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Un nuevo empleo corporativo dedicado a "pensar fuera de la caja"

Con el objetivo de mejorar procesos y hasta pensar nuevos productos y servicios, las empresas de todos los sectores están sumando a sus organigramas la posición de gerente de innovación. Este fenómeno se da ahora porque el avance y evolución de ciertas tecnologías susceptibles de ser utilizadas e implementadas abren un sinfín de oportunidades y desafíos para las organizaciones. En ciertos casos, la pandemia catalizó la función de estos ejecutivos.

En diálogo con LA NACION, Rubén Heinemann, Managing Partner de la consultora enfocada en búsquedas ejecutivas WeSearch, analiza la tendencia. "Si bien siempre hubo innovadores dentro de las empresas, estos colaboradores no tenían un posición específica y se caracterizaban más bien por su facilidad para generar cosas nuevas. Con el tiempo se hizo evidente que esta actitud tiene valor, por lo que las organizaciones comenzaron a crear esta nueva posición, cuyo foco es generar nuevas ideas".

A diferencia de lo que sucede en otras posiciones, quienes se postulan para ocupar una gerencia de innovación pueden venir de las disciplinas más variadas, como la tecnología, diversas ramas de la ingeniería, contabilidad o marketing, por mencionar solo algunas. "Sin embargo, el factor común es su capacidad de ver cosas que otros no ven", sostiene Heinemann.

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Objetivos

Desde hace menos de dos años Ezequiel Salvarezza es jefe del Innovation & Customer Engagement Center de Roche Argentina. Con 44 años, y habiendo estudiado licenciatura en sistemas y varios posgrados en coaching, management y ciberseguridad, entre otros, este ejecutivo sostiene que para ejercer su rol es crucial contar con habilidades en múltiples disciplinas y experiencia en diversas industrias para tener la capacidad de crear soluciones.

"Busco generar innovación en cualquier proceso, iniciativa o servicio que genere un impacto directo en el paciente, y mi desempeño se mide en función de esto. Así es como innovar no significa crear una aplicación móvil porque es algo tecnológico, sino desarrollar soluciones para cualquier problemática -cuenta a LA NACION, y destaca que reporta directamente al gerente general de la compañía-. Esto es clave, porque significa que la empresa está comprometida con el cambio".

En su rutina laboral está la escucha activa, el entendimiento, el relacionamiento con pares y la realización de relevamientos para poder llegar a las mejores propuestas, ya que sobre la base de la colaboración y prestando atención a las fuentes del exterior es más fácil que surjan nuevas ideas y pensar de otra manera. A modo de ejemplo, comenta algunas iniciativas lanzadas bajo su gestión.

"Por un lado, en el marco de la pandemia se nos ocurrió ir a los domicilios de los pacientes con cáncer y hemofilia, entre otras enfermedades, para que hagan el tratamiento de tal forma que no tengan que trasladarse. Esta idea fue exitosa y el resto de las filiales de la corporación la está implementando ahora. Por otra parte, estamos trabajando con otras empresas de salud para poder obtener más datos sobre los pacientes, ya que si los conocemos mejor, podemos generar más valor con nuestras iniciativas".

No es la NASA

Desde hace casi cuatro años Ariel Ismirlian es gerente de innovación en Symtron, una empresa argentina especializada en la fabricación, comercialización y soporte de soluciones de autoservicio para el mercado financiero y el mayorista.

Este ingeniero electrónico, egresado de la Universidad Tecnológica Nacional, tiene 34 años y, para ocupar esta posición, también hizo cursos de coaching ontológico y dirección de empresas, así como varios talleres innovación multidisciplinaria. "Cuando se habla de innovación, muchos piensan que se trata de desarrollar cosas de la NASA o que son difíciles de encontrar en la vida cotidiana. Sin embargo, a mí me gusta entender a este concepto en un sentido más amplio, con el foco en cómo implementar ciertas tecnologías. Por ejemplo, yo ingresé en la empresa para desarrollar el primer cajero automático fabricado en la Argentina, porque antes se importaban de afuera, entonces la innovación viene de poder desarrollar acá toda la tecnología necesaria para armar este equipo", explica a LA NACION.

Según cuenta, el potencial de crear mejoras y originar nuevas soluciones en su puesto es enorme, porque las personas en general interactúan cada vez más con este tipo de terminales para el autoservicio, pantallas interactivas y tótems, por lo que su objetivo actualmente tiene que ver con mejorar la experiencia de uso con esas máquinas.

"Parte del desafío de mi trabajo consisten en implementar tecnologías que no existen en la Argentina. De esta manera, los equipos se fabrican en parte con componentes importados y en parte con otros que desarrollamos acá -explica, y agrega:- Por otro lado, los puntos de innovación son muchos, porque bajo mi responsabilidad también está desarrollar el mercado de proveedores, aceitar la importación de la partes y pensar en las próximas versiones de los productos".

Ismirlian reporta al CEO, al tiempo que lidera un equipo de tres profesionales: un ingeniero electrónico, uno industrial y otro de sistemas. "Actualmente estamos muy enfocados en innovar con dispositivos de la Internet de las Cosas, para que las máquinas se comuniquen con el entorno. Por ejemplo, la idea es que cuando un cajero automático se está quedando sin billetes, le avise a un camión de caudales en tiempo real para acelerar la carga de dinero", relata. Este proyecto ahora está en una etapa de prueba piloto.

¿Quién lidera el cambio?

Los expertos dicen que el futuro laboral es promisorio para quienes se dedican a esta disciplina. Como factor común, los entrevistados destacan que aquellas personas que deseen dedicarse a esto deben ser curiosas y capacitarse de forma constante. Salvarezza, que lidera un grupo de ocho personas, también hace hincapié en el aprendizaje continuo. "Hay que leer sobre distintos temas todo el tiempo, más allá de las disciplinas que están de moda. Deberíamos llegar a leer 12 libros sobre tecnología, genética, datos y muchos otros temas para poder anticiparnos al futuro en relación con nuestro mercado. También tenemos que tener alta tolerancia a la frustración, porque no todas las ideas que presentamos son aceptadas".

Por supuesto, también es necesario saber analizar otros mercados para inspirarse. "Yo no me fijo tanto en lo que hacen nuestros competidores en países más avanzados. Prefiero poner la lupa en las empresas de software en general, porque de ahí saco ideas sobre qué funciones podemos incorporar a las terminales de autoservicio", cuenta Ismirlian.

Por último, tanto el gerente de Roche como el de Symtron son contundentes al señalar que las personas tienen un rol más destacado que las tecnologías, porque, más allá del potencial del software y el hardware, las ideas siempre surgen de los colaboradores.