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Ergofobia o el miedo de volver al trabajo: la oficina ahora produce escozor

La oficina se ha convertido, para muchos, en un espacio poco soportable (Foto:Getty)
La oficina se ha convertido, para muchos, en un espacio poco soportable (Foto:Getty) (AaronAmat via Getty Images)

En 2019 el despertador sonaba muy temprano y con esa alarma el estrés del día también se activaba. Saltar al baño, alistar a los niños, preparar el desayuno, llegar a una hora específica a la escuela y después a la oficina aunque el tráfico estuviera peor que nunca, aunque lloviera a cántaros o el metro estuviera colapsado. Cada minuto avanzaba en cuenta regresiva.

Pero en 2020 la pandemia de COVID-19 hizo que el mundo se paralizara. Todo cerró, incluyendo las oficinas, y millones de personas se vieron obligadas a trabajar desde sus propias casas y convertir espacios hogareños en improvisados cubículos laborales.

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Ahora resulta que un buen porcentaje de esos millones, la mayoría según los estudios, prefiere continuar con este estilo de faena laboral desde sus propias casas porque empezaron a percibir una serie de ventajas que antes no habían disfrutado, y por otra parte, se han vuelto intolerantes a otras situaciones que antes no eran tan molestas, como usar zapatos de tacón, o pasaban inadvertidas, como el olor del perfume del compañero de al lado.

Parece entonces que la pandemia trajo un gusto por el hogar o un rechazo al ambiente empresarial, un efecto colateral del coronavirus con el que no contaban los jefes. Un giro socio cultural radical en menos de dos años.

En 2021 Mckinsey & Company desarrolló un estudio sobre 2900 personas que habían regresado a sus oficinas y la tercera parte de los consultados dijeron que volver a estos espacios empresariales había afectado negativamente su salud mental.

Las razones de este efecto negativo tienen que ver con un cóctel de situaciones desagradables que requieren la inversión de tiempo, dinero y energía que un buen porcentaje de los trabajadores post pandemia ya no quiere sacrificar.

¿Cómo llegamos a esto?

Los trabajadores ya no quieren perder el tiempo en el ir y venir de la oficina (Foto:Getty)
Los trabajadores ya no quieren perder el tiempo en el ir y venir de la oficina (Foto:Getty) (Daly and Newton via Getty Images)

Después de pasar años saliendo de un plácido sueño profundo con el chocante timbrazo de un despertador, los trabajadores empezaron a experimentar un día a día sin el golpe de una alarma y una vida sin tantos apuros.

No perder el tiempo en el tráfico en el ir y venir de una oficina es uno de los puntos principales a favor del trabajo remoto. De hecho, el traslado es uno de los aspectos que sobresalen en los recientes estudios como una situación que los trabajadores desean evitar.

La empresa Tracking Happiness hizo un estudio publicado este año en el que se determinó que las personas que podían evitar el tiempo de traslado a la oficina eran más felices y más productivas, capaces de hacer más sostenibles las empresas.

La idea de regresar a la oficina por completo es vista por muchos trabajadores como algo antiguo, en desuso, pre wifi.

De acuerdo con el estudio de Tracking Happiness, la generación que se siente más feliz trabajando desde casa es la de los nacidos entre 1981 y 1996, los llamados millennials.

Son estos individuos de entre unos 25 y 40 años los que han visto más ventajas en quedarse a trabajar desde la casa y se niegan a seguir perdiendo horas y dinero en traslados a la oficina cuando pueden hacer lo mismo desde la comodidad del hogar.

Por ejemplo, el empleado en el área de Recursos Humanos, Rodolfo Vargas, narró a Yahoo que trabaja tres días a la semana desde su hogar y dos días tiene que "soportar" ir a la oficina.

Esos dos días a la semana que va a la sede de la empresa, tiene que hacer llamadas a clientes y potenciales empleados en las que se concentra con dificultad debido al ruido que hacen sus compañeros de trabajo, quienes generalmente están haciendo sus propias entrevistas desde los puestos próximos a él.

Desde la tranquilidad de su hogar, asegura, tiene más y mejores conversaciones, vestido como quiere, y sin escuchar cotilleos, otros teléfonos sonando u otro tipo de interrupciones.

Asimismo, se ha dado cuenta de que su olfato se ha hecho más sensible a los perfumes de todos sus compañeros, así como a los diversos olores de sus almuerzos.

Claro que, en el caso de Vargas, hay que tomar en cuenta que este millennial de 30 años vive solo, sin hijos y sin circunstancias que disminuyan su paz.

Sin embargo, la escritora de The Washington Post, Tracy Moore, que es madre de un chico de quinto grado, dice que no tiene sentido volver a la oficina a tiempo completo y señala que tras pasar más de un año de forma remota se ha dado cuenta del bien que le hace este ritmo de trabajo a su salud mental, a su conexión familiar y sí, también a la productividad.

