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El 'annus horribilis' de las grandes tiendas británicas

Peatones frente a una de las más de 300 tiendas que la cadena Poundworld tiene en el Reino Unido
Peatones frente a una de las más de 300 tiendas que la cadena Poundworld tiene en el Reino Unido

Las malas noticias nunca vienen solas. El comercio británico está descubriendo la veracidad de ese refrán popular, pues en cuestión de días ha visto como otras dos grandes firmas han entrado en crisis y han engrosado así la lista de la media docena de empresas que en lo que va del año 2018 han quebrado o han anunciado drásticos ajustes de personal para evitar desaparecer del mapa.

Poundworld, la cadena de tiendas que vende la mayoría de sus productos a una libra, se convirtió este lunes en la última compañía en declararse insolvente. La decisión se anunció luego de que no prosperaran los intentos de sus actuales propietarios, el fondo TPG, por conseguirle un nuevo dueño.

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TPG pasó los últimos meses buscando un comprador dispuesto a asumir la dirección de Poundworld, la cual posee 355 tiendas y tiene 5.000 empleados en el Reino Unido; pero sobretodo de sus deudas. En 2017 la empresa perdió unas 14 millones de libras y tiene créditos con varios bancos.

La noticia se produjo menos de una semana después de que House of Fraser, una de las cadenas de tiendas por departamentos más renombradas del país, anunciara un drástico ajuste en su estructura. La empresa, con 170 años de existencia, informó que cerrará en los próximos meses 31 de sus 59 locales en el país.

De la medida, que significará el fin de 6 mil empleos, no escapará la tienda que la compañía tiene en la emblemática Oxford Street de Londres desde hace 81 años. Todo un símbolo de las compras en la ciudad del Támesis.

“Esta noticia ha sido extremadamente difícil de tomar internamente, pero es nuestra responsabilidad actuar ahora, de manera valiente y decidida, para poder asegurar que este negocio, que tiene 160 años, continúe por muchas generaciones más. El cierre de tiendas es un gran reto, porque el costo emocional es muy alto, pero simplemente no había otra alternativa”, declaró el presidente de la firma, Alex Williamson, a la prensa local.

Durante la pasada campaña de Navidad, la más temporada más importante para el sector, House of Fraiser vendió 2,9% menos que en 2017, según informó la compañía.

Una sangría que no se detiene

Una tienda de la fallida cadena de juguetes Toys R Us (Getty Images)
Una tienda de la fallida cadena de juguetes Toys R Us (Getty Images)

Pero la crisis del comercio no solo afecta a las cadenas dedicadas al menudeo o a los productos de lujo. Así a principios del año los británicos fueron sorprendidos con el anuncio del quiebre de las tiendas de electrónicos Maplin y las jugueterías Toys R Us. Semanas después Mark and Spencer, otro ícono comercial de las islas, anunció que para 2022 cerrará más de 100 de las 1000 tiendas que posee.

La información se dio a conocer luego de que la compañía de alimentación y vestido anunciara que en 2017 sus ganancias fueron de 25,7 millones de libras (29 millones de euros), lo cual supone una reducción del 78% en comparación con el período previo.

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Pero la cosa parece que no se quedará allí. En predios empresariales se da por descontado que otras reconocidas firmas como Mothercare o Debenhams también anunciarán próximamente durísimas medidas de ajuste para evitar la quiebra.

En total unos 40 mil empleos desaparecerán este año en las islas británicas, según los anuncios hechos.

Estas noticias han sido aprovechadas por la oposición laborista para cargar contra el gobierno de la conservadora Theresa May y su política económica.

Internet y otras razones

Amazon, el gigante de las compras por Internet, está poniendo en jaque a las tiendas tradicionales (Getty Images)
Amazon, el gigante de las compras por Internet, está poniendo en jaque a las tiendas tradicionales (Getty Images)

Si la economía británica cerró 2017 con un crecimiento del 1,8% y este año se estima que seguirá creciendo, aunque un ritmo menor, entonces a qué se debe esta crisis. Economistas y expertos en el sector del comercio la atribuyen a varios factores.

“Las tiendas por departamento son increíblemente costosas de operar y en los últimos años han visto como sus costos se han incrementado debido de la subida de los alquileres y del salario mínimo. Ese modelo de tradicional de tiendas por departamento con enormes costos fijos se ha vuelto insostenible para algunas de ellas”, afirmó el economista especializado en ventas al menor, Richard Lim, quien agregó que las ventas online también están han jugado un papel crucial.

Al momento de anunciar los ajustes o bancarrotas, los responsables de Poundworld, House of Fraiser, Maplin, Toys R Us o Mark and Spencer culparon a los gigantes del comercio electrónico Amazon o Ebay de sus problemas, así como a nuevos actores como Zara, H&M o Primark, firmas que con sus precios accesibles están inundando el mercado.

