarios. El formato autorizado implica que allí se podrán alquilar sombrillas que se verán sobre la arena solo si fueron contratadas por clientes, quienes además dispondrán de algunos servicios adicionales.

Algo parecido se autorizó en un sector de costa más alejado. Con la intención de proveer servicio a un extremo norte poco atendido y menos promocionado, se preparan para debutar allí los paradores con “sombra móvil”. No tendrán estructura de sombrillas fijas: se dispondrán y abrirán de acuerdo con la demanda de alquiler. Los clientes compartirán un mismo espacio con quienes no contrate servicios y, como también ocurrirá en Bristol, la arena al cabo de cada jornada deberá quedar lisa y llana. Casi como una playa virgen.

El concepto de sustentabilidad ronda en estas transformaciones a orillas del mar y también busca lugar sobre el pavimento, donde empieza a asomar, por ejemplo, con la lenta proliferación de ciclovías y bicisendas.

Las primeras se tendieron en el casco céntrico, con un recorrido corto pero bien demarcado, que permite llegar desde la Plaza Mitre hasta la costa, a la altura de La Perla, luego de atravesar el centro cívico de la ciudad, a metros del palacio municipal y la Catedral.

Otro tramo, a partir de obras de pavimentación y defensas, se extiende entre el complejo de Punta Mogotes y el puerto. A diferencia del anterior, dispuesto sobre uno de los márgenes de las calles involucradas, en este caso los ciclistas transitan por un espacio exclusivo sobre las veredas.

El plan maestro, que involucra más circuitos en la zona céntrica y otros distribuidos a la vera de las rutas 11, 2 y 226, aspira a completar una red de espacios exclusivos para bicicletas de casi 80 kilómetros.