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Dos españoles cuentan cómo es vivir en Rusia aislados de las redes sociales

Los ciudadanos rusos han perdido el aceso a redes sociales como Facebook e Instagram. En la imagen, una periodista rusa muestra un mensaje en la pantalla de su computadora portátil en Moscú el 15 de octubre de 2021. (Foto de NATALIA KOLESNIKOVA/AFP vía Getty Images)
Los ciudadanos rusos han perdido el aceso a redes sociales como Facebook e Instagram. En la imagen, una periodista rusa muestra un mensaje en la pantalla de su computadora portátil en Moscú el 15 de octubre de 2021. (Foto de NATALIA KOLESNIKOVA/AFP vía Getty Images) (NATALIA KOLESNIKOVA via Getty Images)

Mientras la invasión Rusia a Ucrania muestra en la televisión y la prensa las facetas más duras y desgarradoras de la guerra, los bloqueos y sanciones establecidos por la comunidad internacional, por un lado, y las propias restricciones del gobierno ruso, dibujan en este país un distópico escenario entre sus ciudadanos. Netflix anunció en su momento su retirada del mercado ruso, uniéndose al gran número de multinacionales que ha anunciado el cese de su actividad en el país como gesto de repulsa ante la invasión. Pero la plataforma de contenido en streaming no fue la única en transformar el ocio de quienes viven en el país: las autoridades rusas anunciaron la prohibición de Meta y, en consecuencia, de Instagram y Facebook.

Estas restricciones han situado a la ciudadanía rusa y quienes habitan en el país en unas condiciones más cercanas a las que se viven en Corea del Norte que a las de una democracia occidental. Pero, ¿cómo es la vida realmente con este aislamiento tecnológico? Hemos contactado con dos ciudadanos españoles que llevan años viviendo en el país y conocen bien sus circunstancias para saber exactamente cómo se vive bajo estas restricciones.

El gran peso de Instagram en Rusia

Hablamos con Luis, director comercial de una empresa de ingeniería que prefiere ocultar su nombre completo “tal y como se están poniendo las cosas”. Este profesional admite que, en su opinión, lo que más impacto ha tenido en la sociedad es la prohibición de Instagram y lo atribuye a que “en Rusia, hay mucha cultura de aparentar (coches, ropa, restaurantes…)”. Al prohibirse este ‘escaparate’, han perdido la posibilidad de exhibir su lado más 'cool' (como sucedería entre los usuarios de la red social de cualquier otro país).

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Este directivo mete el dedo en la llaga sobre otro elemento que otorga más peso a Instagram en el país: las grandes diferencias de poder adquisitivo de los rusos. De forma general, podría decirse que la sociedad se divide entre una oligarquía millonaria y una clase obrera muy numerosa (la clase media es mucho menor a la que podemos encontrar en las democracias occidentales). “Contando con que es un país donde hay mucha diferencia económica entre los ciudadanos, te puedes imaginar que psicológicamente no es una aplicación positiva”, concluye.

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Censura rusa sobre las aplicaciones de Meta
Censura rusa sobre las aplicaciones de Meta (bigtunaonline via Getty Images)

La solución al aislamiento tiene tres letras

Un duro revés para la vanidad, aunque su impacto va por barrios dado lo polarizada que se encuentra la sociedad rusa. Este extremo nos lo confirma asimismo Berto Llado, director deportivo en una academia de fútbol moscovita: “A la parte más pudiente de la sociedad no le están afectando las restricciones y hay formas de comprar cualquier dispositivo, eso sí, pagando más”. Pero el principal problema para la ciudadanía en aquel país no reside en adquirir un nuevo modelo de iPhone o Samsung: ¿cómo sobrevivir sin Instagram? Tanto Luis como Berto coinciden que el veto a Meta se supera empleando algo muy evidente: una VPN.

Más allá de lo recomendable que es para cualquier usuario que se conecte a la red, la VPN “engaña” a los servidores haciéndoles creer que la conexión se lleva a cabo desde cualquier otro lugar. En el caso que nos ocupa, basta con que cualquier ciudadano residente en Rusia indique en la aplicación VPN el nodo desde el que se desea conectar para que se acceda sin problemas como si estuviera en un país ajeno al veto. Así las cosas, quien lo desee y contrate un servicio VPN, “podrá seguir accediendo a las redes sociales de la misma manera”, sentencia Llado.

Una sociedad habituada al sacrificio y al control gubernamental

Así las cosas, este veto de Meta y sus subproductos, que en una democracia como la española hubiera sacado a la gente a la calle, los rusos lo viven con una mezcla de resignación y estoicismo. Es una sociedad que ha sobrevivido varios regímenes autárquicos con sus respectivas revoluciones y la mano de hierro de las autoridades, por lo que esta leve salida de su “zona de confort” apenas parece afectarles. “En Rusia, desde hace años, la mayoría de ciudadanos conoce que todo lo que puedan hablar o escribir por SMS puede ser interceptado”, explica Luis, en referencia a lo habituada que está la sociedad al control por parte de las autoridades.

Por otro lado, la censura hacia Meta y sus derivados, además de propiciar el uso de VPN, ha motivado que muchos usuarios comiencen a utilizar alternativas locales. “Facebook ha perdido bastante popularidad los últimos años”, explica Luis, “y existiendo la red social rusa VK, la mayoría ha vuelto a ella”.

VK se está haciendo fuerte en el mercado ruso y si quieres establecer una comparación, como lo fue Tuenti en su día en España. Este extremo lo confirma Llado: “Todo mediante apps: como alternativa a Facebook, usan VK; para suplir a Instagram están creando una red que se llama Rossgram y la versión local de YouTube es Rutube”.

En definitiva, esta sociedad ha sabido siempre adaptarse a nuevas situaciones y encuentra soluciones a casi todo con una gran resignación. ¿Qué pasará en un futuro, cuando termine la guerra y poco a poco se vayan levantando las sanciones y la censura? Es difícil de adivinar, pero a buen seguro que estos productos propios arraiguen en la sociedad; a fin de cuentas, el mercado es inmenso…

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