Moore no niega que estar en la casa monitoreando las actividades escolares de su hijo, que también estaba confinado al hogar, “puso a prueba” sus límites, pero también le dio equilibrio emocional.

The New York Times habla de la dificultad de los trabajadores para regresar a las oficinas, cita el estudio de Mckinsey & Company y señala que para algunos empleados es difícil enfrentar nuevamente los “desaires, comentarios insensibles y a los grupitos que se forman entre los empleados con gustos afines y que son hostiles con el resto”.

Ni que fueran 'salas de tortura'

Tras la pandemia, en Estados Unidos, se ha producido un fenómeno bautizado como
Tras la pandemia, en Estados Unidos, se ha producido un fenómeno bautizado como "La Gran Renuncia" (Foto: Getty) (Tanaonte via Getty Images)

El miedo a volver al trabajo se conoce como ergofobia y es una condición que también se ha convertido en pandemia porque muchas personas se rehúsan a regresar a las oficinas como si éstas fueran salas de torturas.

En Estados Unidos se ha reportado un fenómeno llamado la “Gran Renuncia”, bautizado así por Anthony Klotz, profesor de Administración en la Universidad de Texas A&M, que ha puesto en alerta a miles de empresas que han sufrido la pérdida de sus empleados, sobre todo el año pasado.

Las razones principales de las renuncias tienen que ver con la negativa de millones de empleados a regresar a las oficinas a tiempo completo porque se han dado cuenta que no existe un salario que sustituya la calidad de vida que experimentaron con el trabajo remoto aunque también se ha visto que los renunciantes no han encontrado cuál es el punto ideal que realmente les de satisfacción en el aspecto laboral.

Solo en abril de 2021 se reportó la renuncia de 4 millones de personas en Estados Unidos, en especial de trabajadores de salarios bajos, aunque después se unieron otros de más altos rangos salariales y con más estudios.

Los análisis que se han aplicado a estos tiempos de encierros y faenas a distancia también se pudo confirmar que las personas con más conocimientos pueden rendir más cuando trabajan desde sus casas o lugares diferentes a la oficina.

La renuncia masiva se explica, dicen los analistas, en el hecho de las personas experimentaron, por ejemplo, la rutina de dormir dos horas más cada día, dejaron de afrontar el tráfico en “horas pico”, trabajaron en pantuflas con el gato sobre las piernas, terminaron la faena temprano y se sentaron a jugar con los hijos sin que esta dinámica desmejorara el rendimiento laboral.

La molestia de ir a la oficina es, además, un tema que va más allá del aspecto emocional o económico. Es una realidad que a muchas personas ya les cuesta calzar los zapatos apropiados para el entorno empresarial.

La Clínica Mayo advierte que es posible que, con el trabajo remoto, los pies de las personas se hayan relajado hasta el punto de que los zapatos le están provocando diversas complicaciones como fascitis plantar, tendinitis, metatarsalgia y tendinitis de Aquiles.

De acuerdo con estos especialistas de la salud, el mantenerse por tiempo prolongado en casa ha acostumbrado a muchos a estar descalzos o en medias y ahora los pies sufren al llevar cualquier calzado, aunque sea deportivo.

Ventajas del trabajo remoto

Con el trabajo remoto se evitan los traslados, la ropa ajustada y se disfruta de buenas compañías (Foto:Getty)
Con el trabajo remoto se evitan los traslados, la ropa ajustada y se disfruta de buenas compañías (Foto:Getty) (eclipse_images via Getty Images)
  • Se puede trabajar desde cualquier parte y en los horarios que más convengan al empleado.

  • Se evitan traslados que implican gasto de dinero en pasajes o en gasolina con el beneficio ambiental que esto conlleva.

  • No hay necesidad de escuchar chismes, conversaciones indeseadas, sonidos de celulares o de otros equipos tecnológicos.

  • No hay que someter al olfato a oler perfumes, colonias o comidas de los compañeros de oficina, así como tampoco productos de limpieza irritantes como cloro o lejía.

  • Se logra un equilibrio entre la actividad familiar y laboral, es posible observar de cerca el desarrollo de los hijos y evitar dejarlos en manos de extraños cuando son muy pequeños.

  • La alimentación es más sana pues por lo general es hecha el mismo día y en casa. No hay que recalentar en el microondas o caer en la trampa súper calórica de la comida chatarra.

  • No hay necesidad de usar un código de vestimenta. Nada de corbatas, trajes o tacones. Por el contrario, es posible vestir ropas y calzados más cómodos.

  • Si tienes una mascota, puedes disfrutarla por más tiempo e incluso pasearla a media tarde.

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