España quiere conservar su puesto en el BCE y bloquea al candidato luxemburgués

España, temerosa de verse marginada de las instituciones europeas, bloqueó este lunes el nombramiento del luxemburgués Yves Mersch como miembro del directorio del Banco Central Europeo (BCE), confirmó el ministro de Economía, Luis de Guindos.

"Lo que ha hecho España ha sido, en el procedimiento escrito de nombramiento del consejero de la Comisión Ejecutiva del BCE, mostrar su rechazo", dijo De Guindos en una rueda de prensa en Ciudad de México, al margen de una reunión del G20 Finanzas. La decisión "no es (un hecho) en absoluto extraño. Es decir, ha habido (...) una votación del Parlamento Europeo que, por una serie de razones, consideraba que (el luxemburgués) no era el candidato ideal", sostuvo De Guindos.

"Lo que se ha hecho (...) es llevar la decisión del nombramiento del señor Mersch al próximo Consejo Europeo, donde se puede elegir por mayoría cualificada", señaló el ministro español, confirmando lo adelantado más temprano por fuentes europeas. "No creo que nadie tenga la más mínima duda con respecto a que España tenía lógicamente una voluntad clara de haber nombrado un candidato español", remató.

La candidatura de Mersch ya había sido rechazada por la Eurocámara ante la ausencia total de mujeres en esferas directivas del organismo. Una fuente europea dijo que España "no está contenta con cómo se llevó a cabo el procedimiento" para designar a Mersch. "No fue una discusión abierta, fue poco transparente", consideró la fuente que confirmó que la decisión supuso un trago amargo para el Gobierno de España, que se quedaría sin un puesto en el directorio del BCE, que hasta ahora siempre había ocupado su país.

Según un acuerdo tácito, las cuatro grandes economías de la zona euro (Alemania, Francia, Italia y España) debían estar siempre representadas en el Comité Ejecutivo del BCE. El Gobierno español había propuesto como candidato a Antonio Sáinz de Vicuña, director de servicios jurídicos del BCE, en remplazo del también español José Manuel González-Páramo, quien dejó el directorio de la institución monetaria en mayo pasado.

La designación de Mersch fue rechazada el pasado 25 de octubre por el pleno del Parlamento Europeo (PE) en una decisión no vinculante, en protesta porque no se consideró a una mujer para el directorio de la institución con sede en Francfort.

Aun así, el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, decidió seguir adelante con el nombramiento del luxemburgués mediante un procedimiento escrito, pero que necesitaba el aval de los 17 miembros de la zona euro. El nombramiento debía hacerse efectivo este lunes.

"Este procedimiento fue bloqueado por al menos un miembro, España, suficiente para interrumpirlo", anunció la eurodiputada liberal Sylvie Goulard. "Nos alegramos de esta decisión, que reafirma la democracia", añadió. España también apostaba este año por la candidata Belén Romana García, exdirectora general del Tesoro, para la presidencia del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Pero finalmente ese puesto recayó en el alemán Klaus Regling.

Hundida en la recesión, España se encuentra bajo presión de los mercados para pedir un rescate financiero a sus socios de la zona euro. Empeñado en cumplir con Bruselas, el gobierno ha emprendido una carrera por la reducción del déficit fiscal para llevarlo del 9,4% del PIB en 2011 al 2,8% en 2014. Para ello, puso en marcha un programa de austeridad con recortes por 150.000 millones de euros.

En ese contexto, ocupar un alto cargo en las esferas europeas es clave. El nombramiento en el directorio del BCE deberá decidirse ahora en la próxima cumbre de jefes de Estado y de Gobierno europeos. Las próximas fechas son el 22 y 23 de noviembre, y más tarde, el 13 y 14 de diciembre.

Mersch, de 63 años, actual gobernador del Banco Central de Luxemburgo, fue el candidato que propusieron los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) en julio. Pero su nombramiento suscitó de inmediato fuerte polémica, ya que en el Consejo de Gobernadores y el directorio del BCE las mujeres brillan por su ausencia.