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España, primer productor de aceite de oliva, recurre al hueso de aceituna como combustible

Por Pietro Lombardi

MADRID, 12 sep (Reuters) - El agricultor David Jiménez Zamora apenas se inmutó cuando los precios del gas y la electricidad se dispararon en España con la crisis energética.

Mantuvo la calefacción de la piscina cubierta de la masía del siglo XVIII que alquila a los turistas y el agua caliente para 26 huéspedes a la vez sin tener que pagar las terroríficas facturas de la luz.

¿Su secreto? Huesos de aceituna.

"Usamos huesos de aceitunas de nuestros olivares para calentar la piscina, la calefacción, que es por suelo radiante, y el agua en los cuartos de baño", explica este hombre de 48 años.

"Se utiliza normalmente a partir de septiembre", explica junto a un almacén con 5.000 kilos de huesos que da a un mar de olivos en la provincia de Granada, al sur de Andalucía.

Los huesos de aceituna también alimentan las máquinas que producen el famoso aceite de oliva "oro líquido" en dos cooperativas agrícolas de las que forma parte. Los paneles solares cubren el resto de sus necesidades energéticas.

El uso de huesos para alimentar calderas en hogares y pequeñas empresas, almazaras e incluso vuelos en el corazón olivarero de España muestra el papel que la industria y el vasto sector agrícola del país pueden desempeñar para ayudar a descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la aviación.

El uso de huesos como biomasa no es nuevo en países olivareros como España e Italia. Sin embargo, la crisis energética que siguió a la invasión rusa de Ucrania, el impulso europeo a la descarbonización y las luchas de la industria del aceite de oliva en los últimos años contra la fluctuación de los precios han despertado un renovado interés por obtener el máximo valor de la cosecha, señalaron agricultores y grupos industriales.

El sector español del aceite de oliva es también un aliado natural de empresas como Repsol y Cepsa, que están realizando grandes inversiones para aumentar su capacidad de transformar residuos orgánicos en biocombustibles.

LIDERAZGO MUNDIAL

España es el mayor productor mundial de aceite de oliva, llegando a producir hasta la mitad de la producción mundial en los últimos años, el 80% de la cual procede de Andalucía.

En los diez años hasta 2019, el país representó de media más de la mitad de las existencias europeas de huesos de aceituna, estima la asociación española de biomasa Avebiom.

Subproducto de la producción de aceite de oliva, los huesos representan entre el 8 y el 10% de una tonelada de aceitunas procesadas. Según Pablo Rodero, de Avebiom, España produce una media de 400.000 toneladas de huesos de aceituna al año.

Aproximadamente un tercio de esta cantidad se refina para reducir el contenido de humedad y obtener un producto limpio que pueda alimentar las calderas domésticas, alcanzando los precios más altos: hasta el doble que los huesos sin refinar, según Rodero. El resto se destina a producir energía térmica para mover las almazaras —como se conoce a los molinos tradicionales— y en calderas industriales, según la asociación.

MONTAÑA RUSA DE PRECIOS

Cada vez más almazaras y empresas refinan los huesos para venderlos a usuarios domésticos, según Rodero.

A finales del año pasado, España contaba con 31 firmas que refinaban y producían huesos de aceituna como biomasa, frente a las 25 de 2020.

Muchas, como Peláez Renovables, están en Andalucía. Cada año, refina hasta 25.000 toneladas de hueso para su venta a clientes domésticos e industriales, con un valor añadido de entre 60 y 80 euros la tonelada, según su socio director, José Peláez.

Los dos últimos años han sido difíciles, añadió.

Las temperaturas abrasadoras devastaron la cosecha de aceitunas en España. Con menos huesos en el mercado, los precios se dispararon, rompiendo años de estabilidad y provocando una caída del 40% en la demanda, dijo Peláez.

El año pasado, los consumidores tuvieron que desembolsar hasta 400 euros por tonelada, o unos 8 céntimos de euro por kilovatio-hora (kWh), por los huesos de aceituna, incluidos transporte e impuestos, más del doble del precio en 2021, según datos de Avebiom.

Los huesos siguieron siendo más baratos que el gasóleo y la tarifa del gas regulada por el Gobierno, pero en torno al precio de los pellets de madera y más caros que la astilla.

En el segundo trimestre de este año, los precios cayeron hacia los 300 euros la tonelada, un descenso que Peláez espera que traiga mayores ventas.

"Con un crecimiento anual del 5-10% me quedaría satisfecho", dijo.

Según Sara Pizzinato y Helena Moreno, de Greenpeace España, la biomasa y los biocombustibles deberían desempeñar un papel limitado en el mix energético cuando la electrificación no sea una opción, ya que la quema de biomasa sigue teniendo un impacto medioambiental y libera contaminantes.

"Están entrando empresas de capital privado que quieren industrializar la producción, haciendo insostenible este cultivo", dijo Moreno.

La petrolera Cepsa incluso llevó los huesos al cielo. En 2022, los utilizó junto con otros residuos de la industria olivarera para fabricar combustible de aviación sostenible (SAF) que impulsó más de 200 vuelos desde el aeropuerto andaluz de Sevilla.

Las grandes empresas se han centrado en residuos más baratos, igual o más aptos para convertirse en biocombustibles, como el aceite de cocina usado, explican Rodero y otras fuentes del sector.

Sin embargo, los huesos y otros residuos orgánicos son una fuente de ingresos cada vez más importante para las almazaras, según Macarena Sánchez, directora de Almazaras Federadas de España, que representa a más de 200 almazaras y supone hasta un tercio de sus ingresos.

Esto supone un cambio drástico para una industria que en el pasado no sabía qué hacer con sus residuos, dijo Rodero.

"Ahora se usa todo", afirma. "La aceituna es como el cerdo: no se tira nada".

(Información de Pietro Lombardi; información adicional de Jon Nazca; editado por Aislinn Laing y Alexandra Hudson; editado en español por Javi West Larrañaga)