Estados Unidos descubre los bidés: las ventas se disparan durante la pandemia
La escasez de papel higiénico en los mercados ha sido una de las misteriosas señales de los tiempos de pandemia que vivimos. Sociólogos y expertos de todo tipo intentan explicarla, pero aun así persiste el afán humano de acopiar grandes cantidades del producto, y también la búsqueda de variantes que nos eviten el estrés de tener que conseguirlo.
Y así es como ha repuntado en Estados Unidos la demanda de bidés, un aparato sanitario que al parecer surgió en el siglo XVIII en Francia con el fin de asear con agua las partes íntimas, en especial después de defecar.
Aunque todavía es común en varios países de Europa y en el mundo árabe, el bidé es una rareza en EEUU. Y quizás ya podemos decir “era”. Tushy, una compañía fundada en 2015, está de fiesta por estos días. En la primera semana de marzo, "vimos que las ventas comenzaron a duplicar lo que habían sido el mes anterior", contó al diario The Guardian Jason Ojalvo, su CEO. "Luego, dos días después, triplicaron lo que suelen ser y de repente fue 10 veces más de lo que son las ventas normales. Unos días más tarde alcanzó un máximo de ventas de un millón de dólares por día".
Tushy vende dispositivos que se adaptan al inodoro y permiten lavarse con agua. El precio oscila entre 89 dólares y poco más de 100.
Otra marca, Brondell, también ha visto un notable incremento en las ventas y está "vendiendo un bidé en Amazon cada dos minutos, o alrededor de 1.000 unidades por día", de acuerdo con un reporte de Business Insider. Además, la demanda de algunos de los accesorios para bidé que vende Hygiene for Health se ha duplicado en las últimas dos semanas.
Hasta 5.000 dólares por un bidé
Los fabricantes de aparatos sanitarios Kohler, Toto y American Standard venden bidés a un precio que oscila entre 280 y más de 500 dólares. Uno de lujo puede costar cerca de 5.000.
Ken Waite, gerente general de la ferretería Miller's Fine Hardware en Jupiter, Florida, aseguró que su tienda está viendo un aumento en las llamadas y ventas de bidés debido a COVID-19.
"Desde que llegó COVID, la demanda se ha ido a la Luna", dijo Waite a la estación local WPTV. "Curiosamente, hemos visto un mayor aumento en la sustitución total del inodoro. Cuando creo que el consumidor se entera de lo que pueden hacer estos inodoros inteligentes, ya no es solo el asiento, es todo".
Ayudan a ahorrar papel... y agua
Además de evitarnos las filas y el estrés por el papel higiénico, los bidés también ayudan a conservar el agua. La fabricación de un rollo de papel higiénico requiere 37 galones de agua, según Scientific American.
Algunos bidés, en comparación, usan un octavo de galón por descarga. También se contribuye a disminuir la huella de carbono del papel higiénico de los cientos de miles de toneladas de cloro necesarios para hacer que el papel higiénico sea blanco, la energía requerida en el proceso de fabricación, el plástico de un solo uso en el que se envasa y el combustible para el envío.
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