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Mercadona tiene un problema gordo con los tatuajes de sus empleados

La batalla interna por los tatuajes en Mercadona. (Fuentes: REUTERS/Sergio Pérez y Confederación Intersindical Galega)
La batalla interna por los tatuajes en Mercadona. (Fuentes: REUTERS/Sergio Pérez y Confederación Intersindical Galega)

Una vía de disputa se abre paso a nivel interno en Mercadona entre empleados y empresa. El primer brote de rebeldía se está dando en Galicia, debido a la rigidez con la que se trata el asunto, aunque lo que más altera a los trabajadores es la falta de explicaciones y las amenazas que reciben con ser sancionados, según desvela la Confederación Intersindical Galega (CIG).

El delegado de la CIG en el comité de empresa de Mercadona en la Provincia de La Coruña, André Abeledo Fernández, pone de relieve que "vivimos en una sociedad donde los tatuajes y los piercings están totalmente normalizados" entre "personas de cualquier edad y condición".

Sin embargo, desde la compañía valenciana no son aceptables entre sus empleados. De hecho, Abeledo denuncia en su comunicado que "Mercadona amenaza con sanciones al personal que tiene tatuajes en zonas visibles si no los oculta".

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Entienden desde la CIG que "esta persecución atenta contra los derechos de los trabajadores y las trabajadoras" y "constituye una manifestación más de la política de férreo control" que ejerce sobre ellos.

Todo esto sucede incluso después de que en el último convenio colectivo se retirasen aquellos puntos que hacían referencia a las sanciones por incumplir el aspecto físico exigido a los empleados. Poco le ha importado a la empresa, que hizo creer a los suyos que algo iba a cambiar en ese aspecto. Como informa Abeledo, "la realidad es que en Mercadona están prohibidos los tatuajes, al igual que los piercings".

Si esto no es motivo suficiente para sus protestas, el incumplir lo acordado, todavía hay más.

La solución que impone Mercadona a los empleados con tatuajes visibles y piercings está basada en vendas y tiritas que los oculten. Cuesta pensar sabiéndolo que la prohibición forma parte del deseo de dar una buena imagen. En otras palabras, las del portavoz de la CIG, da "una impresión mucho peor de la que pretende dar la empresa" y, apunta, "parece que los trabajadores fuesen heridos de guerra en vez de personal de un supermercado".

La presidenta del comité de empresa donde se ha dado el primer brote de rebeldía en La Coruña, María López Alejos, ha confesado en rueda de prensa que nunca hubo quejas de los clientes relacionadas con los tatuajes de los empleados; más bien al contrario, "les llama mucho más la atención que vayamos con un pegote de maquillaje o con una venda".

Precisamente, la CIG comunica que llevó la cuestión a las reuniones trimestrales del comité y la empresa, pero esta "se limitó a asegurar que esta orden forma parte de la política interna de Mercadona". Entonces, los trabajadores les pidieron que les mostrasen dónde está recogida la obligación de tapar tatuajes y, sorpresa, la respuesta no se sostenía de ninguna manera. Informan de que les contestaron que "hay que respetar la uniformidad, la neutralidad y la seguridad alimentaria", además de sostener que "presuntamente", les informan "de palabra" en el momento en el que les contratan.

Por ello, la CIG pidió a la compañía "que avance con la sociedad y permita enseñar los tatuajes si no tienen contenido ofensivo". Nadie les respondió ni se preve que lo haga. Todo sigue igual, incluso desvelan que "al personal con tatuajes en los brazos Mercadona ni siquiera le entrega uniforme de verano, por lo que tienen que trabajar todo el año en camisa de manga larga".

Más allá de los tatuajes y los piercings, otra prohibición de Mercadona a su personal que denuncia la CIG es la de "asistir a las reuniones de empresa con pantalón vaquero, pantalón corto, chándal, sandalias o zapatillas deportivas".

Otra muestra más de la realidad interna que se vive, que ya pusimos en su día de manifiesto.

VÍDEO | Este es todo el oro que hay en las cremas de Mercadona