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El 51% de las tareas laborales podrían automatizarse con la tecnología actual

<em>Los visitantes de una feria de tecnología de Pekín observan un robot con forma humana. Foto: Reuters</em>
Los visitantes de una feria de tecnología de Pekín observan un robot con forma humana. Foto: Reuters

La automatización en los lugares de trabajo ha sido una de las amenazas existenciales que acechan a los trabajadores de todo el mundo desde hace años. Y con cada nuevo estudio que se publica, el miedo a que robots, máquinas e inteligencia artificial arrebaten nuestros puestos de trabajo es cada vez mayor.

Sin embargo, un nuevo informe realizado por McKinsey & Company revela que el futuro laboral y de la automatización no depende de un juego de suma cero en el que lo ganado por unos se equilibra con una pérdida equivalente de los demás.

A día de hoy, el 51% de las actividades laborales podría automatizarse con tecnología “actual cuya eficacia ya está probada”, eso dice el informe de McKinsey. La distinción es digna de ser tenida en cuenta: McKinsey no está diciendo que los trabajos puedan ser automatizados con la tecnología existente, sino más bien las tareas a realizar en esos trabajos. Muchos trabajos implican una combinación de tareas prosaicas y de tareas complejas. Las máquinas son excelentes para realizar tareas físicas predecibles y repetitivas, así como para recopilar y procesar datos, lo cual afecta más a trabajos de venta al por menor, de restauración y del sector productivo, este último convertido en uno de los grandes temas de la campaña electoral de 2016. Por tanto, esto sería el 51% de las horas de trabajo totales, por lo que estas actividades en peligro suponen 2,7 billones de dólares en salarios.

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El hecho de que la automatización avance ‒por ahora los trabajos totalmente repetitivos y sustituibles por máquinas no llegan al 5%‒ probablemente provoque cambios a nivel global. “En aproximadamente un 60% de los puestos de trabajo, al menos un 30% de las actividades pueden automatizarse”, explica el informe. “Más que ser automatizados por completo, los puestos de trabajo cambiarán”. En cuanto a los tiempos, McKinsey dice que sus hipótesis sugieren que esta situación se dará hacia 2055, pero que también podría ocurrir 20 años antes o después dependiendo de las condiciones económicas.

A primera vista, este futuro en el que la mitad de tareas estarán automatizadas parece confirmar las predicciones de John Maynard Keynes sobre puestos de trabajo de 15 horas que dejarán más tiempo libre a las personas. “Nuestro análisis sobre el potencial de la automatización también sugiere que, en el caso de muchas actividades, será parcial antes de ser total”, dice el informe. Aquellos trabajadores que queden atrapados en esta transición por no estar capacitados para la nueva economía, puede que tengan trabajos de 15 horas a la semana sin disfrutar de beneficios como puede ser el seguro médico. Y hasta puede que cobren salarios de menos de 15 horas. “Especialmente en el caso de trabajadores muy poco cualificados, este proceso podría hundir los salarios a menos que crezca la demanda”, reveló el estudio.

<em>Puede que la automatización se asocie a un robot humanoide, pero lo más probable es que la mayoría de las veces no sea así (Fuente: Reuters). </em>
Puede que la automatización se asocie a un robot humanoide, pero lo más probable es que la mayoría de las veces no sea así (Fuente: Reuters).

En él se asegura que a medida que la automatización transforme las tareas individuales, los trabajadores aprenderán a realizar actividades que complementen el trabajo de las máquinas (y viceversa). No obstante, estos trabajos no serán realizados por las mismas personas ‒no están entrenadas para estas tareas‒, las cuales habrán quedado desempleadas y relegadas en la nueva economía. Ya hoy, mucha gente que se encuentra en esta situación ‒por ejemplo, contables‒ se han quedado atrás con trabajos peor pagados, lo que ha llevado a la situación de altas desigualdades de ingresos y empleos que se dan hoy en día.

Los autores del informe ven un paralelo con la actualidad. “También suponemos que el progresivo desplazamiento de la mano de obra humana por la automatización servirá para reunificar la fuerza laboral y lograr que sea tan productiva como lo era en 2014, es decir, se creará una nueva demanda de mano de obra”, dice el estudio. “En cualquier caso, es crucial que haya una nueva demanda de esa mano de obra desplazada por la automatización”. Desafortunadamente, en las situaciones hipotéticas que nos depararía el futuro, muchos de esos trabajos peor pagados son exactamente los mismos que serían arrebatados por la automatización.

Nuevo mercado laboral

El futuro que pinta el informe McKinsey no es una alarmante distopía de un mundo con un desempleo masivo. En lugar de eso, sugiere que la gente que ingrese al mercado de trabajo, o se adapte a él, después de esta sacudida se encontrará con un mercado laboral claramente insaturado. La demanda de mano de obra, sigue diciendo, será mucho mayor que la oferta que muchos países puedan proporcionar, siempre y cuando quieran cumplir sus aspiraciones de crecimiento del PIB.

“La automatización podría dar el impulso suficiente a la productividad como para poder alcanzar los objetivos de PIB proyectados durante las próximas décadas”, reza el informe. “Esto podría compensar unos cambios demográficos que de otra forma probablemente habrían frenado el crecimiento económico”.

Sin lugar a dudas, esto significaría cambios masivos en la forma de trabajar y ganar dinero de la gente, cambios que dejarían a muchas personas excluidas de la nueva economía y que supondrían un crecimiento aún mayor de las desigualdades. “La automatización causará un desplazamiento considerable de la fuerza laboral”, apuntan los autores del estudio. “Y puede agravar una creciente brecha de empleo y capacidades ya existente entre trabajadores altamente cualificados y no cualificados”.

Para evitar que con esto solo salgan ganando los accionistas, o que salgan perdiendo los trabajadores, el estudio llama a realizar cambios en las políticas gubernamentales que garanticen al gran número de personas que perderán sus medios de sustento que no caerán en picado. Según el estudio, los gobiernos deben fomentar y proveer capacitación y educación en CTIM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) además de perfeccionar las habilidades humanas que todavía están fuera del alcance de las máquinas.

Pero puede que el trabajo para todo el mundo no baste en el futuro. “Uno de los desafíos de la nueva era será garantizar salarios suficientemente altos para los nuevos tipos de empleos que se crearán, de forma que se evite la continua erosión de la repartición del valor agregado del PIB”, afirma el estudio. “Si la automatización da lugar a una mayor presión sobre el salario de muchos trabajadores, podrían considerarse y probarse algunas ideas como pueden ser reembolso de impuestos sobre los ingresos, renta básica universal, transferencias condicionadas, semanas laborales más cortas y redes de seguridad social mejor adaptadas.

Ethan Wolff-Mann
Yahoo Finance