Una empresa propone usar la Luna para hacer backups de datos
La firma Lonestar confirmó que ya contrató sus próximas dos misiones hacia la superficie lunar: su intención es probar la viabilidad de usar nuestra Luna como centro de backup de datos. ¿Mandar mis archivos a la Luna, a 384.000 kilómetros de distancia, cuando a veces me olvido de hacer una copia de seguridad en un disco externo que tengo en mi casa?
Eso mismo es lo que propone Lonestar. Por supuesto, no se trata del backup de las fotos de las vacaciones, que deberían estar suficientemente a salvo en cualquier servicio de almacenamiento online, sino de datos críticos que deben ser almacenados a largo plazo, y que no requieren de un acceso cotidiano.
Según explica la compañía, su intención es construir una serie de centros de almacenamiento en la superficie de la Luna, para abastecer a un mercado global de 200.000 millones de dólares, que si tiene éxito pasaría a ser espacial (o, al menos, parte del sistema Tierra-Luna).
“Los datos son la mejor divisa creada por la raza humana”, declaró Chris Stott, fundador de Lonestar. “Dependemos de ellos para casi cualquier cosa que hacemos y son demasiado importantes para nosotros como especie como para almacenarlos en la cada vez más frágil biosfera terrestre”.
La compañía ya montó un centro de cómputo en la Estación Espacial Internacional en diciembre último, y ahora iniciará una serie de pruebas a bordo de la misión IM-1 de Intuitive Machines, que se dirigirá al Oceanus Procellarum lunar a fin de 2022, y la misión IM-2, que visitará el polo sur lunar.
La primera prueba será solo de software, para confirmar la viabilidad de crear un enlace confiable para transmitir y recibir datos en el módulo Nova-C de Intuitive Machines. La segunda misión, planeada para 2023, en cambio, llevará un dispositivo del tamaño de un libro con 16 terabytes de almacenamiento adentro, con el que harán más pruebas de intercambio de datos.
Un tercer paso, más adelante, será construir los centros de almacenamiento de datos verdaderos, que estarán protegidos de los bruscos cambios de temperatura que sufre la Luna a lo largo del día (de 106 a -183 grados) y de la radiación electromagnética porque se construirán en los túneles que dejó el flujo de lava basáltica en la superficie lunar, según aclara Data Center Dynamics.
Tanto la NASA como la ESA (la Agencia Espacial Europea) tienen planes para enviar robots dentro de esos túneles para ver cómo son por dentro, aunque sin fechas concretas. Mientras tanto, el proyecto Artemisa de la NASA apuesta a instalar una base permanente en la Luna, que contará con su propio servicio de conectividad 4G; la fecha original era 2022, con los primeros viajes tripulados de las naves Artemisa comenzando en 2024, pero la agencia espacial estadounidense los demoró hasta 2026, mientras espera hacer una prueba de su cohete SLS con la cápsula Orion y con combustible cargado en junio o julio próximo.
El uso de lugares extremos para almacenar datos no es nuevo (además de instalaciones en el Ártico, Microsoft ya demostró la viabilidad de centros de datos en el fondo del mar), pero el de la Luna sería, por lejos, el más remoto.