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El dudoso orgullo de las ciudades más pobladas del planeta

Las áreas metropolitanas de Shanghai (con 79,7 millones de habitantes) y Guangzhou (Canton para los occidentales, con 47,5 millones de habitantes) se han convertido en las ciudades más pobladas del planeta. Shanghai es así 7,5 veces más grande que Londres y Tokio, 3 veces Nueva York, hoy por hoy da cobijo al 5,8% de la población china. Pero ¿cómo han conseguido estas dos ciudades alzarse tan rápidamente hacia la cima de la jerarquía? ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes de pertenecer a este curioso ranking?

De los más de 7.000 millones de personas que poblamos ya el planeta según la ONU, 450 millones viven en sólo 28 ciudades. Conocidas como ‘megaurbes’, se espera que para el 2030 dos terceras partes de la población se concentren en estas masas de cristal, asfalto y ladrillo.

Entre las 30 ciudades más populosas del mundo hay 4 que pertenecen a China y 9 de las 10 primeras son asiáticas y ubicadas principalmente en los nuevos polos de crecimiento económico acelerado y descontrolado. La única capital no asiática del Top 10 es la incombustible México DF, conocida mundialmente por sus problemas de tráfico, contaminación y seguridad. Los datos han sido recogidos de la página “Citypopulation.de”, que toma en cuenta toda la área metropolitana de la ciudad.

La mayor ciudad europea es Moscú, con 17,1 millones de habitantes, seguida de Londres (14,5). La primera española de la lista es Barcelona, con 4,6 millones; hay que llegar al puesto 65 para encontrarse con Madrid.

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<em>Shanghai | Reuters</em>
Shanghai | Reuters

Las urbes son escenarios imprescindibles para lograr eficiencia energética, luchar contra el cambio climático, conseguir igualdad de género y oportunidades, y alcanzar el bienestar de la mayoría de los ciudadanos del mundo. Pero también son escenarios de conflictos, masificación, inseguridad, contaminación y miseria…

El reto es crecer de forma sostenible y eso implica a todos: desde los organismos internacionales a los ayuntamientos; empresas y comercios de todos los tipos y colores; niños, adolescentes, adultos y jubilados….

Las ciudades producen el 80% de los gases invernadero y algunas se han hecho irrespirables, particularmente cuando aprieta el invierno y no hay lluvia ni viento. Por ejemplo, solucionar el abastecimiento de energía y hacerlo de la forma más limpia posible se antoja prioritario.

La primera consecuencia del crecimiento urbano sin control es el chabolismo que se extienden alrededor de prácticamente cualquier gran ciudad de un país en desarrollo. Según datos de ONU, en 2013 más de 860 millones de personas vivían en suburbios, en comparación con 725 millones en 2000. Para el 2030, cerca de 3 billones de personas (equivalente al 40% de la población mundial) necesitarán tener acceso a viviendas, infraestructura básica y a otros servicios tales como sistemas de acueducto y saneamiento.

En el trasfondo de tantas cifras están las tremendas inequidades de los seres urbanos. Ofrecer vivienda digna, educación y cultura accesible al máximo número de personas es un punto de partida. Pero cuando tienes ciudades de millones de habitantes, donde la mitad sobrevive con menos de dos dólares al día, el reto es mayúsculo. Habría que preguntarse si, en lugar de hacer ciudades cada vez más sostenibles, vamos en el sentido contrario.

Laotracaradelamoneda

Maribel Rodrigo

IDNet Noticias