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La economía China sufrió una caída mayor a la esperada y se prevé el fin de las restricciones

Shanghái lanzó un plan de tres fases para ir eliminando las restricciones impuestas para evitar los contagios de Covid-19
China News Service

PEKÍN.– La actividad económica de China registró este abril su mayor contracción en dos años y medio, debido a los estrictos confinamientos totales o parciales en algunas de sus principales ciudades, como parte de la política de Covid cero con la que el gobierno en Pekín trata de combatir la pandemia.

Esa política consiguió que China mantuviera en mínimos su contador de casos de Covid durante casi dos años, tras ser el país en el que se detectaron los primeros contagios. Pero desde la entrada de la variante ómicron, mucho más contagiosa, en febrero último, la estrategia ha tenido un fuerte impacto negativo en la economía, especialmente en los desplazamientos y el transporte, en las cadenas de suministro y en el consumo.

Ciudades como Pekín, de 22 millones de habitantes, que no se encuentra oficialmente confinada, han impuesto el teletrabajo y han cerrado los colegios ante la persistencia de un pequeño brote. Shanghái, el corazón económico del país –acapara el 5% del PIB nacional–, se encuentra bajo un duro cierre que en algunos casos llega a los dos meses, y solo ahora comienza a ver la luz al final del túnel.

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Los datos que ha hecho públicos este lunes la Oficina Nacional de Estadística (ONE) son más pesimistas de lo que calculaban los expertos. Las ventas al por menor retrocedieron un 11,1% interanual, frente al 6,6% que habían proyectado los analistas y al 3,5% de caída interanual que hubo en marzo. En sectores como la restauración o la venta de automóviles, el batacazo fue aún mayor: las caídas fueron de 20% y de 30%, respectivamente. La producción industrial perdió un 2,9% en abril, cuando se esperaba un leve crecimiento.

La caída de la actividad económica ha tenido como consecuencia un aumento del índice de desempleo, que en las ciudades alcanza el 6,1%, el mayor nivel desde el comienzo de la pandemia y tres décimas de punto porcentual por encima del objetivo del gobierno. Entre los jóvenes de 16 a 24 años, ese indicador escala al 18,2%.

Bloomberg Economics calcula que el producto bruto interno (PBI) de China se contrajo un 0,68% en abril con respecto al año anterior, en lo que representa el primer retroceso desde los primeros momentos de la pandemia, a comienzos de 2020. El gobierno chino se ha fijado el objetivo de un crecimiento para este año en torno a 5,5%, un nivel que los analistas creen complicado que pueda lograrse.

Iris Pang, de ING, calcula una contracción de 1% del PBI en el segundo trimestre, en la segunda economía del mundo. Para el tercer trimestre, no obstante, prevé un repunte de la actividad, si no se repiten los casos de largos confinamientos en grandes ciudades, lo que permitiría elevar el producto un 4,3%; el crecimiento en todo el año quedaría en un 3,6%.

“El gobierno encara una presión creciente para lanzar nuevos estímulos que estabilicen la economía”, apunta el economista jefe de Pinpoint Asset Management, Zhang Zhiwei. “Pero la efectividad de estas políticas dependerá de cómo el gobierno ajuste su estrategia de tolerancia cero contra la variante ómicron”.

El mayor daño ha venido causado por el prolongado cierre de Shanghái. Pocos días atrás la ciudad anunció el primer descenso del número de casos por debajo del millar desde hace dos meses. Al conocerse ese dato, las autoridades indicaron que esperan que la megalópolis regrese a la normalidad en junio. Mientras tanto, pueden reabrir los supermercados, farmacias, y pequeños comercios de productos de primera necesidad.

Pero, al mismo tiempo, Pekín continúa pidiendo a los trabajadores residentes de cuatro grandes distritos –Chaoyang, Fengtai, Fangshan y Shunyi– que hagan sus tareas laborales desde sus casas. “Aunque parece que lo peor ha pasado, creemos que a la economía de China le costará volver a sus tendencias de antes de la pandemia”, apuntaron los analistas de la consultora Capital Economics.

Los datos de la ONE indican que se ha contraído la inversión en el sector inmobiliario, con un descenso de 10,1% en abril, mientras que en el sector manufacturero crece solo 6,4%, frente a 11,9% de marzo. “Las restricciones en la actividad presencial, junto a unas mayores dificultades para conseguir materiales y productos debido a las interrupciones en las cadenas de suministro locales, han afectado la capacidad de las empresas para invertir en nueva maquinaria y equipamiento”, consideró el banco HSBC en un escrito.

“El golpe al crecimiento requerirá un mayor impulso de la respuesta política en todos los frentes –fiscal, monetario, inmobiliario y regulador– para contribuir a estabilizar el crecimiento en los próximos meses, a medida que la situación de la ómicron se vaya conteniendo”, agregó la entidad en su análisis. © El País