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El clítoris de las delfinas es funcional y las hace disfrutar del sexo

Las delfinas mulares usan sus aletas y hocicos para estimular los clítoris de otras delfinas y así disfrutar de relaciones sexuales placenteras, sin fines reproductivos, con individuos de su mismo sexo.  (Photo by Yuri Smityuk\TASS via Getty Images)
Las delfinas mulares usan sus aletas y hocicos para estimular los clítoris de otras delfinas y así disfrutar de relaciones sexuales placenteras, sin fines reproductivos, con individuos de su mismo sexo. (Photo by Yuri Smityuk\TASS via Getty Images) (Yuri Smityuk via Getty Images)

Las delfinas no sólo son simpáticas y juguetonas. También tienen una vida sexual activa, que va mucho más allá del instinto reproductivo: saben estimular sus clítoris para sentir placer.

Una bióloga evolutiva especializada en genitales femeninos ha descubierto que las hembras humanas no somos las únicas que utilizamos nuestro cuerpo para flirtear, devanear y sentir placer sexual. Al mirar con detenimiento el tejido de los clítoris de delfinas mulares (Tursiops truncatus) de distintas edades, Patricia Brennan encontró que tenían muchas similitudes con el clítoris humano.

Los abundantes tejidos esponjosos y nervios sensoriales de los genitales de las delfinas sugieren que son muy sensibles al contacto físico, escribió Brennan en su artículo publicado en enero de 2022 en la revista Current Biology.

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Los hallazgos, realizados luego del estudio minucioso con tomografías y muestras celulares de 11 especímenes muertos por causas naturales, respaldan la hipótesis de que el clítoris de las delfinas les proporciona placer durante el sexo, y eso tiene sentido porque las delfinas tienen sexo todo el tiempo, dijo Brennan, quien investiga en el Mount Holyoke College en la localidad de South Hadley, estado de Massachusetts.

Los humanos siempre han reconocido a los delfines como animales sociales. Y la ciencia ha descubierto más recientemente que los delfines salvajes tienen sexo heterosexual y homosexual, incluyendo el sexo entre delfinas hembras. “Parece que las hembras se estimulan las unas a las otras” con los hocicos, las aletas y las piruetas, expresó Brennan.

Las delfinas también se masturban al frotar su clítoris contra objetos que encuentran en el fondo del mar.

Distintas por fuera, iguales por dentro

Lo novedoso de la reciente publicación no es que las delfinas tengan clítoris, porque otros biólogos habían publicado sobre su existencia, al igual que muchas mamíferas, pero no sabían en realidad si eran capaces de experimentar placer.

Brennan descubrió que el tejido eréctil debajo del cuerpo del clítoris tiene una forma de S. Esa curvatura implicaría que el tejido se extiende cuando está excitado, al igual que ocurre en las humanas, para estimular el placer.

La forma del tejido eréctil cambia cuando los animales se convierten en adultos, lo que sugiere que adquiere un papel funcional. Los estudios muestran además que el cuerpo del clítoris tiene grandes nervios y muchas terminaciones nerviosas libres justo debajo de la piel, que es mucho más fina allí que en la piel de organos cercanos.

También encontraron corpúsculos genitales muy parecidos a los descritos en el clítoris humano y en la punta del pene, y participan en la respuesta de placer. En general, Brennan dice que los cuerpos eréctiles de los delfines son "sorprendentemente similares" a la forma de los cuerpos eréctiles de los humanos.

Para la investigadora fue una sorpresa constatar las similitudes anatómicas de los clítoris porque la pelvis de los delfines es completamente distinta a la de las humanas. También le impresionó ver el gran tamaño de los nervios del cuerpo del clítoris.

“Las delfinas tienen vaginas muy complicadas, que contienen muchos pliegues. La hipótesis era que esos pliegues están allí para excluir el agua marina durante la copulación, porque eso sería letal para la esperma mamífera. Pero nadie en realidad estudió esos dobleces o intentó poner a prueba la idea”, dijo Brennan en una entrevista con la publicación New Scientist.

Brennan dijo que la idea de estudiar el clítoris de los delfines mulares surgió mientras realizaba otros experimentos sobre la evolución de las vaginas de esta misma especie. "Cada vez que diseccionábamos una vagina, veíamos el clítoris de un gran tamaño y eso despertó nuestra curiosidad por saber si alguien lo había examinado en detalle, para descubrir si funcionaba como un clítoris humano".

En una de sus pesquisas realizada en 2017, Brennan escribió que la anatomía de los genitales de las delfinas le permite a la hembra escoger al padre de sus crías mediante el control de la fertilidad.

Describió que al cambiar sutilmente la posición del cuerpo durante el apareamiento, las hembras pueden usar los pliegues de sus vaginas para disminuir la profundidad de penetración cuando la cópula se da con machos no deseados.

Genitales femeninos: un mundo por descubrir

Que a los científicos no se les hubiera ocurrido que los genitales de las delfinas tuvieran otra función distinta que la reproductiva no debe causar sorpresa. Tampoco sabían mucho sobre el clítoris humano, hasta que en 1998 Helen O’Connell puso fin al oscurantismo sobre los genitales femenina.

O’Connell no solo fue la primera australiana que se especializó en urología. También fue la primera en describir la anatomía completa del clítoris y constatar que su inervación era más potente que lo que se pensaba. Además incluyó los bulbos cavernosos como parte de la estructura, de forma piramidal y describió sus relaciones con la uretra y la vagina.

"Este descuido en el estudio de la sexualidad femenina nos ha dejado con una imagen incompleta de la verdadera naturaleza de los comportamientos sexuales", lamenta Brennan. "Estudiar y comprender los comportamientos sexuales en la naturaleza es una parte fundamental de la comprensión de la experiencia animal y puede incluso tener importantes aplicaciones médicas en el futuro".

Brennan cree estudiar a otros mamíferos puede ayudar a comprender por qué muchas mujeres experimentan problemas durante el sexo, relacionados con la excitación, con dolor o con la imposibilidad de tener un orgasmo. También piensa que sus estudios pueden ayudar ha encontrar posibles soluciones.

El próximo paso de Brennan es estudiar a las alpacas, que pueden copular hasta por media hora. Ella tiene la sospecha de que durante el acto los machos podrían estar estimulando los clítoris de las hembras para facilitar la reproducción.

Fuentes: Science News , France24, Current Biology

(VIDEO) Los extravagantes comportamientos sexuales del mundo animal