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Disney+: los Muppets entran en la era digital sin perder su esencia

Muppets ahora (Muppets Now, EE. UU./2020). Dirección: Bill Barretta, Kirk K. Thatcher, Christopher Alender. Fotografía: Craig Kief. Música: Ed Mitchell. Disponible en: Disney+. Nuestra opinión: muy buena

Contra viento y marea, los Muppets siguen su camino y demuestran que siempre tienen algo nuevo para decir sin perder la esencia. La identidad de los maravillosos muñecos de felpa creados por Jim Henson es lo suficientemente flexible como para trascender las modas y adaptarse a cada nueva circunstancia. Y a la vez, este mundo tiene atributos tan genuinos y tan originales que le permiten a sus personajes afirmarse en cualquier nuevo tiempo. Será porque no hay nada parecido a ellos en la cultura popular de las últimas décadas.

Adelanto de "Muppets Ahora" - Fuente: Disney Plus LAAdelanto de "Muppets Ahora" - Fuente: Disney Plus LA

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Lo que sí queda claro con este regreso breve y sustancioso (seis episodios de media hora cada uno) es que los Muppets les hablan al mismo público que creció con ellos y que ahora, como adultos, siguen contándolos como sus preferidos. Y si ganan convocatoria gracias a una nueva aventura (ojalá así ocurra) lo más probable es que buena parte de los eventuales nuevos seguidores también sean adultos.

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¿Esto quiere decir que las andanzas de los Muppets dejaron de ser patrimonio de los chicos? Es muy probable. Desde los orígenes, Henson y sus talentosos compañeros se apoyaron en un humor físico, digno de la mejor tradición de la comedia slapstick, que resulta inmediatamente festejada y asimilada por la audiencia infantil. Hay bastante de eso en Muppets ahora, suficiente para justificar que la familia pueda disfrutar junta de esta reaparición.

Pero a la vez, los Muppets se (auto)conciben como representantes de la más lúcida observación sobre los avatares del mundo del espectáculo.Tienen una mirada que celebra los logros de ese universo mientras se ocupa de diseccionarlos desde la parodia más regocijante. Esa mirada exige un conocimiento mínimo de esa materia y de buena parte de su historia reciente.

Muppets ahora le presta atención al estado actual de ese mundo, determinado por las reglas del streaming. Su demiurgo es Scooter (conocido también en el mundo hispanohablante como Kiko), encargado en el planeta muppet de todas las tareas de supervisión y puesta en el aire, y asignado aquí a la tarea de subir a la Red diferentes propuestas, segmentos y shows preparados para el nuevo tiempo. Como siempre ocurre con los Muppets, en lejanos tiempos tiempos analógicos o en esta nueva realidad digital, lo que en cualquier otro lugar no hubiese pasado la instancia de la prueba o el ensayo aquí funciona de manera definitiva.

La mayoría de las ideas son notables. Miss Piggy es víctima de la propia dinámica de un programa dedicado al "arte de vivir mejor" que nunca satisface su ego (formidable parodia del imperio Goop de Gwyneth Paltrow), el desopilante cocinero sueco convierte sus fracasos en triunfos dentro de una competencia con figuras invitadas que sí saben preparar platos, el laboratorio de ciencia del doctor Bunsen Honeydew siempre deja mal parado a su atribulado ayudante Beaker y el langostino Pepe descoloca todo el tiempo a los participantes del más caprichoso de los quiz shows.

La elección deja afuera o reduce al mínimo por necesidad otras marcas identificatorias del estilo Muppet como los clips musicales o la presencia de la rana Kermit y el oso Fozzie (o Figaredo, como lo conocimos por acá), que cumplen papeles muy secundarios. La actualización no resiente la maquinaria. Solo se expone en algunos momentos a la repetición de rutinas en el remate de algunas situaciones. Pero en otras la reincidencia se convierte en virtud. Es el caso de cada aparición de los inefables Statler y Waldorf, los socarrones ancianos que insisten con los comentarios mordaces por más que hayan dejado el balcón y ahora aparezcan (algo tarde por cierto, recién en el tercer episodio) con un simple clic en la pantalla.