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En su discurso final a los votantes Trump admite que Estados Unidos tiene que volver a ser “grande otra vez”

En los últimos días de la campaña electoral de 2020, cuando las encuestas de opinión muestran que es probable que Trump pierda, el presidente ha modificado su famoso eslogan de campaña de 2016 y ha prometido que si lo reeligen “hará que Estados Unidos vuelva a ser grande, otra vez”.

El vicepresidente Mike Pence fue quien presentó ese cambio sutil, el pasado 17 de julio.

Vicepresidente Mike Pence: “Con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca durante cuatro años más, haremos que Estados Unidos vuelva a ser grande... otra vez”.

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Desde entonces, el propio Trump ha comenzado a incluir esa frase en su discurso, como hizo el lunes en Arizona, un estado que una vez fue abiertamente republicano pero que ahora está en juego en la contienda entre Trump y el demócrata Joe Biden.

“Sabeís que hay que hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande otra vez, ¿verdad?”, dijo Trump a la multitud que lo escuchaba en Tucson. “Digo ‘hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande, otra vez’... otra vez y otra vez. Lo hicimos y ahora tenemos que volver a hacerlo. Es lo correcto y está sucediendo”.

Al parecer, esa revisión del eslogan implica que Trump admite que la grandeza estadounidense prometida en 2016 sigue siendo un trabajo en curso.

“Construimos la mejor economía de la historia. Pero tuvimos que cerrarla”, dijo Trump. “Al hacerlo salvamos millones de vidas. La volveremos a reconstruir y ahora estamos marcando cifras récord”.

El escollo en el camino hacia la grandeza estadounidense fue, por supuesto, la pandemia de coronavirus, que hasta el martes por la tarde se ha cobrado la vida de más de 220 000 estadounidenses, ha dejado sin trabajo a millones de personas, ha conducido la economía estadounidense a la recesión e incluso ha infectado al presidente de Estados Unidos y su familia.

Los demócratas se apresuran a señalar que cuando Trump asumió el cargo le entregaron una economía en alza. Antes de la pandemia, aunque la creación de empleo bajo la administración Trump era sólida, se encontraba por detrás de las cifras registradas en los últimos meses del segundo mandato de Barack Obama. Mientras tanto, Biden ha argumentado frecuentemente que la inepta gestión de la pandemia por parte de Trump ha empeorado su impacto en la salud pública y la economía.

“Sorprendentemente, todavía no ha comprendido el hecho más básico de esta crisis: para arreglar la economía necesitamos controlar el virus”, dijo Biden en un discurso en junio en Lancaster, Pensilvania.

Al igual que en 2016, cuando Trump prometió que “solo yo puedo arreglar” lo que aflige al país, el último argumento del presidente en la recta final de la campaña de 2020 es que su reelección es necesaria para la recuperación de Estados Unidos.

El presidente Trump in Tucson, Arizona. (Mandel Ngan/AFP vía Getty Images)
El presidente Trump in Tucson, Arizona. (Mandel Ngan/AFP vía Getty Images)

“Estas elecciones son una decisión entre la súper recuperación de Trump o la depresión de Biden, si es que llega a tener el mando”, dijo Trump el lunes en Tucson.

Según Trump y sus partidarios, Biden sufre de un deterioro cognitivo que le impedirá cumplir con sus deberes si lo eligen como presidente. Por esa razón, es un “títere” para quienes realmente controlan el partido ahora: el senador Bernie Sanders de Vermont, la representante Alexandria Ocasio-Cortez de Nueva York y otros miembros de lo que los republicanos llaman la “izquierda radical”.

“Él es zonzo, amigos, y las personas que dirigen ese partido son radicales, maníacos de extrema izquierda”, dijo Trump sobre Biden en su mitin del lunes en Prescott, Arizona. Luego agregó: “Ellos están al mando y toman las decisiones”.

Aunque los ataques de Trump a Biden constituyen gran parte de su discurso, el presidente también se ha visto obligado a defender su gestión de la pandemia que ha trastornado la vida de la mayoría de los estadounidenses.

“Vamos a tener la vacuna, pero con o sin ella, y por cierto, está por suceder bastante pronto… Y sucedería antes si no tuviéramos a esos personajes del otro lado, los demócratas que están dirigiendo todo esto en estas ciudades fracasadas”, dijo Trump en Prescott. No explicó la conexión entre los alcaldes demócratas y el momento en que se tendrá una vacuna, pero dijo que espera que esté lista para el día de las elecciones. Hace poco, Pfizer dijo que los resultados finales del ensayo clínico de su vacuna podrían estar disponibles, como pronto, para mediados de noviembre, retrasando así la fecha inicial.

Sin embargo, a pesar de toda la oscuridad que, según Trump, emana de Biden y el Partido Demócrata en sus supuestos esfuerzos por frustrar el repunte económico de la COVID-19, ha comenzado a salpicar sus discursos con optimismo.

“Bajo mi liderazgo, la prosperidad aumentará, el patriotismo se disparará, el optimismo crecerá y la pandemia terminará pronto, está a la vuelta de la esquina”, le aseguró Trump a la multitud que lo escuchaba en Prescott, gran parte de la cual olvidó hacer la única cosa que según los médicos puede retrasar la pandemia: usar mascarilla.

Aunque Trump apunta al futuro en sus mítines, muchos estadounidenses siguen enfocados en la respuesta a la pandemia que ha dado su administración hasta la fecha. Una encuesta de AP-NORC publicada la semana pasada indicó que el 65 % de los adultos estadounidenses encuestados dijo que Trump no se ha tomado lo suficientemente en serio el brote de COVID-19.

El presidente, sin embargo, no limita su optimismo a los programas aún no revelados, como el reemplazo de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio sino que también se ha mostrado optimista sobre la posición del país antes de la llegada de la “plaga de China”.

“En última instancia, todo se unirá porque ya se estaba uniendo, pero luego nos golpeó la plaga de China”, dijo Trump el lunes. “Íbamos a estar todos unidos. Me llamaban personas que ni siquiera imagináis. Nos estábamos uniendo debido al éxito, y luego nos golpeó esta plaga”.

Mientras los primeros casos no detectados de COVID-19 comenzaban a extenderse por todo el país a inicios del año, los demócratas de la Cámara de Representantes defendían en el Senado de Estados Unidos la destitución de Trump por un plan que tramó para presionar a funcionarios ucranianos para que investigaran a Biden a cambio de brindar ayuda militar estadounidense. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hizo pedazos el desafiante discurso del Estado de la Unión de Trump mientras la nación era testigo de lo que sucedía. El ambiente en la capital de la nación no era exactamente de reconciliación.

Sin embargo, Trump sigue sintiendo nostalgia por una época en la que, al menos en retrospectiva, sus posibilidades de ganar parecían más brillantes que en la actualidad.

“La vida normal regresará rápidamente. Eso es lo que queremos: normalidad. Vaya, llévanos siete meses atrás”, dijo Trump en Arizona. “Y el año próximo será el mejor año económico en la historia de nuestro país, eso es lo que va a pasar”.

David Knowles