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El 2016 marcó el fin del mayor mercado alcista de nuestras vidas

En 2016 el mercado alcista de los bonos que se extendió durante casi 40 años llegó a su fin. Fecha de fallecimiento: 11 de julio.

Es el mayor acontecimiento económico del año.

Getty Images

“Aunque parezca raro, el mayor acontecimiento económico de 2016 no fue la elección de Trump, el Brexit o el final de la guerra de la OPEP en el mes de febrero, sino que se produjo el 11 de julio”, afirmó Michael Hartnett, jefe de estrategias de inversión del Bank of America Merrill Lynch, en un panel que tuvo lugar el miércoles.

“El 11 de julio de 2016, un par de semanas después del Brexit, el rendimiento de los bonos del Tesoro a 30 años cayó a 2,088%. Ese día, el Gobierno suizo podría haber solicitado un préstamo por 50 años, hasta 2076, una fecha a la que la mayoría de nosotros no llegaremos, con un tipo de interés negativo”, explica.

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“Esa jornada se puso el punto final al mayor mercado alcista de bonos de todos los tiempos. Desde entonces, el rendimiento se ha incrementado. Sin duda, ese es el mayor acontecimiento económico de 2016”.

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A inicios de la década del 2000 y durante cinco años, el Tesoro dejó de emitir bonos a 30 años, lo cual explica la brecha temporal que se aprecia en el gráfico. Fuente: FRED

Muchos inversionistas profesionales apenas han sido testigos de una disminución secular de los tipos de interés. Desde que la Reserva Federal, dirigida por Paul Volcker, aumentó bruscamente el tipo de interés, a principios de los años 80 para acabar con la inflación estadounidense de una vez por todas, el rendimiento de los bonos ha entrado en un declive constante. El precio de los bonos aumenta cuando cae el rendimiento.

Sin embargo, a lo largo de décadas se han producido episodios en los que ha aumentado el rendimiento. No es la primera vez que los estrategas vaticinan el final del mercado alcista de los bonos. Pero desde principios de la década de 1980, hace casi 40 años, los tipos de interés en Estados Unidos y en la mayoría de los mercados del mundo desarrollado han disminuido, con lo que sus precios han subido.

De hecho, un movimiento hacia tipos de interés al alza, y no a la baja, no solo tiene implicaciones para los mercados financieros sino también para la economía real. La subida de los tipos de interés presiona las hipotecas y hace que a los gobiernos y las empresas les resulte más caro solicitar créditos.

A pesar del reciente incremento de los tipos de interés, estos siguen siendo bajos si se comparan con los movimientos históricos: el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se situó cerca del 2,4% el jueves, en comparación con el 1,8% que se aplicaba antes de las elecciones y su récord más bajo, 1,366%, en julio; mientras que el rendimiento a 30 años fue de un 3,08% el jueves. Sin embargo, el aumento de los tipos se ha debido, al menos en parte, al pronóstico de que aumentarán los gastos gubernamentales.

Lo único importante

A mediados de 2016, la postura que articuló muchos debates económicos y que planteaba la necesidad de que el Gobierno pusiera en práctica algunos estímulos que potenciaran la débil recuperación económica después de la crisis, se convirtió en el pensamiento dominante.

Sin duda, la elección de Donald Trump y su plan de invertir mil millones de dólares en un paquete destinado a las infraestructuras impulsó la idea de que los políticos occidentales tienen que empezar a asumir su responsabilidad para fomentar el crecimiento económico pues los bancos centrales están agotados.

Hartnett puntualizó que el 11 de julio los tipos de interés subieron por dos motivos: la economía mejoró y, lo que es aún más importante, el escenario político cambió.

“La Reserva Federal afirmó que la expansión cuantitativa había terminado”, indicó Hartnett. “El Banco de Japón y el Banco Central Europeo han subrayado que nuestras políticas de tipos de interés negativos no están funcionando. Luego se produjo el Brexit, más tarde llegó Trump y finalmente está teniendo lugar un cambio de la política monetaria a la política fiscal”.

