“Estado mafioso”: Cómo Venezuela se ha convertido en un país “peor que un narcoestado”

Gracias al petróleo, Venezuela fue el país más rico de la región antes de convertirse en el más pobre del continente, asolado por la corrupción y una política económica irresponsable. Sin embargo, en medio de ese declive económico los funcionarios gubernamentales de alto rango se hicieron muy ricos. ¿Cómo lo consiguieron?

Según las acusaciones estadounidenses, así como de ex funcionarios del gobierno y expertos regionales, los funcionarios vinculados al grupo militante Hezbolá respaldado por Irán y los miembros del gobierno de Maduro formaron un sólido consorcio de drogas mientras que la mayoría de las personas del país se enfrentaban a una lucha cada vez más difícil por encontrar alimentos o medicamentos para cuidar a los enfermos.

“Hace años que Venezuela es un narcoestado, pero se ha vuelto cada vez más oscuro y siniestro”, le reveló a Yahoo Finanzas en el vídeo superior Mike Vigil, antiguo Jefe de Operaciones Internacionales de la Administración para el Control de Drogas​ (DEA, por sus siglas en inglés). “Considero que es un estado mafioso. No solo existe el narcotráfico sino también delitos financieros, lavado de dinero, piratería y todo tipo de tráfico. Se ha convertido en un país peor que un narcoestado”.

Compartiendo una frontera permeable con Colombia, de donde procede más del 90 % de la cocaína que se dirige hacia Estados Unidos, Venezuela se ha convertido en el inicio de una ruta directa de drogas hacia los consumidores de todo el mundo.

“Es probable que Venezuela se haya convertido en la capital mundial de la cocaína”, le reveló a Yahoo Finanzas el director ejecutivo del “Centro para una Sociedad Libre y Segura”, Joseph Humire, quien ha testificado varias veces en el Congreso sobre el crimen en América Latina. “Cualquier cosa que se mueva no solo hacia los Estados Unidos, Brasil y Argentina, sino también hacia Europa o África pasa por Venezuela, el país se ha convertido en un centro de transbordo para el tráfico de cocaína. Todos los principales carteles de tráfico de cocaína del mundo han trabajado en Venezuela en los últimos 20 a 30 años”.

Los miembros corruptos del gobierno de Venezuela facilitan las operaciones de gran envergadura mientras que Hezbolá se encarga de los aspectos transnacionales, según los expertos.

Cartel de los Soles

Desde mediados de los 90, el Cartel de los Soles ha operado el tráfico de drogas dentro de Venezuela. A pesar de su nombre, el “Cartel de los Soles” no es un cartel en el sentido tradicional. Vigil describe a la organización como una “especie de federación de funcionarios gubernamentales y oficiales militares en Venezuela”.

Según Vigil, se convirtieron en una organización criminal que mueve “toneladas de cocaína” a Europa y los Estados Unidos a través del Caribe, América Central y México.

Al principio, explicó Vigil, el Cartel de los Soles se contentaba con aceptar sobornos de las organizaciones narcotraficantes colombianas y de las “organizaciones subversivas” como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”.

“Pero este tipo de carteles y redes de narcotraficantes querían más de las autoridades venezolanas”, explicó Vigil. “En lugar de limitarse a hacer la vista gorda ante todas sus actividades, comenzaron a involucrarse más y a facilitar el movimiento de la cocaína”.

Y algunos de esos narcotraficantes no tienen su base en América del Sur sino en el Medio Oriente. Por tanto, Venezuela también sirve como un “puente aéreo” en América Latina para Irán.

Aeroterror

Vinculados por una aversión y desconfianza mutua hacia Estados Unidos, Venezuela y la República Islámica de Irán forjaron una asociación estratégica. Trabajando con Irán y con el grupo Hezbolá apoyado por el estado iraní, Venezuela recurrió a los vuelos comerciales de la aerolínea Conviasa para transportar drogas, dinero en efectivo y personas de Irán. Los vuelos se conocían como “Aeroterror”.

“A pesar de publicitarse supuestamente como vuelos comerciales, si te conectabas a Internet con tu tarjeta de crédito no podías comprar un billete en esos aviones”, explicó Emmanuele Ottolenghi, miembro principal de la Fundación para la Defensa de las Democracias.

Humire contó que los vuelos no tenían ningún atractivo turístico ni viabilidad comercial, de hecho la aerolínea perdió casi 30 millones de dólares en tres años. Y a diferencia de las otras rutas de Conviasa Airlines, los vuelos fueron subsidiados por el Ministerio de Minería en lugar del Ministerio de Transporte.

“Irán ha utilizado vuelos comerciales para transportar personas, productos y minerales dentro y fuera de América Latina en beneficio de sus programas estratégicos de Armas de Destrucción Masiva”, explicó Humire. “Incluyendo su programa de misiles balísticos y potencialmente, su programa nuclear”.

Al recurrir a su consorcio de drogas, Venezuela pudo “operar el tráfico de estupefacientes como una red de inteligencia”, dijo Humire, quien agregó que a Irán le pareció bien. “Y sumaron fuerzas para usar el tráfico de drogas como una forma de infiltrarse en la sociedad”.

A medida que la operación de drogas en Venezuela crecía, también lo hicieron sus capacidades de inteligencia y la represión del régimen de Maduro. Los agentes del Medio Oriente recibieron licencias, registros e incluso certificados de nacimiento de Venezuela, lo cual les permitía viajar libremente por Europa y América del Sur.

Aunque Aeroterror parece haber terminado hace años, las conexiones nunca desaparecieron. Y ahora, Venezuela ha vuelto a sacar a la luz las páginas de un antiguo libro de jugadas para impulsar esos vuelos: Ottolenghi destacó el reciente aterrizaje en Caracas de un avión de la aerolínea privada iraní Mahan Air.

“Esta ruta tiene poco valor comercial”, explicó. “Pero es evidente que este vuelo directo facilitará las actividades ilícitas que llevan a cabo ambos regímenes”.

Kristin Myers