En este restaurante milanés el precio de la comida lo marca tu popularidad en Instagram

Cuantos más seguidores en Instagram, más platos gratis te llevas. Y si eres todo un influencer, entonces puedes llegar a comer o cenar gratis. Esa es la filosofía nueva de la cadena This is not a sushi bar, con siete locales en Milán, que ha puesto en marcha una iniciativa de marketing en uno de sus restaurantes en el cual el precio de la comida se calcula en base a los seguidores que tienen los comensales en sus cuentas de Instagram.

La mecánica de la promoción, como explican en Il Fatto Quotidiano, es relativamente sencilla. El cliente llega, pide su cena, le saca una foto y la sube a Instagram etiquetando a @thisisnotasishibar e incluyendo el hashtag #thisisnotasushibar. Cuando lo tiene, se acerca con el móvil a la barra y se lo enseña quien se encuentre tras ella. En función del número de seguidores con los que cuente, le dirán si le corresponde uno, dos, tres o todos los platos que consuma gratis.

Para evitar confusiones, hay unos baremos previamente establecidos que determinan cómo se adjudican los platos gratis. Serían los siguientes: entre 1.000 y 5.000, uno; de 5.000 a 10.000, dos; de 10.000 a 50.000, cuatro; y de 50.000 a 100.000, ocho. Para que la comida entera salga a cero euros en la cuenta final hay que superar la barrera de los 100.000 seguidores.

Ocho platos pueden parecer muchos, pero no hay que olvidar que se trata de un restaurante de sushi, no de pasta o pizza, con lo cual las raciones no son muy abundantes.

Por otro lado, cabe destacar que, como indican en el citado diario italiano, donde se muestran muy críticos con la iniciativa y la comparan con un capítulo de Black Mirror, hay 12 platos de menú que no están incluidos en la promoción y que las bebidas corren a cargo del comensal.

Pero, ¿qué pasa si no se llega a los 1.000 seguidores? El premio de consolación establecido es Uramaki previa inscripción en la newletter de la cadena de la que son propietarios Matteo y Tomaso Pittarello, que por ahora solo han puesto en marcha esta estrategia de marketing en su local de la calle Lazzaro Papi, a algo más de dos kilómetros de la Catedral.

Los dueños de This is not a sushi bar señalan que su idea, que acaba de ser puesta en marcha, se basa en que “todos somos un poco influencers” y que esta es una forma de sacar rendimiento económico a los seguidores. También ven en ello una posibilidad de atraer algo de público a un modelo de negocio en el que el 80% de los pedidos son online.

Además, es una forma de rentabilidad la inversión que supone regalar platos. A más seguidores de sus comensales, más alcance de la publicación de una foto de su menú en redes.