Cada vez más son los británicos que recurren al comercio electrónico para ahorrar tiempo al momento de realizar sus compras. De acuerdo con el Consejo Económico y Social de España (CES), Reino Unido es el país de la Unión Europea donde más compras online se realizan.

“¿Quién quiere pasar horas en tráfico para ir a comprar algo con sus hijos si pueden comprarlo desde desde una computadora en el jardín de su casa, mientras sus hijos juegan en él?”, se preguntó Valeria Titova, subgerente de una tienda de una reconocida tienda de ropa estadounidense y quien aseguró que el comercio electrónico supone un reto para las locales comerciales tradicionales.

Sin embargo, hay quienes culpan a las propias empresas afectadas de su situación, por no haberse ajustado a los nuevos tiempos. “Las tiendas de departamento son muy grandes y tienen mucho espacio que llenar. Ese tipo de tiendas necesitan ofrecer más experiencias para los compradores y no solo productos para que los compradores los vean y se los prueben. Por ejemplo si vas a una tienda como John Lewis, la cual tiene locales enormes, te encuentras que ofrecen a los compradores experiencias. Tienen demostraciones de galletas, una terraza donde comer y tomarse algo, o puedes hacerte un facial. Las tiendas deben entender que el negocio ya no es lograr que un comprador entre y se lleve una franela, sino que hay que ofrecer más”, afirmó Tracey Gilbert, quien tiene más de 25 años de experiencia en el sector.

La experta aseguró que los problemas de las tiendas en crisis son de larga data. “Estas tiendas que han cerrado o que están anunciando reducciones vienen teniendo problemas desde hace 10 o 15 años y no han asumido la realidad, tomado medidas ni se han ajustado para unirse a la ola de las compras por Internet”, dijo, al tiempo que agregó: “Lo que pasa es que ahora tenemos una tormenta perfecta: Las tiendas no se han adaptado y los alquileres por sus inmuebles son tan altos que se les acabó el margen de maniobra”.

Decenas de compradores jóvenes ante una de las tiendas del gigante de la ropa de bajo costo, Primark
Decenas de compradores jóvenes ante una de las tiendas del gigante de la ropa de bajo costo, Primark

Por su parte, Titova achacó la situación al cambio generacional. “La vieja escuela de las compras consistía en visitar una tienda, la cual tiene muchos departamentos y en ellos te daban una muestra de la colección de distintas marcas, pero sin darte toda la colección completa y tenías que comprar a partir de esa muestra. La nueva generación funciona distinto y quiere ir a una tienda y saber qué venden y por quién. Por ejemplo si me gustan las cosas modernas y muy a la moda voy a una tienda similar y veo gente parecida a mí y hasta puedo hacer amigos allí, pero una tienda de departamento ahora mismo no está dirigida a nadie en particular”.

Economistas también creen que la devaluación que ha sufrido la libra, tras la aprobación del Brexit es otro elemento que está lastrando a las compañías.

El sol siempre sale

Cientos de compradores en la emblemática Oxford Street de Londres (AFP)
Cientos de compradores en la emblemática Oxford Street de Londres (AFP)

Pese al desolador panorama los expertos que creen que no hay que firmar aún el acta de defunción del negocio de las tiendas minoristas, en particular de las ubicadas en las calles comerciales de grandes ciudades como Londres.

“No van a desaparecer todas las tiendas. Las calles de la moda seguirán, pero serán completamente diferentes a las de ahora. Probablemente veremos tiendas más pequeñas, pero con unos públicos más claros. El mercado será más diferenciado, porque por ejemplo si una tienda ofrece ropa para niños además ofrecerá videojuegos para entrenerlos. Si somos una tienda dirigida a ropa para hombres y mujeres, entonces nos enfocaremos en hombres y mujeres a los que les gusta el estilo de la ropa de los años 50 o 60. Serán menos las tiendas que ofrezcan un poco de todo y más las especializadas”, sentenció Titova.

Por su parte, Gilbert abogó por incorporar a la experiencia tradicional las nuevas tecnologías. “Las ventas online no pueden competir con el toque humano, con que alguien te ofrezca una prenda o te dé las distintas tallas para que te las pruebes. Por Internet no puedes probarte la ropa y ver cómo te queda. Las tiendas a las que les está yendo bien son aquellas que han combinado la experiencia tradicional con la online”.

Pero mientras ese futuro llega, por ahora en el país lo que hay es preocupación por la suerte de los trabajadores de las cadenas en crisis. En las redes sociales se pueden encontrar algunas muestras de apoyo y solidaridad.