Ese ha sido el cambio que marcó el final del mercado alcista de bonos.

Pero si volvemos a inicios de 2016, queda claro que no hubo mejor predicción de lo que ocurriría este año que la que elaboró Mohamed El-Erian en su libro Lo único importante.

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Mohamed El-Erian

El-Erian, antiguo Director Ejecutivo y co-responsable de información de PIMCO (una de las mayores firmas de inversión del mundo especializada en renta fija), sostuvo que después de la crisis financiera los bancos centrales se convertirían cada vez más en el único punto de apoyo de los mercados financieros, ya que el apetito de los gobiernos y los inversores privados se agotaría. Sin embargo, esto haría que con el paso del tiempo la política monetaria fuera menos eficaz. Llegaría el momento en que para lograr que la economía global creciera de nuevo, sería necesario cambiar el enfoque.

Parece que el análisis de El-Erian ha dado en el clavo.

Hay mejores oportunidades en Marte

En Ias perspectivas de inversión de junio publicadas unas seis semanas antes de la fecha que Hartnett marcó para el final del mercado alcista de bonos, el director de inversiones Bill Gross señaló que era muy probable que no se repitiera una disminución de los tipos de interés a largo plazo junto a un aumento de los precios de las acciones.

“Con tipos de interés cercanos a cero e incluso negativos en muchas de las economías desarrolladas, rendimientos anuales cercanos a los dos dígitos para las acciones y un 7% para los bonos, nos acercamos a un evento 5 o 6 Sigma, como lo describirían los tecnócratas del mercado”, escribió Gross.

“Tenemos más oportunidades de volver a experimentar una época similar a la que hemos vivido durante los últimos 40 años en el planeta Marte que en la vieja Tierra”.

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Bill Gross

Después de la elección de Trump, Ray Dalio, de Bridgewater Associates, escribió que el mercado alcista de bonos había llegado a su fin. “Creemos que existe una gran probabilidad de que hayamos alcanzado los 30 años con los precios de los bonos más altos”, se puede leer en su publicación del 15 de noviembre.

“Es probable que hayamos alcanzado tanto la caída secular de la inflación como la del rendimiento de los bonos relacionados con esta. Cuando ocurren reversiones de tendencias importantes, como la de un mercado alcista de 30 años, muchos actores que habían sesgado sus posiciones –a menudo sin ser conscientes de ello– se ven afectados por esos cambios, de manera que la tendencia se auto refuerza hasta que ellos se ven expulsados”.

Hartnett señaló que las expectativas de la firma para 2017 son bastante mediocres ya que tanto el mercado accionario de Estados Unidos como el precio del petróleo solo experimentarán un alza ligera. Lo mismo ocurrirá con el rendimiento de los bonos, que incluso podría ser negativo. Sin embargo, las predicciones que aparecen en los titulares no deberían enmascarar la enorme volatilidad que existe bajo de la superficie.

Esa es la “expulsión” que menciona Dalio.

“Al igual que en 1980-81, está ocurriendo un punto de inflexión secular en el precio del dinero, que es lo más importante de nuestras vidas financieras”, afirmó Hartnett. “Es inevitable que suceda lo que pasó en 1980-81, cuando el panorama financiero estaba marcado por una gran volatilidad y reacciones extremas ante los tipos de cambio, tanto en sentido positivo como negativo”.

Según Hartnett, el mayor acontecimiento de 2016 no terminará a finales de diciembre.

“El comportamiento que hemos presenciado durante gran parte del 2016 lo seguiremos arrastrando hasta 2017, es un cambio del monetarismo al keynesianismo, alejándose de la globalización y yendo hacia el proteccionismo, alejándose de los bonos y acercándose a las materias primas, desde el crecimiento hasta el valor. Haz tu elección”, concluyó Hartnett.

“Estos cambios son muy drásticos, y apenas han comenzado”.

Myles Udland

Yahoo Finanzas